“El edificio se terminó en 1680, el maderamen de su techo es todo encastre, no hay un solo clavo, es una joya. Por ello este edificio es único, el día que se pierda, Santa Fe pierde lo mejor que tiene”, aseguró el fraile Jorge Stipech. Foto: Guillermo Di Salvatore.
Nicolás Loyarte
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@nicoloyarte
Bajo la galería del antiguo Convento de San Francisco hay tres tumbas y junto a las mismas, las huellas de un colchón quemado, la pared blanca con marcas de hollín, y un poco más allá, sobre la vereda, el esqueleto de alambres del viejo colchón que daba cobijo a un ciruja y espera ahora el paso del basurero.
Es que anteanoche, poco antes de la medianoche, dormía allí un hombre del que se desconoce su identidad. En circunstancias no clarificadas, este sujeto mantuvo una discusión con otras personas que pernoctan durante la noche en la calle por el casco histórico de la ciudad y durante la pelea quemaron el colchón provocando un incendio en la galería del edificio del sur de la ciudad.
Este preocupante suceso que trascendió en las últimas horas y por fortuna no tuvo víctimas, se suma a otros actos de vandalismo al patrimonio, como los graffitis y las reiteradas quemas en el exterior del edificio ubicado sobre la avenida Arturo Illia, entre Amenábar y Uruguay.
“Ya no sabemos qué hacer con la gente que ronda por acá, hemos llegado a tener 13 personas”, confesó el fraile Jorge Stipech, que agregó: “Es la tercera vez que nos encontramos con este tipo de destrozos”. Pero lo que más le angustia al religioso es “que no haya otro muerto en el convento”.
Todavía congoja a Stipech el recuerdo de aquella madrugada del jueves 10 de abril de 2010, cuando sobre la galería del convento levantado en 1680, fue hallado muerto Roberto Daniel Ferrari, un hombre de entre 40 y 50 años, que pasaba sus días a la intemperie y se dedicaba al cuidado de los autos estacionados en la calle. “Sabemos cómo está la situación hoy en día, te sacan un cuchillo, te la dan y chau”, reflexionó el Fray Stipech. “Sería muy triste que haya otro muerto acá”.
Por ello, cada vez que aparece gente a dormir en la galería buscan asistirla o llaman a la policía para que actúe, como ocurrió anteanoche. “Pero cuando la policía se fue, volvieron con más ganas de pelearse y ocurrió este desastre que terminó con la quema del colchón y los daños en el edificio”, relató el Fray Stipech.
“Ahora pensamos pedir plata prestada y colocar una reja o un alambre de gallinero”, dijo Stipech, y finalizó: “Va a quedar horrible pero no tenemos alternativa porque no hay seguridad”
Tres tumbas y un colchón quemado sobre la galería oeste del antiguo Convento de San Francisco.Foto: Guillermo Di Salvatore.
Caridad
Todos los martes y viernes los franciscanos dan pan a unas 27 personas que reciben su asistencia. Además, una vez al mes les preparan cajas con mercadería.
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