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Foto:El Litoral
Con esta captura, los pesquisas terminaron de cerrar el círculo en torno a la muerte de Daniel Esteban Álvarez (25)
Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
En las últimas horas, agentes de la compañía Tropas Operaciones Especiales (TOE) dieron con un temible sujeto, a quien se lo sindica como el proveedor de las armas de fuego que se utilizaron para cometer un hecho de sangre.
El detenido es un hombre de 52 años, a quien los pesquisas lo hallaron oculto dentro de un inmueble donde se “aguantaba” tras el crimen de Daniel Esteban Álvarez, hecho ocurrido el 3 de noviembre de 2013, en Mendoza y Arenales, de Santa Rosa de Lima.
Dos tiros al pecho
En esa oportunidad, dos familias antagónicas de la populosa barriada se vieron enfrentadas por cuestiones personales de antigua data y allí comenzó una riña desproporcionada entre las partes que incluyó peleas de puño, con palos, piedras y armas de fuego.
Tal incidente concluyó con la muerte de Álvarez, de 25 años, el que resultó con dos impactos de bala en su pecho, siendo trasladado luego hasta el hospital Cullen donde ingresó ya sin vida.
A partir de entonces el juez Darío Sánchez convocó a su despacho a efectivos de ese cuerpo de elite y les encomendó se aboquen a realizar tareas de inteligencia para dar con un tal Nicolás S. (27), acusado por el delito de “homicidio calificado por el uso de arma de fuego”.
La búsqueda
Se efectuaron intensas tareas de campo inherentes a la pesquisa, tales como rastrillajes y seguimientos de manera encubierta.
Los trabajos llevaron a los policías hasta el barrio Barranquitas, lugar donde se guareció el sospechoso en un último intento por zafar de sus fantasmas. El primero, ser alcanzado por los brazos de la ley. El restante (y el más peligroso), ser asesinado en manos de los familiares del muerto.
Así las cosas los agentes llegaron hasta una finca de calle Laguna del Desierto al 4100, procedimiento que se llevó a cabo en horas muy tempranas y que culminó con la captura del sospechoso.
Se cierra el círculo
a en marzo del corriente, el juez Sánchez volvió a convocar a los pesquisas, pero ahora para dar con un tal José Luis F. (52), a quien se lo sindica como el proveedor de las armas de fuego que tiñieron de sangre aquella fatídica noche.
Los trabajos de búsqueda se concentraron en Santa Rosa de Lima aunque por poco tiempo ya que se supo que el implicado, junto a su familia, debió abandonar el lugar tras el incendio de su vivienda, en Mendoza al 4700.
Al cabo de unos días el sujeto en cuestión fue ubicado en otro inmueble, ubicado en Alberti al 4200. Con los recaudos legales del caso se allanó esa finca y se procedió a su detención e incomunicación, quedando a disposición del magistrado interviniente.
En este procedimiento los actuantes se incautaron además de un revólver, calibre 38, conteniendo 6 cartuchos intactos en perfectas condiciones de uso y funcionamiento.
En este procedimiento los actuantes se incautaron además de un revólver, calibre 38, conteniendo 6 cartuchos intactos en perfectas condiciones de uso y funcionamiento.
Una noche de furia, balas y fuego
Aquel domingo de noviembre de 2013 todo comenzó poco antes de las 21 cuando varios llamados telefónicos a la central de emergencias del 911 dieron cuenta de un enfrentamiento armado que se estaba produciendo en la zona de Mendoza y Arenales, en el corazón de Santa Rosa de Lima.
Con la premura del caso, un móvil de la seccional 4ª partió hacia el lugar. Apenas arribado, los uniformados tomaron conocimiento de que un joven había sido trasladado gravemente herido desde el sector hasta el hospital Cullen.
Ya en el citado nosocomio, los agentes contactaron a un hombre quien relató que momentos antes circulaba con su vehículo particular por la zona cuando fue interceptado por un grupo de sujetos, los que le ordenaron que lleve urgente a un muchacho que había sido herido de bala.
Sin otra opción, el automovilista partió rumbo al efector público llevando además a una joven mujer que acompañaba al herido.
Pese a los esfuerzos realizados, luego se supo que el infortunado arribó al hospital ya sin vida.
La víctima fatal resultó ser Daniel Esteban Álvarez, de 25 años. Examinado por el médico de guardia se diagnosticó como causa de muerte dos impactos de bala en la región del tórax, lado izquierdo.
* Luego, una comisión de la sección Homicidios ingresó al barrio junto a otros móviles que fueron en su apoyo.
Pero el trabajo de estos últimos, se vio frustrado cuando varias personas descargaron una verdadera “lluvia” de proyectiles contra los vehículos policiales.
Lo peor sobrevino cuando, en medio de la revuelta, los actuantes escucharon el “silbido” de algunos balazos, los que eran efectuados desde la oscuridad.
Ante tal estado de cosas, los jefes decidieron retirarse del lugar “para evitar males mayores”, según reveló uno de los policías que estuvo en el asunto.
Cerca de la medianoche, los agentes debieron volver a acudir al barrio cuando se supo que una vivienda estaba siendo incendiada.
Fue una comisión de los Bomberos Zapadores la que arribó luego y controló el foco ígneo desatado en un inmueble de Mendoza al 4700.
En concreto, autores desconocidos fueron los que prendieron fuego el portón de madera del garaje de la citada finca, en un hecho que fue considerado intencional.
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