Leonel Matías S. tiene 17 años, lo conocen
como Danonino, y a pesar de su corta edad cuenta con varias anotaciones
penales. El pibe vive en Moreno al 3900, donde ayer a la mañana lo
arrestaron. La policía le achaca haber conducido la moto desde la cual
Ezequiel El negro Villalba, quien está prófugo, disparó sin piedad la
madrugada del domingo pasado contra el BMW en el que iba Maximiliano
Rodríguez, apodado El hijo del quemado, un joven con frondoso prontuario
catalogado como un sicario al mejor postor y que permanece internado
bajo custodia en el Hospital de Emergencias. Ese ataque derivó pocos
minutos más tarde en el homicidio a sangre fría de tres militantes
barriales que, inocentemente, pagaron con sus vidas la espiral de una
guerra que no les pertenecía.
En tanto, la hipótesis de los pesquisas que tratan de
desenredar la madeja tejida detrás de estos casos parece
transparentarse a partir de las declaraciones del jefe de la Unidad
Regional II de policía, el comisario Néstor Arismendi: "Por los
testimonios y las pruebas recolectadas creemos que la hipótesis más
firme es una enemistad manifiesta en la interna de la barra brava de
Newell's. Las diferencias nacen allí y luego las dirimen a los tiros" en
otros lugares. De esta manera, el máximo jefe policial rosarino
descartó otros móviles como peleas de bandas barriales o ajustes entre
narcos. Aunque, vale la pena aclararlo, la barra no es otra cosa que un
complejo escenario en el cual se asientan y desde el cual manejan sus
negocios esas bandas.
La secuencia. Para la policía la
secuencia de los hechos trágicos del domingo va quedando clara. Todo
empezó el 29 de diciembre en Dorrego al 4000 cuando fue baleado Facundo
Ezequiel O., un chico de 18 años vinculado con la actual conducción de
la barra leprosa que conduce Diego Panadero Ochoa. Ese ataque fue
atribuído por testigos a Maximiliano Rodríguez, quien en respuesta por
aquella balacera habría sido atacado a tiros a las 3.30 del 1º de enero.
El muchacho, de 24 años, estaba en un BMW junto a su novia y una amiga
en Garay y Vera Mujica cuando recibió tres balazos. Desde allí lo
llevaron al Heca, donde quedó internado. Pero tuvo tiempo de llamar a su
padre, Sergio Gustavo El quemado Rodríguez, y avisarle de lo ocurrido.
Incluso, dicen, le confió quiénes le habían disparado: Danonino y El
negro Villalba.
Lo cierto es que media hora más tarde El quemado
llegó a la esquina de Dorrego y Presidente Quintana, donde residen los
acusados por su hijo. Lo hizo en compañía de al menos otros dos
muchachos: Damián Damiancito Martínez, en cuya casa allanada se encontró
un chaleco antibalas de la policía; y El tele Delgado, un compañero de
su hijo en varias andanzas delictivas. Allí ingresaron a la canchita de
la Agrupacion Infantil Oroño preguntando por Danonino y El negro. Pero
se toparon con tres jóvenes militantes del Movimiento 26 de Junio en el
Frente Darío Santillán que nada tenían que ver: Jeremías Jere Trasante,
de 17 años; Adrián Patón Rodríguez, de 20; y Claudio El mono Suárez, de
19. A los tres los rociaron a balazos y los mataron. Después hicieron lo
mismo contra las viviendas vecinas lastimando a varias personas. Desde
entonces sus pasos se perdieron y junto a El negro Villalba se mantienen
prófugos.
"Presumiblemente todo está vinculado. Aunque tampoco
podemos asegurar nada, entendemos que la acción de la canchita (donde se
cometió el triple crimen) fue una especie de represalia o venganza de
lo ocurrido antes" con Maximiliano Rodríguez, dijo ayer el juez de
Instrucción Juan José Pazos, a cargo de las causas. El magistrado
sostuvo que "la principal hipótesis es la de una venganza" contra El
hijo del quemado.
En el medio. En tanto, el comisario
Arismendi sostuvo que las víctimas del triple crimen "estaban en el
camino, en el medio hacia el destino final que buscaba el ataque y,
evidentemente, aquel que lo hizo, en medio de su locura, su furia por
tomar venganza, hizo una secuencia de disparos que terminó con la vida
de los tres jóvenes", en referencia a los militantes. Asimismo, el jefe
policial confió que tras la masacre, "hubo otra secuencia de disparos
contra quien creemos era el destinatario final".
Acera de cuántos y quiénes dispararon, aún las
pericias no han trascendido. Sin embargo, extraoficialmente se dijo ayer
que "no es erróneo pensar que sólo haya disparado El quemado Rodríguez
con una pistola ametralladora calibre 9 milímetros" y que sus cómplices
hayan estado junto a él pero sin disparar.
Ayer al mediodía, la casa de El quemado Rodríguez, en
Moreno al 6000, fue allanada. El hombre no estaba y los pesquisas se
llevaron una computadora y unos 10 mil pesos en efectivo. Otro
allanamiento se hizo en Moreno al 3900, donde reside El negro Villalba.
El muchacho tampoco estaba allí pero los policías incautaron una moto
Motomel de 200 cc. roja y negra tipo enduro que sería el rodado que la
noche de los hechos conducía Danonino y desde el cual el prófugo le
disparó a Maximiliano Rodríguez. Finalmente se allanó la casa de
Danonino y, como se dijo, quedó arrestado por ese ataque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario