Ocho cámaras de transporte plantearon el cobro de sobreprecios, que en
algunos casos supera el 30 % del valor del combustible en el surtidor.
El gobierno cargó contra YPF, Shell, Esso, Petrobras y Oil.
El gobierno nacional informó que se elevó a la Comisión Nacional de
Defensa de la Competencia (CNDC) una denuncia de las ocho cámaras de
transporte de pasajeros y de carga, por presunto abuso de posición
dominante en el mercado de combustibles por parte de cinco empresas,
"con sobreprecios por 3.500 millones de pesos anuales".
Las denunciadas por las empresas transportistas son las petroleras
Repsol-YPF, Shell, Esso, Petrobras Argentina y Oil, que ahora serán
investigadas por Defensa de la Competencia, informó en conferencia de
prensa el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, junto con el
vicepresidente de la Nación, Amado Boudou.
El encuentro con la prensa se desarrolló en el microcine del Palacio de
Hacienda, y también participó el secretario de Transporte, Juan Pablo
Schiavi.
De Vido pidió "que se investigue en profundidad esta distorsión del
mercado que afecta al servicio público de cargas y pasajeros", con
diferencias en los precios que "llegan hasta 30 por ciento del precio de
gasoil a granel".
Agregó que el Estado apunta a "combatir y terminar con los monopolios y
grupos de poder que distorsionan las variables del mercado" de
combustibles, para garantizar "que toda la población tenga acceso al
transporte público".
En ese sentido, remarcó: "Como Estado hemos adoptado y desde el Poder
Ejecutivo llevamos adelante el deber de combatir y terminar con los
monopolios y grupos de poder que distorsionan las variables del mercado,
como se hizo con la Ley de Comunicación Audiovisual".
Consideró que “hay una grave situación distorsiva del mercado de
provisión de combustible que afecta al servicio de transporte público", y
que el Estado debe "garantizar que toda la población tenga acceso al
servicio de transporte público".
Apeló “a la mejor buena voluntad" de las compañías investigadas "para
encontrar una rápida solución a este problema", ya que el combustible es
subsidiado y se busca que el beneficio sea "para 40 millones de
argentinos y no para cinco empresas".
Al respecto, aludió al presidente de Shell, Juan José Aranguren, de
quien dijo "ha sido un sistemático opositor, no sólo a las medidas de
política energética sino a todas las políticas y al gobierno nacional", y
pidió por eso que las autoridades regionales de la firma colaboren en
esta investigación.
A su turno, el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, cuestionó
la diferencia de precios en la venta de combustibles a granel frente al
expendio minorista, y mostró facturas de transportistas del área
metropolitana, Córdoba y Salta que revelan variaciones de hasta 30 por
ciento.
Allí Schiavi también señaló que esto constituye "una clara muestra de
sobreprecio", que en promedio es de 8,4 por ciento y representa unos
3.500 millones de pesos anuales, lo cual "le quita sustentabilidad al
transporte".
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