Así lo indicó ayer el gobernador Antonio Bonfatti después de que UPCN y ATE adelantaran sus pretensiones económicas. “Tirar una cifra por tirar es aventurado; tenemos que ver la tendencia nacional. La premisa es, siempre, que los trabajadores no pierdan el poder adquisitivo con respecto a la inflación", contestó el titular del Ejecutivo Provincial.
El cruce de intereses sobre este tema se inició la semana pasada. Fue cuando Alberto Maguid anticipó su desacuerdo con el techo del 18 por ciento de aumento que plantea el Gobierno Nacional. El histórico dirigente sindical sabe que ese porcentaje condiciona las negociaciones en las provincias y enseguida señaló que en Santa Fe “por menos del 20 por ciento” no se sienta a charlar en las futuras paritarias.
“No tengo por qué recibir otras órdenes más que las que me dan los que me eligieron, y si ellos me mandan a la batalla voy a la batalla”, expresó el secretario general de la Unión Personal Civil de la Nación Seccional Santa Fe. No obstante, cree que la relación con el gobierno de Antonio Bonfatti –tal como aconteció con la gestión de Hermes Binner– será de “mucho respeto, armoniosa, responsable y madura” a través de las paritarias.
A su vez, quien también se metió de lleno en el incipiente debate sobre una recomposición salarial fue el máximo dirigente de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Jorge Hoffman. En ese sentido, manifestó que “el momento propicio para fijar posición es cuando la discusión está muy cerca”, con lo cual se diferenció de la estrategia de Alberto Maguid.
Sin embargo, tras indicar que desde su gremio esperan abrir el debate en paritarias “lo antes posible para darle certeza y tranquilidad a los trabajadores”, dijo que a la hora de establecer un porcentaje tendrán en cuenta distintos aspectos, como la evolución fiscal, el crecimiento de la economía en general y “las pautas que el propio gobierno provincial ha dado”.
Luego, cuando se le pidió a Hoffman que arriesgue una cifra dijo: “Si el gobierno provincial ha fijado la pauta de 23 o 24 por ciento de aumento en los servicios que presta, el aumento salarial debe rondar alrededor de esa ecuación”. También, para mostrar que existe voluntad de conversar más allá del resultado de la negociación, añadió: “Sentarse a negociar uno se sienta siempre, en todo caso no acuerda”.
Frente a ese panorama, el gobernador Antonio Bonfatti trató ayer de bajar las ansiedades de los gremios estatales santafesinos al remarcar que recién en febrero se abrirán las paritarias, y aclaró que aún no se sabe la fecha exacta del encuentro entre las partes porque eso se determinará el año próximo.
—¿Pero ve viable esas cifras que se tiraron (entre un 20 y 24 por ciento)?
—Yo no veo viable nada hasta que no me siente a charlar en las paritarias (con los sindicatos).
—¿Cree que es un poco apresurado comenzar a hablar de montos antes de terminar 2011?
—Me parece que sí porque todavía no sabemos las perspectivas del año que viene. Tenemos que ver la tendencia nacional. La premisa es, siempre, que los trabajadores no pierdan el poder adquisitivo con respecto a la inflación. Tirar una cifra por tirar es aventurado porque no se sabe cuál es el impacto (en las arcas del Estado) y, además, hay que tener presente que después se deben pagar esos acuerdos.
Cuentas en rojo
En momentos donde el Ejecutivo pidió a la Legislatura una ampliación presupuestaria para utilizar recursos de diversas cajas en el pago del medio aguinaldo y el sueldo de diciembre, el diputado Mario Lacava (PJ) indicó: “La verificación de déficit financieros sucesivos durante el período 2008-2011, el bajo nivel de inversión pública, el incremento de la rigidez del gasto corriente provincial y la ausencia de políticas públicas concretas en las principales áreas de gobierno, son tres características que se relacionan entre sí, y que han identificado estos años de gestión socialista”.
“La falta de interés político –continuó– en invertir en obras queda demostrado con el bajo nivel de ejecución del presupuesto de obras públicas, que apenas alcanza un 45 por ciento de lo previsto presupuestariamente en los cuatro años de gestión; obras financiadas casi exclusivamente con los recursos del régimen federal con afectación específica, como los nuevos recursos del fondo sojero y en menor medida créditos internacionales”.
Según Lacava, “es notable la disminución en la cantidad de viviendas construidas y en construcción que apenas supera el 50 por ciento de las unidades alcanzadas en el período anterior, y peor aún son los resultados en materia de obras viales, por cuanto la inversión en el organismo responsable disminuyó más del 50 por ciento en la actual administración”.
Asimismo, dijo que para cubrir parcialmente el déficit acumulado en estos años se afectó el superávit de ejercicios anteriores, los recursos de la cartera administrada del Banco Residual y el saldo del fondo anticíclico heredados de la gestión anterior, afectando la totalidad del fondo unificado (Fuco) que se utilizaba para colocaciones a plazo fijo y a la ampliación de la deuda flotante.
“No debe escapar al análisis que los resultados deficitarios del Tesoro provincial se dieron en un marco de crecimiento económico que hicieron posible que los recursos tributarios provinciales crecieran sustancialmente por encima de la inflación del período y que dieron la posibilidad de consolidar una orientación del gasto mucho más efectiva y racional”, finalizó.
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