Además del impacto de los ajustes de las tasas de interés, la recuperación emergente del crecimiento de los salarios reales y la expansión del crédito no ha ido acompañada de una caída más rápida del IPC.
Lo cierto es que la inercia es difícil de quebrar, No sólo aumentaron los servicios públicos sino que también la principal categoría de índice, alimentos y bebidas, registró un nivel de 3,6%, inferior al general pero que denota una presión persistente.
“Hacia mitad de mes, hubo algunos rubros de alimentos que subieron un poco más, sobre todo carne, panificados, aceites y algunas bebidas. Después se moderó pero eso pesó, particularmente en la inflación núcleo, el nivel general quedó muy influenciado por la suba de los servicios públicos”, sostuvo Camilo Tiscornia, de C&T Consultores. Igual que la mayoría de los actores económicos, el “shock tributario” por la baja del impuesto PAIS hará que “septiembre pueda venir algo mejor” y, en ese caso sí, perforar el piso de 4% mensual. No será por mucho, de todos modos, ya que en el propio equipo económico prevén un impacto de apenas medio punto, es decir, el índice de este mes sería de 3,5 por ciento. Es decir, aquella declaración del ministro de Economía, Luis Caputo, según la cual el dato de inflación empezaría con 1 en septiembre quedó totalmente sepultada, incluso para los meses siguientes,
“El tema no es el decimal, sino la recomposición de los precios relativos. Los más rezagados son los que tiran el dato general para arriba y los más adelantados ya crecen al ritmo de crawl (suba del dólar mensual)”, apuntó el economista Leonardo Chialva , de Delphos Investments, en un posteo en X, que acompañó con un gráfico en el que se recortan las subas del transporte púbico de 18% y de alquiler, vivienda y gastos conexos de 10% versus las subas de prendas vestir o autos, que subieron a un ritmo de 2% el mes pasado.
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