El director del instituto que forma a futuros miembros de la fuerza provincial, Aniceto Morán, explicó las razones por las cuales la mitad de los aspirantes no supera las pruebas psicológicas, y lo que se espera de ellos. Qué exámenes se aplican en estos casos.
La Capital |
Casi la mitad de los aspirantes a ingresar este año a la policía no logró superar el test psicológico. Se trata de la primera prueba que deben pasar los interesados en sumarse a la fuerza, que se inscribieron en el Instituto de Seguridad Pública (Isep).
Los jóvenes que no salieron airosos de estos exámenes, no lograron acreditar competencias y rasgos de personalidad acordes con el perfil que se espera para un uniformado en formación.
El director del Isep, Aniceto Morán, precisó que este año hubo récord de anotados: más de 9.000 personas, de las cuales 2.500 fueron desestimados desde el inicio, por no tener el secundario completo o estar excedidos en edad. A los 6.500 que quedaron en carrera, se les tomaron, por etapas, los exámenes psicológicos.“Y alrededor del 45 por ciento no logró superar este primer filtro”, confirmó Morán.
El examen psicológico consta de tres entrevistas personales con el gabinete psicosocial (psicólogos y psiquiatras) del Isep, de la Policía de la provincia y, eventualmente, del Servicio Penitenciario y/o profesionales externos contratados, explicó Morán. También, aplican una batería de test que arrojan datos cuantitativos y cualitativos para completar la evaluación.
Consultado al respecto, Morán –quien aclaró que no es psicólogo–, explicó que “se busca que los alumnos tengan una personalidad estable, que sepan tomar decisiones en momentos de crisis, manejar su autoridad –sin excederse– y, por encima de todo, capacidad para trabajar en equipo”. Profundizando, explicó que “un policía es un funcionario público que debe garantizar seguridad, pero sin perder de vista que es un vecino más. Respetar la autoridad y aplicar la suya propia, sin incurrir en actitudes violentas”.
“Cuando hablamos de «autoridad», hablamos de aquella que nace del pueblo. Luego un policía tiene superiores jerárquicos de la fuerza. Y las de los demás poderes del Estado. Debe aplicar las normas necesarias para la convivencia en un país con un régimen democrático”, agregó.
“Como en cualquier trabajo”
—¿Se indaga sobre rasgos o tendencias comportamentales que pueden entrar en conflicto con la ética o la ley? La institución policial siempre está bajo la lupa y la sociedad demanda transparencia.
—Los exámenes son de índole laboral. Es un proceso de selección de personal como en cualquier institución, incluso privada, aunque buscando un perfil específico. Se analiza la personalidad del posible futuro alumno del Isep, si coincide con lo que se busca. Pueden surgir naturalmente de esa indagación rasgos patológicos, que inhabilitan a la persona, por ejemplo, a usar un arma, aunque esos son muy pocos casos. Obviamente, deben mostrar fuertes convicciones valorativas, en congruencia con el espíritu democrático de las instituciones y una escala de valores derivada de ellos. Y capacidad de actuar contra el delito sin que se involucre ni distorsione su propia escala de valores. Esto es muy importante.
—Lo llamativo es que el 45 por ciento de los aspirantes no reúna el perfil...
—Desde hace cuatro años, al menos en mi gestión al frente del Isep, los números han sido casi los mismos: entre un 35 y un 45 por ciento han tenido alguna característica que no era conveniente. Estos mismos exámenes de carácter psicolaboral son tomados al final de la formación para evaluar si durante el cursado han mantenido o cambiado su personalidad. Entonces, no necesariamente aprueban el examen de preingreso a la policía, aunque son muy pocos los casos. Hay un seguimiento.
La ansiedad y la impulsividad
—¿Cuáles los rasgos “inconvenientes” según el perfil ideal?
—Prefiero hablar de “rasgos convenientes”: capacidad de adaptarse a situaciones nuevas e inesperadas, sociabilidad, tolerancia a la frustración, analizar las situaciones a las que se enfrentan y superarlas sin estresarse. Poder manejar los impulsos: no excederse, aunque a la vez tener capacidad de responder a lo que demanden de las circunstancias. Deben tener un buen nivel intelectual, análisis, reflexión, concentración y observación. Adecuado manejo de la ansiedad para no limitar su propia capacidad de reacción. Y reitero: manejo de la autoridad: no solamente en su vínculo con los superiores sino con su propia autoridad.
