Golpe comando en el centro. En menos de cinco minutos, tres delincuentes armados se llevaron el dinero de dos cajas del banco Francés de Córdoba al 1900. Cuando la policía llegó al banco, los ladrones ya habían escapado con el dinero en las sacas.
La Capital |
A la luz del día, en pleno Paseo del Siglo y a sólo una cuadra de la sede local de la gobernación, tres delincuentes armados se llevaron 960 mil pesos de una sucursal bancaria de Córdoba al 1900. En poco más de cinco minutos, los maleantes redujeron a los empleados, al personal de seguridad privada y varios clientes y se alzaron con la cuantiosa suma de dinero mientras el policía que se encontraba en la garita controlando el salón de atención al público dio la alarma a la central 911, pero en el escaso tiempo que llevó el robo los efectivos que acudieron al llamado no pudieron impedirlo.
Entre las 14.50 y las 14.55, cinco minutos antes del cierre de la sucursal 282 del Banco Francés, tres hombres de unos 40 años y a cara descubierta ingresaron al local en forma separada. Uno con traje, otro con saco y corbata y el restante con un equipo de gimnasia, parecían clientes de última hora. Cada uno de ellos se acomodó en lugares estratégicos: uno en una banqueta, otro disperso por el salón y el tercero en el sector delantero del edificio, un espacio totalmente expuesto a la vista por medio de ventanales y en el que hay cuatro cajeros automáticos y tres máquinas de autoservicio bancario para los clientes.
Allí, cuando algunos clientes salían ya pasadas las 15 y el guardia de seguridad les habilitaba la puerta de calle ya cerrada, el tercer hombre le apuntó con una arma y lo obligó a ingresar a la parte interior del edificio que, tanto en la entrada como en el sector de cajeros y el salón principal está flanqueado por cámaras de video vigilancia y custodiado por guardias privados. Al fondo y hacia la izquierda, en tanto, se encuentra la garita en la que se aposta habitualmente un efectivo de la policía provincial.
Del cuello. "Ya era mi turno (en la caja) cuando vi que uno de los delincuentes agarró a uno de los empleados del banco y le pedía la plata. Quise salir corriendo, pero otro delincuente que estaba cerca de la puerta no me dejó", relató una clienta que estaba en el interior del local al momento del atraco. Y aclaró que "a los clientes no les robaron nada". Al respecto recordó algo llamativo: "Había una persona con dinero en la mano para pagar y uno de los delincuentes le dijo que se guardara la plata en el bolsillo".
Otro joven que se hallaba en el interior de la sucursal bancaria sostuvo que "en el último box uno de los delincuentes bien cambiado (con pantalón de vestir, camisa y corbata) agarraba a un empleado de la corbata y le decía «dame toda la plata», mientras otro obligó a los clientes a ir hacia la parte trasera del local y tirarse al piso mientras ellos huían con el dinero".
Según la reconstrucción de los hechos realizada por medio de testimonios de clientes y algunos empleados, el tiempo que "pareció eterno" fue mínimo. "Uno de los hombres, el que tenía saco y corbata, se dirigió hacia el box del contador, el último de la fila, y lo tomó del cuello. Todos estaban a cara descubierta, le gritó y lo apuntó con una pistola 9 milímetros que le apoyó a la altura del hígado", contó un joven que estaba haciendo operaciones en la entidad bancaria. Y agregó: "La gente se puso nerviosa y algunos gritaron, los ladrones nos hicieron sentar en las sillas y controlaron la situación".
En tanto, dijeron las fuentes, el ladrón que estaba vestido de saco y el que llevaba puesto un equipo de gimnasia esgrimieron armas de fuego y les dijeron a los clientes y al personal: "Es un asalto, todos al piso o a las sillas". Una fórmula infalible. Con cierta desesperación general los clientes se tumbaron a la espera de los sucesos por venir.
Con cálculo casi matemático un ladrón tomó al contador y "lo llevó para atrás" mientrasy otro avanzó sobre las cajas. "Por protocolo de seguridad bancaria cada caja no debe tener más de 5.000 pesos en su interior. En este caso, los ladrones avanzaron sobre la caja 4 en la que había 850 mil pesos para el recambio de los cajeros automáticos y sobre la caja 5, en la que había 110 mil pesos que también se llevaron", dijeron fuentes de la pesquisa.
Sacas en mano. El dinero habría estado en diferentes sacas que, contaron las fuentes, el contador tenía a su alcance. En este punto las versiones difieren: oficialmente se habla de una sola bolsa con 960 mil pesos, aunque según un acta informativa hecha por el personal de seguridad y a la que tuvo acceso LaCapital, eran "tres bolsas negras" sin precisar cuanto dinero había en cada una.
Según pudo saberse, los asaltantes permanecieron "unos cinco minutos" en el banco y alrededor de las 15.10 emprendieron la fuga. Lo hicieron por la misma puerta de acceso por la que se accede a los cajeros fuera de hora de atención al público. Allí los tres delincuentes le apuntaron al guardia, al que le exigieron la entregar de las llaves de acceso. Tras eso lo metieron adentro y cerraron por fuera dejando a una veintena de personas encerradas.
Una vez afuera se subieron a un Citroën C3, presuntamente con un cuarto hombre al volante, y desaparecieron de la zona. Los pesquisas centraban anoche su mirada en las filmaciones de las cámaras de seguridad del banco y de algunos edificios cercanos ya que varias de las que monitorea la Municipalidad estaban "fuera de servicio por reparaciones".
El policía sólo activó la alarma
De acuerdo a los protocolos de seguridad bancaria, los policías a cargo de la custodia de las sucursales apostados en las garitas no pueden salir de las mismas. Sólo deben irradiar la alarma ante cualquier sospecha o movimiento extraño. En estos casos, el uniformado no puede dejar su puesto ni evitar el robo ya que eso sería alentar un posible tiroteo que pondría en peligro a los clientes y empleados. Además, de producirse heridos, el personal policial debe responder personalmente cualquier demanda en la Justicia porque el seguro laboral no les cubre los heridos o fallecidos en actos de servicio de este tipo.
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