Impulsada por sus amigos y familiares, que destacaban su belleza y su figura esbelta, Sofía se inscribió a principios de año en una agencia de modelos en Israel. Durante algunas semanas alternaba entre la escuela, su trabajo como limpiadora y su incipiente carrera, pero las cosas cambiaron muy rápidamente.
Uno de los jefes de la agencia vio su potencial y decidió llevarla a París, para probar suerte. No quedó en sus primeros castings,. Porque tiene 14 años y hay mucha polémica en torno a la contratación de menores.
Sin embargo, cuando su viaje estaba por finalizar y ya había perdido las esperanzas, el azar hizo que pasara por la famosa tienda de Dior en la Avenida Montaigne al mismo tiempo que allí se encontraba Raf Simons, director creativo de la marca y uno de los diseñadores más importantes del planeta.
Para él fue un flechazo. La vio y se convenció de que tenía que modelar para Dior. Semanas después. abrió su desfile de Alta Costura, junto a las principales top models de Europa, y firmó un contrato por 200.000 euros.
El de Sofía Mechetner es el caso más notable de una tendencia creciente: el involucramiento de adolescentes y preadolescentes en el mundo de la moda, que se caracteriza por su extrema competitividad y su estilo de vida poco saludable. Ella dice estar feliz, pero en las fotos llama la atención su delgadez, que no da un buen ejemplo para las jóvenes de su edad, que son todavía muy vulnerables.
El consejo de diseñadores estadounidenses y otros organismos similares alrededor del mundo han establecido regulaciones sobre el empleo de menores. Pero en muchos casos no se cumplen, y las consecuencias pueden ser muy complicadas.
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