—¿Qué test se aplican?
—Psicométricos y proyectivos. Se trata de hacer una evaluación lo más objetiva posible. Son avalados por la Sociedad Argentina de Psiquiatría, por la Sociedad Argentina de Técnicas de Psicodiagnóstico y por los Colegios de Psicólogos.
Fortalezas, debilidades y riesgos
Por su parte, consultada la santafesina Cristina Potywka, psiquiatra y especialista en Medicina Laboral, si bien no intervino ni interviene en el proceso de selección de ingresantes al Isep, hizo un análisis del caso sobre la base de su formación y experiencia. “Desde el punto de vista teórico, que estos postulantes no ingresan a la policía porque no cuentan psíquicamente con los requisitos necesarios para pertenecer a las fuerzas de seguridad, no significa que tengan un problema psicológico; sino que la naturaleza del individuo no es compatible con las exigencias del área”, explicó. Y consideró: “Perfectamente esos individuos no admitidos para tareas de seguridad pueden integrarse a cualquier otro tipo de empleo. Si estos sujetos ingresarían a la policía seguramente terminarían afectados en su psiquismo exponiéndose a un cuadro psicopatológico, dañándose a sí mismos y a terceros”. “Debe comprenderse –enfatizó Potywka– que no es caprichoso el resultado de la evaluación. No cualquier persona está preparada para resistir ambientes adversos, proteger con su vida a otras vidas, exponerse a las acciones de personas con conductas psicopáticas que no se adaptan a las normas, portar un arma y dispararla de ser necesario, entre otras miles de cuestiones”.
La vocación por sobre la necesidad
Potywka también describió que “muchas veces las personas por intensa necesidad económica, o hasta aquellas que imaginan o fantasean ingresar a seguridad inspirados en series de televisión o películas, esperan formar parte de la fuerza al costo que sea. Y esto no es sano y no nos beneficia como sociedad”. En coincidencia con esta mirada, también el director del Isep, Aniceto Morán, dijo que esas condiciones (la necesidad material y el deseo o la fantasía vinculados a la imagen de portar armas) suelen ser objetivo de especial análisis. Porque se intenta que, “tanto por la propia autorrealización de los aspirantes como por el bien de la comunidad, ingresen las personas que demuestren verdadera vocación con lo que la fuerza exige y la sociedad necesita”, describió el funcionario.
—Potywka, ¿qué son los test psicométricos o proyectivos?
—Las pruebas psicométricas buscan medir rasgos puntuales de la personalidad. La idea es lograr una descripción completa de la misma. Para eso recurren a estímulos concretos y su respuesta se encuentra estandarizada, tienen un enfoque cuantitativo: se cuantifica en baremos el resultado para compararlo con la norma. En cambio los test proyectivos recurren a estímulos más ambiguos, permitiendo al sujeto una respuesta libre bajo el supuesto que la persona proyectará en sus respuestas sus percepciones, sentimientos, estilos y/o conflictos. Tienen un enfoque cualitativo: se preocupan por la percepción subjetiva propia del individuo evaluado.
Según Potywka, ambas pruebas hacen un estudio de la personalidad, basado en el análisis de evaluaciones escritas, contestando cuestionarios, entre otras formas, para medir la capacidad intelectual y el comportamiento de la persona. También –dijo– esas pruebas determinan cuáles de las características evaluadas tiene la persona para el desempeño de un puesto determinado.
“Miden capacidades, intereses o aptitudes del individuo, tales como inteligencia, comprensión, fluidez verbal, intereses ocupacionales, rasgos de personalidad, actitudes, entre otros. Efectúa el estudio de la personalidad, basado en el análisis a través de pruebas gráficas, interpretación de láminas, relatos, situaciones imaginarias, etcétera. Con ello, se evalúan el equilibrio emocional, interés, tolerancia a la frustración, control de impulsos, capacidad para tomar decisiones, tolerancia a las presiones y liderazgo, entre otras”, completó Potywka.
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