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viernes, 1 de enero de 2016

A los tiros y en la oscuridad "Estoy orgulloso... hice lo que debía"

Lo dice el suboficial Héctor Daniel Fernández (31) quien anoche se tiroteó con delincuentes dentro de la fiambrería Ilusión (Sgo del Estero y Francia). Fernández terminó con dos impactos de bala. Por suerte, está fuera de peligro.

Foto: Danilo Chiapello
Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com

La oscuridad da miedo... siempre. Pero si en ese contexto se produce un enfrentamiento a tiros, el cuadro es más que aterrador.

Esto fue lo que se vivió anoche dentro de la fiambrería Ilusión, en la esquina de Sgo. del Estero y Francia, en momentos que gran parte de la ciudad estaba a oscuras por un corte de magnitud en el suministro del fluido eléctrico.

Héctor Daniel Fernández (31) es un joven suboficial que desde hace 8 años lleva con sincero orgullo el uniforme policial.

Anoche el plan de Héctor era compartir una cena con su novia Cilene. Sin embargo, por esas cosas de la vida, estuvo cara a cara con la muerte.

Dos tipos “normales”

Este jueves por la mañana Héctor se encontraba internado en un sanatorio privado reponiéndose de sus heridas. Lo que sigue es su relato directo sobre lo acontecido en el comercio.

“Anoche, cerca de las 20,30 me encontraba en la casa de mi novia cuando tuvimos la idea de armar una ‘picada’. Entonces voy hasta la fiambrería ubicada en Francia y Sgo. del Estero.

Ingreso yo y junto conmigo entran dos otros dos hombres. En principio nada me llamó la atención sobre ellos. Parecían dos tipos normales. Incluso dejé que los atiendan a ellos primero.

Cuando la empleada estaba por despachar a uno, me doy cuenta que se estaban separando dentro del local. No me gustó esa actitud.


Foto: Flavio Raina

”Me iban a matar”

“Quiero acercarme para ver qué pasaba pero el tipo se da vuelta y saca un arma, calibre 22. Me apunta a la cabeza y me dice que me tire al suelo porque iba a disparar. Me vuelve a gritar y ahora me apoya el arma en la cabeza.

Al ver la situación me tiro al suelo. Me obligan a poner los brazos en la espalda. Me quieren maniatar con cinta aisladora. Pero en eso, con una de sus piernas me toca en la cintura, justo donde yo tenía mi arma reglamentaria. Cuando la toca, me la quiere sacar. Fue ahí que pensé: si la encuentra (al arma) se va a dar cuenta que soy policía y me va a matar.

Entonces me doy vuelta y le agarro el arma con la que me tenía apuntado. Comenzamos a forcejear, pero el zafó y empieza a pedir ayuda a su compinche.

Tiré al bulto

“El tipo efectúa un tiro que me pega en el hombro. Yo saco mi arma y me identifico. Le digo ‘¡alto... policía!’
Cuando escuchan eso me efectúan un nuevo disparo. Entonces ya sin más demora yo también le disparo. Tiré al bulto porque en ese momento el local estaba todo a oscuras porque no había luz.

El habrá realizado unos cuatro tiros y yo otros tantos. Los empleados y los dueños estaban todos en el fondo, porque los habían obligado a tirarse al suelo.

“Después se dieron a la fuga sin problemas..., salieron corriendo. No pude ver si estaban con algún vehículo. Yo lo que hice me incorporé y pregunté a las demás personas si estaban todos bien, y les recomendé que nadie se asome a la calle. Más que nada por seguridad.

Yo fui auxiliado por mis compañeros que me trasladaron en un patrullero.

Tengo dos heridas de arma de fuego. Una en el hombro izquierdo y cuando subo al móvil me doy cuenta que tenía un impacto en la rodilla derecha. La bala me quedó alojada y quizás tengan que operarme.

Por último Héctor sostuvo que “es la primera vez que me toca un enfrentamiento, en ocho años que tengo de servicio.

Después de este episodio me siento un afortunado, de poder estar aquí hablando. Y a la vez estoy muy tranquilo porque hice lo que debía, como corresponde. Yo soy policía las 24 horas, esté de civil o uniformado, es mi trabajo”, sentenció.

"Hizo todo para defendernos"

Foto: Danilo Chiapello

Sandra Melgarejo es la titular de la fiambrería Ilusión. Esta mañana, en diálogo con El Litoral, solo tuvo palabras de elogio para el policía herido, a tiempo que se indignó por la situación de inseguridad.

“Eran cerca de las 20,45 cuando entraron dos delincuentes armados, nos apuntaron a todos a la cabeza y nos redujeron. Creíamos que el negocio estaba cerrado, pero en realidad estaba abierto porque no habían puesto bien la llave.

No hicieron tirar al piso, y nos insultaron. Eran dos tipos grandes, de 25 a 30 años. Fue una situación horrible.

Estábamos tirados en el suelo cuando comenzamos a sentir tiros... acá adentro. En medio de la oscuridad.
Después se fueron corriendo.

Un cliente que estaba acá adentro se levantó y nos dijo ‘soy policía y estoy herido’. Vimos que tenía un balazo en el hombro y otro en la pierna. Fue tremenda la valentía que tuvo ese muchacho. Hizo todo para defendernos”, dijo.

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