Trastornos. Lentitud en el tránsito, dificultad para cruzar la calle y falta de educación por parte de los conductores a diario generan problemas. Aseguran que hay otras necesidades más urgentes para cubrir.
por Romina Elizalde / relizalde@uno.com.ar
Problemático. Convivir con el tránsito en las horas picos se transforma en una misión imposible.
El ritmo de las obras en la avenida Blas Parera, que consisten en la refuncionalización de un tramo de casi seis kilómetros para la instalación del Metrofé, son intensos y desde el municipio aseguran que estas registran un avance que llega al 60%. Pero este beneficio tiene su contracara y es que los vecinos están preocupados por los trastornos que la obra genera en la vida diaria.
Los problemas van desde lentitud en el tránsito, peligro al momento de cruzar la arteria y falta de información para los afectados. A esto hay que sumar el descontento por la prioridad que se le dio a estos trabajos en detrimento de otras necesidades que vienen de larga data y que al día de hoy no fueron atendidas, como el deterioro de las calles internas y la falta de pavimento en las mismas.
Diario UNO realizó un recorrido a lo largo de distintos tramos de la avenida para constatar la opinión de los vecinos y comerciantes que a diario se manejan en las inmediaciones de la zona intervenida.
El mediodía de ayer y con el día cargado de sol muestra un intenso movimiento. Noelia, vecina de Villa Hipódromo, lleva todos los días a su hijo a la escuela utilizando el colectivo. "Me parece mal, porque tengo que cruzar la calle y esperar el colectivo. Si un auto no para, puede pasar algo", opinó sobre las obras que invaden la arteria.
"Cruzar la avenida es un problema, acá no respetan la velocidad y ahora el semáforo está roto", agrega Noelia.
Desde uno de los locales ubicado sobre la arteria al 6400, Alberto, un empleado, sostuvo que uno de los principales problemas que se evidencian hoy está relacionado con el tráfico. "Hay muchas complicaciones por la obra", afirmó. Otra de las preocupaciones que mencionó está vinculada a las calles transversales y al hecho que estas son de tierra, un factor que podría limitar el tráfico y el sistema de estacionamiento. A esto sumó la falta de luz en horas nocturnas en la zona que ocupa la obra; a pesar de esto no se registraron accidentes de tránsito.
"Es un desastre esto, a nadie de los que yo pregunté le sirve", aseguró con un tono de enojo e indignación Luci Verone, quien hace más de 24 años vive en la zona.
En esa línea, aseguró que las obras por ahora no terminan de convencer. "¿A quién le sirve si está todo descampado? ¿Tanta gente va a tomar el colectivo?", preguntó, al mismo tiempo que señalaba las paradas ubicadas frente al local ubicado en Blas Parera al 6900. Además, explicó que las distancias para los automovilistas se complican en los horarios pico, y los colectivos se ven obligados a desviar. "Es impresionante la cola", aseguró la señora. Llegando a la altura de Blas Parera al 7000, en una zona repleta de negocios y en donde el tránsito es intenso en todo momento, los comerciantes consultados durante la recorrida que realizó Diario UNO en la arteria se mostraron preocupados sobre los efectos que generan los trabajos y las consecuencias futuras.
"No sé si beneficios, pero es como si tuviéramos el tráfico y la gente sobre los locales, ya que si bien la avenida se amplía, se achica la vereda y queda encima del negocio", explicó Carina, propietaria de un local de venta de indumentaria. Carlos, personal de seguridad de la cuadra que hace dos años trabaja allí, señaló: "Lo que vi hasta el momento es que la gente y los comerciantes se quejan, porque al no poder estacionar más sobre la avenida, quita movimiento a la calle", explicó el guardia, a lo que agregó que en la zona no hay cloacas. "Todo esto es zona de pozo y hay que hacer otra mano para poder doblar sobre Vieytes", señaló como un déficit que requiere solución. Al mismo tiempo que relató que para seguir adelante con los trabajos se debía romper sobre las veredas de la cuadra. "No sabían que había pozos", aseguró el personal de seguridad.
En los aspectos vinculados con el tránsito, Carlos relató que los automóviles se instalan en el medio de la avenida en caso de que los inspectores lo permitan, sobre las transversales o sobre las veredas, algo que se pudo observar en la producción de esta crónica.
"Lo que es el tránsito es un desastre por la obra, yo estoy todo el día acá hasta las doce de la noche y he visto accidentes feos", describió.
"En cuanto al tránsito, es imposible. Y la gente que anda en la zona ya no se detiene para acercarse a los locales", sostuvo Carolina, quien trabaja en un local de ropa instalado en la esquina de Blas Parera y Vieytes. Y sin dudar calificó el tránsito como "terrorífico" al momento de tener que cruzar la calle. Consultada sobre los beneficios fue tajante: "No veo los beneficios, acá se dice que esto va a conectar los barrios –se explayó la vecina–, pero lo que es el resto de la avenida es un desastre, de pozos y todo lo que busqués y eso no se va a arreglar", consideró. Seguidamente aseguró: "Lo que es ingresar a los barrios es imposible, es una vida aparte".
El desconocimiento de los vecinos en relación a los cambios que traerá aparejado la instalación del nuevo sistema de transporte es general. La mayoría de los consultados manifestó que no cuenta con información en torno al futuro funcionamiento del tránsito.
"Beneficios yo no veo ninguno, puede quedar más lindo a la vista, lo mismo que no sé hasta qué punto se respetará el hecho de que solo circule el vehículo sobre el carril. Para mí no va a dar resultado", señaló la joven, quien tiene poca fe en la practicidad del futuro sistema de transporte.
En la cuadra siguiente, Luis, quien posee una pollería y verdulería, fue contundente al ser consultado sobre el tema: "Desde mi punto de vista es un retroceso, porque con el parque automotor que hay ahora en Santa Fe es un desastre", tiró el comerciante, quien si bien hasta ahora no registró caídas en la demanda de su local, es consciente de que en un futuro cercano los autos no podrán estacionar más en cercanías a su local. "Acá va a pasar lo que sucedió en calle Rivadavia, se fueron todos los negocios por no poder estacionar. Deduzco que va a pasar lo mismo", aseveró el propietario del local que hace un año está instalado en el corazón de la arteria.
Esta instantánea de los trabajos que modificarán la avenida muestra que la gente de la zona, por el momento, no está convencida de la eficacia del proyecto. El tiempo dirá si esos reparos tienen real asidero o si solo fueron reacciones ante un cambio sustantivo en la tan transitada zona de la ciudad.
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