martes, 8 de mayo de 2012

Brutal asalto a un comerciante en Vera

El padre del joven comerciante verense dejó en claro que no solo fue un robo el que sufrió su hijo ayer, sino que también hubo un intento de terminar con su vida.

Este mediodía, InfoVera visitó a Facundo Parra en la habitación donde permanece internado en el Sanatorio Norte de Avellaneda, donde fue intervenido quirúrgicamente en la mañana de ayer tras haber sufrido un criminal ataque por parte de uno de los menores que habían entrado a robar a su carnicería.
Junto a su madre, su esposa, familiares y su padre, Darío Parra, se recupera de las heridas recibidas en el brazo izquierdo y la cara, principalmente, propinadas con una cuchilla que se hallaba en el interior de su local comercial.
Según el parte médico informado por los médicos que lo asisten, se recupera favorablemente aunque resta esperar 72 horas después de la intervención para tener un diagnóstico más definitivo.
Permanece medicado con sedantes que le provocan sueño la mayor parte del tiempo; anoche estuvo muy dolorido, pero esta mañana se encontraba de mejor ánimo.
Esta tarde será revisado por un cirujano plástico que trabajará para reconstruir la parte de la cara que fue cortada por la cuchillada asesina del “Qeque”, el menor de 17 años que se trenzó en lucha con Facundo y que casi lo mata.
El corte en el rostro es impactante y da cuenta de la dramática escena vivida en la madrugada del domingo en la sucursal Friar de Vera: le llega desde el orificio nasal izquierdo hasta el cuello, muy cerca de las arterias.
Por eso su padre, afirma que “a Facundo lo quisieron matar”; es que solo unos centímetros más de que se extendiera el tajo, “hoy estaríamos hablando de una tragedia mayor”.
Facundo apenas puede hablar, pero aún así le dijo a InfoVera que no se acuerda del momento en que el pibe le cortó la cara: “Cuando me cortó la arteria del brazo yo quedé atontado y no me acuerdo cuando me cortó la cara, lo tiré al piso, y después se fue. Yo veía que salía muchísima sangre del cuello y les pedí (a quienes estaban con él) que me lleven a la clínica”.
“Lo que se vivió en la clínica fue dantesco, había sangre por todos lados, la enfermaras tiraban sábanas al piso para poder secar”, relató el padre. Juntos agradecieron la labor de los médicos y personal del centro de salud privado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario