domingo, 17 de junio de 2012

La ropa, más protegida y más cara

El impacto de las trabas a las importaciones y las medidas restrictivas, se siente. La importación bajó 12% en el primer cuatrimestre por las trabas aduaneras y los precios le ganan a la inflación.

 

Menor déficit comercial a costa del consumidor. Eso es lo que ocurre, según analistas consultados, en el sector de la indumentaria, donde las restricciones a la importación impuestas por el Gobierno han provocado el encarecimiento de la ropa en el mercado local.

"En un mercado tan protegido como el de las confecciones, los empresarios locales no tienen incentivos para invertir y producir más. Al tener un mercado cautivo, lo que se ha venido dando es un incremento de los precios", dijo Alejandro Ovando, director de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES).

Un informe de esa consultora muestra que en los primeros cuatro meses de 2012 las importaciones de ropa sumaron 133,8 millones de dólares, es decir, 12% menos que en el mismo período del año pasado. A la vez, se observó un ligero aumento en las exportaciones, lo que permitió reducir el déficit comercial de indumentaria de US$ 124 millones a 102 millones. "Desde 2009, que fue el año de la crisis internacional, no se registraba una caída en la importación de confecciones y esto está directamente relacionado con las trabas al comercio", dijo Ovando.

Voceros de la industria textil local, sin embargo, afirman que el encarecimiento de la ropa no está relacionado con las dificultades para importar ese tipo de productos, sino que es consecuencia de la suba generalizada de los precios. "Es totalmente mentirosa la conclusión de que los precios del mercado aumentan por las dificultades para importar. Todo aumenta, no sólo la ropa", dijo Víctor Hugo Benyakar, presidente de la Cámara Argentina de Indumentaria de Bebes y Niños (Caibyn).

Son muchos los mecanismos que se utilizan para limitar el ingreso de textiles extranjeros al país: elevados derechos de importación, licencias no automáticas (LNA), denuncias por dumping (la mayoría de las cuales se han presentado contra China, principal exportador de ropa a nivel mundial). Varias de estas medidas no son nuevas, pues la industria textil es considerada un "sector sensible", según explicó Horacio Lazarte, analista económico sectorial en la consultora abeceb.com. "Es un sector muy protegido, que se encuentra favorecido por distintas medidas de resguardo comercial".

Sin embargo, en los últimos meses, las trabas se han endurecido. "Actualmente hay medidas fácticas, no escritas, que afectan particularmente al sector textil", dijo un empresario especializado en comercio exterior que no quiso ser nombrado. "En el caso de las DJAI [declaraciones juradas anticipadas de importación] hay más observaciones cuando lo que se importa son textiles que cuando se trae otros tipos de productos", dijo.

Al igual que Ovando, Lazarte explicó que estas mayores trabas a la importación terminan afectando al consumidor: "El costo de la protección lo tiene que asumir el consumidor. Cuando un mercado está cautivo, como ocurre con el textil, el costo lo paga el consumidor con precios más elevados".

Las cifras muestran que los precios de la ropa han subido más que los de la economía en general. Entre abril de 2011 y abril de 2012 el índice de precios al consumidor de Rosario, calculado por el gobierno de la provincia de Santa Fe, aumentó un 23%, mientras que los precios de la indumentaria lo hicieron en 26%. Algo similar ocurrió en San Luis, donde los precios en general mostraron una suba interanual de 24%, mientras que los de la ropa crecieron 27 por ciento. El caso más extremo fue el de Mendoza, cuyo gobierno decidió dejar de publicar sus estadísticas de precios y éstas se encuentran actualizadas sólo hasta marzo: en ese mes, los precios al consumidor de Gran Mendoza registraron una suba interanual de 21%, mientras que los de la indumentaria crecieron 30%. La inflación calculada por las tres provincias es similar a la de las consultoras privadas.

Pero Benyakar vuelve a ensayar una defensa: "En el supermercado usted puede encontrar ropa más barata que la importada. Además, el costo de producción representa apenas el 20 por ciento del precio final del producto, el resto corresponde a marketing, alquiler del local, entre otros factores, por lo que un aumento en ese 20 por ciento no afecta en nada".

Para el empresario textil, las medidas proteccionistas como las que favorecen a su industria son "lo mejor que puede hacer un gobierno para que el país funcione".

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