Es un vendedor ambulante que ingresó a la comisaría por una exhibición obscena y salió muy golpeado. Está en coma farmacológico. El vendedor ambulante está en terapia intensiva del Heca.
La Capital |
La investigación por el confuso caso en el que está implicado un vendedor ambulante que pelea por su vida luego de haber sido detenido el sábado pasado en la comisaría 15ª de Rosario y recibir una feroz golpiza, busca profundizar si se realizaron los procedimientos de rigor. Es decir: si realmente el médico policial constató la salud del hombre (habría indicado que sólo tenía un raspón sobre una ceja y que estaba muy ebrio), si se solicitó información sobre los agentes de la Policía de Acción Táctica (PAT) que lo detuvieron y qué recorrido hicieron los patrulleros, quiénes conformaban la dotación de la seccional al momento del hecho y el libro de guardia de la repartición.
Mientras Roberto Hugo Martelón, de 56 años, lucha por su vida en el Hospital de Emergencia Clemente Alvarez (ver aparte), la Fiscalía Regional busca determinar qué pasó con él cuando ingresó detenido por una falta menor el sábado a la seccional 15ª y con leves rasguños, y ocho horas más tarde terminó internado con gravísimas heridas en la cabeza y en un pulmón.
Después de una denuncia que hizo el Servicio Público de la Defensa Penal de la provincia en conjunto con una familiar de la víctima por un aparente caso de privación ilegal de la libertad y torturas, se abrió una investigación. Para echar luz sobre esa confusa situación, desde la oficina de Violencia y Corrupción Policial del Ministerio Público Fiscal ordenaron medidas para saber si se cumplieron los protocolos de rigor desde que fue detenido.
Llegó ebrio. En primer lugar se solicitaron los nombres de los policías de la PAT y el posicionamiento del móvil de esa brigada que detuvo al vendedor, el libro de guardia de la seccional, el listado de todo su personal y, además, una ampliación del informe del médico policial que revisó al vendedor ambulante.
Es que en ese momento y que según las primeras informaciones, se constató que sólo estaba ebrio y con una leve contusión sobre una ceja. Para los investigadores sería crucial dilucidar esa situación, ya que no se entiende cómo luego de la intervención del médico el hombre derivó en un estado de salud tan delicado.
Y para deslindar responsabilidades, hasta se solicitó el informe del GPS del auto que utilizó el médico para llegar a la seccional. Además, en la fiscalía se ordenó una pericia médica que pueda determinar las causas de los golpes que presenta Roberto.
Cabe recordar que de acuerdo a la denuncia y a la datos preliminares que le aportaron los propios uniformados de la comisaría de Sarmiento y Ameghino al familiar de Martelón, el hombre habría sido golpeado por dos personas que compartieron la celda, aunque no se descarta que haya tenido cierta participación el personal policial.
En ese sentido, el fiscal de la Unidad de Homicidios Adrián Spelta entrevistó a las dos personas que compartieron el calabozo. Según sus dichos, todos se durmieron pero al despertar en la mañana advirtieron que a Roberto le corría un hilo de sangre en la boca y estaba inconsciente.
Martelón fue trasladado a la seccional de Sarmiento al 4310 luego de ser detenido en una estación de servicios ubicada en Uriburu y San Martín tras la denuncia de una vecina que lo observó orinar detrás de un árbol.
Esa versión se la habría dado el mismo personal de la seccional a una cuñada del detenido. Esta mujer explicó que Roberto se dedica a la venta ambulante de ropa y que como lo hacía habitualmente, el viernes salió de su casa a las 20. Después lo vieron detenerse en un bar de Juan Canals y San Martín.
Exhibiciones obscenas. Según información oficial, el hombre en realidad habría sido detenido por exhibiciones obscenas y se solicitó la intervención de la Unidad de Delitos Sexuales de la fiscalía, que ordenó que lo revisara un médico policial y lo dejara en libertad.
Lo concreto el hombre quedó en el calabozo y habría sido revisado por un médico a las 2 de la mañana sin que se constatara ninguna lesión de importancia.
Luego se recostó a dormir en su celda donde momentos más tarde fueron ingresados dos muchachos “en estado de exaltación”, según refirió la denuncia que hizo la defensa pública, que se basó en dichos del personal de la dependencia, quienes aseguraron que “fueron esos detenidos quienes agredieron a la víctima”.
Sin embargo la cuñada de Martelón, que acompañó la denuncia y se constituyó como querellante, dijo que “ningún policía de la comisaría pudo dar cuenta de haber visto u oído golpes contra el hombre”.
