lunes, 2 de enero de 2012

ROSARIO/Masacraron a balazos a tres jóvenes en venganza por un atentado previo

A las 3.30 le pegaron nueve tiros al auto de Maxi Rodríguez, un barra de Newells. Treinta minutos después fue el triple crimen. Maxi, herido, está preso. Hay dos prófugos identificados.

Cuatro horas después de haber comenzado el 2012, tres muchachos de entre 17 y 21 años fueron asesinados a balazos dentro del modesto predio de la Agrupación Infantil Oroño, en Presidente Quintana y Dorrego, en la Villa Moreno. De acuerdo a lo relatado por los vecinos, a la hora señalada al lugar ingresaron tres hombres armados quienes preguntaron por un muchacho. Ante la falta de respuesta los recién llegados sembraron la noche de muerte. Los cuerpos recibieron entre cinco y ocho plomos cada uno. Luego los homicidas, al menos uno de ellos utilizando un chaleco antibalas policial, salieron hacia Dorrego y desde ese lugar dispararon en abanico. Tres personas, entre ellas una mujer embarazada, resultaron con heridas leves por el roce de esquirlas de balas.
Otra emboscada. Al avanzar la pesquisa quedaron claras varias cosas: el triple homicidio entremezcla a personajes de la barra brava de Newells y fue represalia de un hecho previo, ocurrido media hora antes, en la que un joven fue rociado a balazos en su auto BMW junto a su novia. Este joven es Maximiliano Rodríguez, conocido como el hijo del quemado, apodo que lleva por su padre. Tiene prontuario y ganó celebridad a partir de la interna leprosa. Y hay en este caso más nombres envueltos en situaciones sangrientas ligadas a esa barra: otro de los implicados es Ariel Sebastián Acosta, alias Teletubi, investigado en el atentado a un micro de hinchas rojinegros donde murió Walter Cáceres. El tercero de los prófugos por este hecho es Damián Martínez. Su casa, en Argelia 2100, fue allanada y se encontró un chaleco antibalas.
¿Qué pasó antes del criminal atentado? A las 3.30 de ayer Maxi Rodríguez y su novia, Sofía L, vieron aparecer desde el BMW en el que iban a dos jóvenes en moto. Estos emparejaron al auto en Garay y Vera Mujica y a corta distancia lo llenaron de balazos. Maxi sufrió heridas múltiples. La chica, desesperada, según fuentes policiales, recogió el teléfono Nextel de su novio y pulsó el contacto de Teletubi. Este, según altas fuentes policiales, se acercó al lugar.
De acuerdo a la información policial tras sentir los balazos Maxi Rodríguez, que nunca perdió la conciencia, exclamó: "Esto me lo hizo el Negro Ezequiel". Allí se habría gestado la idea de venganza. Treinta minutos después a veinte cuadras de allí habría tres muertos.
El nombrado es Ezequiel Villalba y vive en Moreno al 3900: a una cuadra del club donde se desató la cacería. "Presumimos que a los jóvenes asesinados los tomaron por soldaditos de Ezequiel", dijo un investigador.
Una masacre. Los vecinos que dialogaron con LaCapital hablaron de un crimen a sangre fría, en el que las víctimas sufrieron una encerrona y no portaban armas. Sin embargo, la distribución de vainas recolectadas por la policía, un mínimo de 35 casquillos, estaban diseminadas de manera tal que para los investigadores pudo haber existido un enfrentamiento. "Había vainas debajo del cuerpo de una víctima. Eso pareció indicar fuego cruzado pero también puede deberse a que lo acribillaron de muy cerca. Lo dirán las pericias pero nos parece que los tiros vinieron de un solo lado", dijo un oficial superior al final del día.
A los pocos minutos, mientras los cuerpos de las víctimas iban al Hospital Clemente Alvarez en una camioneta del Comando Radioeléctrico y en el auto de un vecino, comenzó a escucharse el nombre de Maximiliano Rodríguez.
Durante la mañana, un llamado al 911 alertó sobre un BMW gris estacionado en Cafferata y avenida del Rosario. El auto tenía nueve impactos de bala, manchas de sangre y vainas servidas en su interior. El auto está a nombre de un abogado penalista rosarino. Al revisarlo los pesquisas tuvieron un golpe de suerte: hallaron un currículum vitae a nombre de una joven. Al buscarla los policías se dieron cuenta que se trataba de Sofía L., la novia de Maximliano Rodríguez hijo del quemado.
La joven estaba cuidando a su novio en el Heca ya que había sido baleado. Maximiliano tenía al menos tres heridas en omóplato, cuello y hombro. Quedó internado, detenido e incomunicado, acusado de haber participado de la balacera con muertos y heridos. Es decir: se supone que con los plomos en el cuerpo acudió a vengarse. Luego fue al hospital. Así está documentado, según la policía, en testimonios del acta preventiva. El hecho incluyó un caso de ocultamiento increíble en el Heca que derivó en un pase a disponibilidad.
Uno por uno. La canchita está en Dorrego y Presidente Quintana. Por la esquina tiene su entrada principal. El predio es el de un club de barrio pobre. En el lugar también viven los caseros. Según coincidieron varios vecinos, a las 4 de la mañana del Año Nuevo en el club quedaba poca gente. Para los vecinos, cuatro muchachos. Para la policía, eran entre 15 y 20 personas.
Sentados en un banco detrás del arco que da a Dorrego estaban Jeremías Jonathan Trasante, de 17 años, apodado Jeri; Claudio Damián Suárez, de 19; conocido como Mono; Adrián Leonel Rodríguez, de 21, reconocido como Patón. También un muchacho no identificado que fue el único sobreviviente.
Algunos testigos indicaron que a la hora señalada y tal como estaba planteado el escenario, tres hombres entraron al club cruzando el descampado desde calle Biedma hacia Presidente Quintana. Caminaron en silencio, amparados en la oscuridad, hasta donde estaban sentados los pibes. Al llegar habrían preguntado: “¿Dónde está el Negro Ezequiel?”. Trasante recibió ocho heridas de bala y quedó agonizante debajo del árbol.
Rodríguez recibió cinco heridas y quedó casi en el ingreso a la canchita. Mono Suárez junto al único sobreviviente, corrieron unos 50 metros por el andarivel del lateral por izquierda, hasta que los siete impactos que recibió lo derrumbaron al llegar al córner.
“Mi sobrino andaba en malas compañías. Este final tiene que ver con la junta que tenía”, murmuró uno de los tíos de Jeremías Trasante en la escena del crimen. Trasante fue el primero en morir. Ya en el Heca le siguieron Suárez y Rodríguez.
Según los vecinos del club, una vez finalizada su faena hicieron un movimiento extraño. Los vecinos indicaron que el auto que los transportaba, un vehículo verde, había quedado sobre Biedma. Los agresores salieron por Dorrego. Ya sobre la vereda abrieron fuego hacia enfrente. Allí tres vecinos, entre ellos una embarazada, recibieron heridas leves y en un Ford Escort blanco quedó un impacto. Luego, la confusión y la cuadra poblándose de policías, gritos y lamentos.
Maxi Rodríguez está hospitalizado, detenido e incomunicado. A Teletubi Acosta lo buscan para apresarlo al igual que a Damián Martínez. A los tres se les atribuye autoría del triple asesinato. ¿Los motivos? Los insinuó un oficial superior. “Son todos grupos dedicados a escruches (robos domiciliarios) con viejas broncas entre sí. Y hay un homicidio en un ciber en Presidente Roca y Seguí, de mitad del año pasado, de un tal Zapato o Zapatito, que alentó los odios entre ellos”.

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