Inseguridad rural Ganaderos de Tostado devastados por sucesivos hechos delictivos

Más de una docena de productores del distrito Tostado manifestó su preocupación por ser víctimas de constantes hechos delictivos y por la falta de respuestas de quienes deben ofrecer seguridad.

Foto: Agencia
Eloy Rodríguez

La inseguridad fue la causa convocante para que más de una docena de productores de Tostado, manifestaran su preocupación y disconformismo por la falta de actuación de distintos organismos de seguridad, por ser objetos de reiterados casos de robos y abigeato que, además del detrimento patrimonial de cada uno, provoca temor ante la posibilidad que la situación detone en hechos violentos.

Los damnificados hicieron los reclamos correspondientes ante las autoridades competentes, como ser Guardia Rural Los Pumas, Ministerio de la Acusación, Unidad Regional XII de Policía y demás estamentos judiciales de la ciudad de Tostado, sin obtener respuestas positivas a lo planteado ya que lo esgrimido desde las fuerzas de seguridad se limitó a “no tener personal ni móviles suficientes” para rastrillar la zona.

Dada esta situación, los productores aportaron datos de quienes podrían ser los delincuentes y tampoco obtuvieron acciones satisfactorias de parte de los funcionarios judiciales incluso, al decir de las víctimas, “las autoridades varias veces se negaron a recibir nuestras denuncias”.

Elementos

Los delincuentes ven facilitado su accionar ya que, cortando alambrados o violentando candados, generalmente en horas de la noche o primeras horas de la tarde, se introducen en los establecimientos agropecuarios para robar lo que encuentran a su paso: animales (carneados dentro del mismo campo), productos agroquímicos, semillas, combustible, herramientas, motores, acoplados y artefactos del hogar, ocasionando el temor a los propietarios de ingresar a sus propias viviendas.

Según manifestaron los productores perjudicados por estos actos delictivos, el detrimento económico ascendería a una suma cercana a los $ 2.000.000, los robos vienen sucediendo desde hace, aproximadamente, medio año, y algunos campos fueron robados más de 5 veces.

Área comprendida

Según lo explicado por los damnificados, (mayoritariamente con negocios en Tostado, que los lleva a estar presentes en los mismos), la zona donde los delincuentes rurales se mueven con total libertad abarca 300.000 hectáreas comprendidas de sur a norte por las Ruta Provincial 17 (que une la Ruta Provincial 2 con la Nacional 34 a la altura de Ceres) y la RP 290-S (acceso a la localidad de Pozo Borrado) y de este a oeste por la Ruta Provincial Nº 77 hasta la Ruta Interprovincial Nº 35 (limítrofe con la provincia de Santiago del Estero).

Dentro del mapa descripto quedan incluidos los establecimientos agropecuarios adyacentes a las Rutas Nacionales 95, 98 y 40, como así también aquellos que están a la vera de la Ruta Provincial Nº 91.

Dada la extensión de la región afectada, los controles deberían extremarse ya que existen un sinnúmero de caminos rurales con la posibilidad de la vía de escape hacia el oeste a través de la Ruta Interprovincial Nº 35, para entrar en territorio santiagueño y dificultar aún más las tareas de rastrillaje, como así también la alternativa de fuga hacia el este ya que la Ruta 77 es cercana a la Ruta 13 limítrofe con el departamento Vera.

Debido a la crítica situación de inseguridad que viven estos productores, los mismos solicitan una reunión, dentro del menor tiempo posible, con el ministro de Seguridad de la provincia, Maximiliano Pullaro, para encontrar una solución a esta caótica realidad por la que pasa el sector rural del Distrito Tostado.

>>> Análisis 

Una región desértica de control
(Por Eloy Rodríguez)

El límite entre Santa Fe y Santiago del Estero, dado por la Ruta Interprovincial Nº 35, es la superficie ideal para el robo de cereales, agroquímicos, herramientas rurales y artefactos hogareños, como así también para el abigeato. Es una región desértica de pobladores y de control. El área está surcada por caminos alternativos que facilitan el escape. Esta problemática se ve agravada por complicidades y la falta de personal en los organismos preventivos de los delitos rurales. De acuerdo con lo detallado en esta nota, la magnitud de los robos hace suponer que los mismos no es el resultado del accionar de una sola persona y que se necesita movilidad y tiempo para realizar los ilícitos y elegir la vía de fuga.