A las 7 de la mañana Roberto fue revisado nuevamente por personal médico y se constató que no reaccionaba. El Sies derivó al paciente al hospital Roque Sáenz Peña, donde no pudieron recibirlo por falta de camas. La ambulancia recaló entonces en el hospital Provincial donde tampoco lo atenderlo ante la ausencia de un tomógrafo.
Finalmente fue atendido en el Heca donde constataron un cuadro clínico grave. El peregrinar de Roberto desde que fue detectado inconsciente en la comisaría hasta su internación, habría durado unas 8 horas.
Mientras Roberto Hugo Martelón, de 56 años, lucha por su vida en el Hospital de Emergencia Clemente Alvarez (ver aparte), la Fiscalía Regional busca determinar qué pasó con él cuando ingresó detenido por una falta menor el sábado a la seccional 15ª y con leves rasguños, y ocho horas más tarde terminó internado con gravísimas heridas en la cabeza y en un pulmón.
Después de una denuncia que hizo el Servicio Público de la Defensa Penal de la provincia en conjunto con una familiar de la víctima por un aparente caso de privación ilegal de la libertad y torturas, se abrió una investigación. Para echar luz sobre esa confusa situación, desde la oficina de Violencia y Corrupción Policial del Ministerio Público Fiscal ordenaron medidas para saber si se cumplieron los protocolos de rigor desde que fue detenido.
Llegó ebrio. En primer lugar se solicitaron los nombres de los policías de la PAT y el posicionamiento del móvil de esa brigada que detuvo al vendedor, el libro de guardia de la seccional, el listado de todo su personal y, además, una ampliación del informe del médico policial que revisó al vendedor ambulante.
Es que en ese momento y que según las primeras informaciones, se constató que sólo estaba ebrio y con una leve contusión sobre una ceja. Para los investigadores sería crucial dilucidar esa situación, ya que no se entiende cómo luego de la intervención del médico el hombre derivó en un estado de salud tan delicado.
Y para deslindar responsabilidades, hasta se solicitó el informe del GPS del auto que utilizó el médico para llegar a la seccional. Además, en la fiscalía se ordenó una pericia médica que pueda determinar las causas de los golpes que presenta Roberto.
Cabe recordar que de acuerdo a la denuncia y a la datos preliminares que le aportaron los propios uniformados de la comisaría de Sarmiento y Ameghino al familiar de Martelón, el hombre habría sido golpeado por dos personas que compartieron la celda, aunque no se descarta que haya tenido cierta participación el personal policial.
En ese sentido, el fiscal de la Unidad de Homicidios Adrián Spelta entrevistó a las dos personas que compartieron el calabozo. Según sus dichos, todos se durmieron pero al despertar en la mañana advirtieron que a Roberto le corría un hilo de sangre en la boca y estaba inconsciente.
Martelón fue trasladado a la seccional de Sarmiento al 4310 luego de ser detenido en una estación de servicios ubicada en Uriburu y San Martín tras la denuncia de una vecina que lo observó orinar detrás de un árbol.
Esa versión se la habría dado el mismo personal de la seccional a una cuñada del detenido. Esta mujer explicó que Roberto se dedica a la venta ambulante de ropa y que como lo hacía habitualmente, el viernes salió de su casa a las 20. Después lo vieron detenerse en un bar de Juan Canals y San Martín.
Exhibiciones obscenas. Según información oficial, el hombre en realidad habría sido detenido por exhibiciones obscenas y se solicitó la intervención de la Unidad de Delitos Sexuales de la fiscalía, que ordenó que lo revisara un médico policial y lo dejara en libertad.
Lo concreto el hombre quedó en el calabozo y habría sido revisado por un médico a las 2 de la mañana sin que se constatara ninguna lesión de importancia.
Luego se recostó a dormir en su celda donde momentos más tarde fueron ingresados dos muchachos “en estado de exaltación”, según refirió la denuncia que hizo la defensa pública, que se basó en dichos del personal de la dependencia, quienes aseguraron que “fueron esos detenidos quienes agredieron a la víctima”.
Sin embargo la cuñada de Martelón, que acompañó la denuncia y se constituyó como querellante, dijo que “ningún policía de la comisaría pudo dar cuenta de haber visto u oído golpes contra el hombre”.
A las 7 de la mañana Roberto fue revisado nuevamente por personal médico y se constató que no reaccionaba. El Sies derivó al paciente al hospital Roque Sáenz Peña, donde no pudieron recibirlo por falta de camas. La ambulancia recaló entonces en el hospital Provincial donde tampoco lo atenderlo ante la ausencia de un tomógrafo.
Finalmente fue atendido en el Heca donde constataron un cuadro clínico grave. El peregrinar de Roberto desde que fue detectado inconsciente en la comisaría hasta su internación, habría durado unas 8 horas.
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