Docentes de la UNL mostraron experimentalmente a estudiantes los efectos que puede tener sobre el cuerpo el consumo excesivo de bebidas cola. De esta manera, les inculcan hábitos saludables y los introducen al mundo de la ciencia.
Prensa UNL |
Como una forma de dar a conocer los beneficios de llevar adelante hábitos saludables y como primeros pasos en la experimentación científica, chicos de la localidad de Gálvez estudiaron en el laboratorio el poder corrosivo que tienen algunas gaseosas cola que se consumen habitualmente.Se trata de un taller que brindan docentes de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) en eventos como la Semana de la Ciencia, destinado a estudiantes de escuelas primarias.
La responsable del trabajo es Rita Archelasqui, que se desempeña en las cátedras de Química General y Química Inorgánica del Centro Universitario de Gálvez (CU-Gálvez) de la UNL. La idea es que los chicos visualicen experimentalmente las consecuencias adversas que puede tener el consumo excesivo de gaseosas.
“En los talleres que realizamos pusimos en contacto algunas gaseosas con muestras que podrían ser similares a estructuras tales como los huesos y los dientes, para poder ver los efectos y extrapolarlos a nuestro cuerpo”, explicó.
Según agregó, se trata de una buena estrategia educativa para prevenir problemas de salud y como promoción de una alimentación segura y saludable.
Mejor el agua
Archelasqui comentó que el proyecto también tiene como fin promover el consumo de agua. “A lo largo de la experiencia hacemos una estadística en la que vemos si los chicos consumen gaseosas, cuáles son las de su preferencia, en qué medida las consumen y si sienten que se sacia su sed con ellas. También hacemos una descripción de los ingredientes de la bebida cola más importante y les mostramos un video que cuenta muy bien cómo se fabrica”, apuntó.
Hasta ahora, en ese acercamiento a los hábitos notaron que el consumo de gaseosas era muy variado, ya que algunos las consumían sólo una vez por semana, pero otros las tomaban todos los días, incluso había quienes las compraban en sus escuelas.
La docente comentó que en los encuentros realizan también un ensayo, una forma de acercar el laboratorio a los estudiantes que no cuentan con uno en sus escuelas. “Es una manera de trabajar en un entorno diferente y a ellos les llama muchísimo la atención y los motiva. Fomentamos el conocimiento científico acercando los recursos”, destacó.
“Hacemos lo más complejo posible dentro de la simplicidad. Los niños aprenden las normas básicas de trabajo en el laboratorio y después ponen diferentes muestras en contacto con las bebidas gaseosas durante un tiempo determinado. De esta manera, les proveemos de probetas y otros materiales de laboratorio y les enseñamos a utilizarlos. Es un trabajo muy abarcativo y provechoso”, continuó.
Con la ayuda de la docente y alumnos de la carrera de Analista Universitario de Alimentos, los estudiantes seleccionan y esquematizan las muestras, aprenden a observar rigurosamente. “Ellos también tienen un momento en el que imaginan cómo creen que quedarán las muestras. Es muy importante para saber qué piensan y darles espacio a la expresión”, sostuvo. Luego se lleva a cabo la etapa netamente experimental y por último, para que hagan una comparación, se les presentan a los chicos los materiales que han estado en contacto con las gaseosas durante una semana.
“Aunque depende de la matriz de la muestra, se pueden observar efectos debido a las gaseosas, que es lo que queremos extrapolar para mostrar el efecto sobre el cuerpo. Por ejemplo, se puede ver desgaste de esmalte similar al que sucedería con el de los dientes. La superficie pierde brillo y se vuelve lisa, porosa. Los huesos se reblandecen. El efecto de las gaseosas es muy significativo”, detalló.
En las conclusiones, los docentes destacan los beneficios del consumo de agua, les entregan a los chicos materiales didácticos sobre alimentación saludable, enfermedades crónicas no transmisibles e incluso sobre la rotulación de los alimentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario