Como lo hizo hace poco en Lampedusa, el Papa irá al encuentro de los más necesitados. Esta vez será en Varginha, un asentamiento muy castigado por la violencia. Al mediodía, se reunirá con los jóvenes argentinos que lo fueron a ver.
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“Cuando venga a mi casa, besaré los pies delPapa Francisco”, dijo emocionada Amara Marinha, de 82 años, una de las vecinas cuyohumilde hogar fue elegido para la visita papal, en este barrio muy golpeado por la criminalidad, al punto que algunos lo llamaban “franja de Gaza”.Por lo menos así era, hasta enero de este año, cuando las autoridades lo incluyeron en su programa de pacificación.
Este jueves por la mañana, el pontífice visitará lapequeña favela de Varginha, uno de los muchos barrios pobres de Río, azotados por la marginalidad social, la violencia y el narcotráfico.
Esta no es una realidad nueva para el Papa quien, como arzobispo de Buenos Aires dedicó mucho de su tiempo y energía a recorrer las periferias de la capital argentina: el entonces cardenal Jorge Bergoglio enviaba siempre a los mejores sacerdotes a los vecindarios más pobres y con ellos organizó una pastoral villera que se destacó y se destaca aún por su lucha para sacar a los jóvenes de la droga.
Antes de viajar a Lampedusa, la isla italiana que alberga a miles de inmigrantes norafricanos que huyen de la violencia y la miseria, el Papa había exhortado a los católicos a ir a “las periferias geográficas y existenciales del mundo”.
Y si una realidad simboliza esas periferias es sin dudas la que representan las favelas o villas miserias que jalonan todas las grandes ciudades latinoamericanas evidenciando que, pese al crecimiento económico de estos años, la justicia social es todavía una deuda.
Con su visita, el Papa busca vencer esa “globalización de la indiferencia” que insensibiliza a la sociedad y a sus líderes ante el sufrimiento ajeno, como lo admitió la propia presidente del Brasil, Dilma Rousseff.
Con alrededor de 2.000 habitantes, Varginha es una de las favelas más pequeñas de Río. Está rodeada por dos cursos de aguas servidas y por una carretera muy transitada. El Papa visitará la capilla, cuyo altar bendecirá, y luego recorrerá un kilómetro a pie hasta un campito de fútbol donde hablará a la comunidad. También visitará algunas casas.
Amara, una de las vecinas elegidas, sólo tendrá café para ofrecerle al Papa, pero a los periodistas que ya invadieron la favela les dijo: “Quiero decirle ‘te amo’ al Papa Francisco”. En las paredes de su casa está colgado el retrato del Santo Padre junto a la réplica de la imagen de Nuestra Señora de Aparecida, patrona del Brasil.
Visitar una favela fue un pedido expreso de Francisco, algo que hubo que incluir en la agenda de su semana en Río de Janeiro, junto con la misa en Aparecida y el encuentro con la comunidad del hospital San Francisco de Asis.
Uno de cada cinco habitantes de Rio de Janeiro -6 millones en total-, es decir el 22% de la población, vive en una favela. En total, en Brasil, un 11% de los habitantes (195 millones) viven en las más de 6 mil favelas que tiene el país. Y la mayoría de ellos son jóvenes.
Las favelas de Rio, controladas desde hace años por bandas de narcotraficantes, han sido objeto en los últimos años de un plan de las autoridades para reinstaurar en ellas la autoridad estatal. En enero le tocó el turno a Varginha. La presencia policial en el lugar es ahora visible. Pero, según los vecinos, el tráfico de drogas no ha desaparecido del todo.
Conocedor de ciertos vicios de los políticos, el Papa avisó a través del vocero de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, que ningún dirigente podrá acompañarlo en esta visita a la favela. Evitará así toda utilización partidaria de este gesto que sin embargo estará cargado de significación política.
Bruno Forte, teólogo napolitano y arzobispo de Chieti-Vasto, en Italia, que llegó a Brasil acompañando a una delegación de jóvenes, dijo a un diario local: “Aquí se entiende por qué una de las primeras citas en Rio del Papa Francisco será visitar una favela. Como en Lampedusa también aquí el Papa vino al fin del mundo para prender los reflectores de los medios y de los corazones sobre los más pobres y abandonados. ¿Un Papa incómodo? Simplemente un testimonio del Evangelio, que dice que El se hizo pobre por amor a los pobres, para liberarnos de nuestra ceguera y darnos el coraje de creer en un mundo más justo y para comprometernos en realizarlo”.
Agenda del Papa para este jueves 25 de julio
07:30 (10:30 GMT) Santa Misa en privado en la Residencia de Sumaré, Río de Janeiro
09:45 (12:45 GMT) Entrega de las llaves de la ciudad al Santo Padre y Bendición de las banderas olímpicas en el Palacio de la Ciudad, Río de Janeiro
11:00 (14:00 GMT) Visita a la comunidad de Varginha (Manguinhos), Río de Janeiro.Discurso del Santo Padre
18:00 (21:00 GMT) Fiesta de acogida de los jóvenes en el paseo marítimo de Copacabana, Río de Janeiro. Saludo y discurso del Santo Padre
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