lmasjoan@ellitoral.com
@lmasjoan
Ana María Acevedo dejó huellas profundas en la comunidad médica del hospital Iturraspe. La joven madre falleció allí en 2007. Tenía 19 años y tres hijos cuando le diagnosticaron un cáncer de mandíbula. Al poco tiempo supo que estaba embarazada y su situación se complicó: si hacía un tratamiento oncológico, corría riesgo la vida del bebé; si no lo hacía, la suya. Aunque en la Argentina no es punible el aborto cuando peligra la vida o la salud de la mujer (Art. 86 del Código Penal), los médicos se negaron a practicárselo y le hicieron una cesárea a las 22 semanas de gestación. Murió el bebé y a los 20 días, ella.
Ocho años después, el debate sobre cómo actuar sigue vigente y, en muchos casos, no quedan claros los límites y se hace una libre interpretación de las causales. En mayo de este año, se acusó al hospital de realizar un aborto en un embarazo de 18 semanas de gestación porque no reunía las características legales y de presionar a los médicos del equipo de Ginecología a practicarlo, aun cuando todos se manifestaron objetores de conciencia.
La semana pasada, la Multisectorial de Mujeres y el Inadi realizaron una jornada para debatir el tema y presentaron un folleto donde destacan las causales por las cuales consideran que una persona puede pedir una interrupción legal del embarazo (ILE). (Ver aparte)
Francisco Villano es el director del Iturraspe, participó de esas jornadas y accedió a dialogar con El Litoral sobre esta problemática sensible. “Al tema hay que abordarlo, no podemos esconderlo debajo de la mesa; del aporte de cada una de las partes va a salir una idea fundamental, que será lo mejor para nuestros pacientes”, dijo.
Al comenzar dejó en claro tres puntos. El primero es que “se trabaja en base a protocolos nacionales, a los que las provincias pueden adherir o no. Si bien hacen alusión al artículo 86 del Código Penal, no son leyes. En ellos se considera como central la salud sexual y reproductiva de la mujer, su derecho a tener hijos cuando lo desee, a la procreación y prevención del embarazo”.
En segundo lugar, se tiene en cuenta que “la mayor causa de mortalidad materna es el aborto clandestino”. Como tercer aspecto, Villano destacó que en la actualidad interpretan el concepto de salud de modo más amplio: “No sólo hablamos de la salud física, sino también de la psíquica y social. Y a veces esas otras dos condiciones son las que llevan a una mujer a tomar la decisión de seguir con un embarazo o no. Y no es una decisión superficial, lleva un proceso y hay que escuchar la situación de cada persona. Estas situaciones deben ser abordadas por un equipo de salud integrado por un médico, un psicólogo y un asistente social que evalúe integralmente el sentido de salud de la persona”.
—¿Se trabaja de este modo en los centros de salud de Santa Fe?
—Hoy en los centros de salud tenemos psicólogos, asistentes sociales y médicos. Al hospital también llegan estas situaciones. Y nos sirve como guía que estos protocolos se basen en causales, y dentro de ellas está la causal salud, con distintas aristas que tienen que ser evaluadas.
—Al aplicar la definición de salud de la OMS, que es tan amplia porque contempla situaciones físicas, sociales y psicológicas, ¿no se corre el riesgo de caer en subjetividades por parte de los médicos o del equipo que tiene que realizar la práctica, respetando la decisión de la mujer? En el caso de Ana María Acevedo estaba claro el serio riesgo que corría la madre porque tenía cáncer y no podía hacerse el tratamiento estando embarazada. Pero podría contemplarse como una causal social, por ejemplo, una situación de pobreza. ¿Cómo lo ve usted? ¿Cómo se actúa en esos casos?
—Primero, tenemos que ser muy claros en que la decisión de una interrupción de embarazo no la toma el equipo de salud. La toma la mujer.
—Pero la tiene que ejecutar el equipo de salud.
—El equipo de salud es un grupo de apoyo y colaboración que trata permanentemente de sostener y llevar adelante un embarazo, dando las posibilidades de ayuda y contribución a su salud, con apoyo psicológico y social si se puede y de la tecnología médica para sostenerlo. No se promueve la interrupción. Estamos a favor de la vida de las dos personas. Pero si tenemos que tomar una decisión, priorizamos la vida de la madre porque si una mamá tiene algún riesgo puede dejar huérfanos a niños y sabemos el pilar importante que es la madre en la construcción de una familia. No podemos alejar a esta paciente del sistema de salud, porque si no va a buscar alternativas que son riesgosas para su salud. Por eso el sistema de salud en esta cuestión de peso a veces parece ser muy subjetivo, pero lo que pone delante es la vida de una mujer y de una madre. Y cuando uno habla con estas personas y escucha lo que están viviendo entiende por qué toman estas decisiones. Uno no puede castigarlas y hay que darles un paraguas de cobertura y creo que el sistema de salud pública debe dárselo. Primero para que siga con su embarazo, pero si no, si tenemos la causal escrita y justificada y hay un consentimiento firmado, que pueda acceder a un aborto no punible.
—¿Hay límites?
—Hay límites. El tiempo de gestación, la viabilidad de un feto o el desarrollo de un niño dentro del seno materno, que puede nacer y ser viable, o sea, tener vida. Estamos hablando de las 20 ó 22 semanas. Después de este tiempo, un niño que nace puede vivir, por supuesto con una gran complejidad de sostén hasta que sea dado de alta. Cuando más nos arrimamos a este tiempo de gestación, los riesgos para la madre son mayores porque el útero es más grande, tiene riesgo de rotura y lesiones. Por eso siempre es recomendable que si hay una decisión de no llevar adelante el embarazo sea lo más precoz posible, cuando no corre riesgo la vida de la madre. El tiempo ideal es menor de las 12 ó 14 semanas de gestación.
Objetores
—En el hospital Iturraspe se encontraron con la circunstancia de que todos los médicos se manifiestan objetores de conciencia. ¿Cómo se va a solucionar esto, teniendo en cuenta que deben hacer cumplir los protocolos del Ministerio de Salud y esta mirada que Ud. tiene sobre el aborto?
—Tenemos que ser claros en lo siguiente. La interrupción del embarazo en las 12 semanas es una intervención de bajo nivel de complejidad, con lo cual no necesariamente tiene que estar el paciente en un hospital de alta complejidad. En un centro de salud, el tener una intervención adecuada, se puede hacer la interrupción perfectamente. Lo que sí o sí se hace, y no hay objeción al respecto, es atender a la paciente que llega desde el centro de salud con un aborto en curso.
—¿Siempre empieza en el centro de salud, cuando le dan la medicación para iniciar el aborto, y luego se deriva al hospital?
—Sería lo correcto que en ese tiempo de gestación la paciente inicie el tratamiento en el centro de salud amigo, que ya la conoce.
—¿En este momento todos los centros de salud trabajan así?
—Hay centros de salud en los que hay objetores de conciencia.
—Del total que dependen del Iturraspe ¿cuántos son objetores de conciencia?
—De un total de 18 centros, tenemos 5 en el área del hospital que no son objetores de conciencia. Los médicos del hospital son objetores.
—¿Y cómo resuelven las situaciones que llegan?
—Las directivas que nos bajan del nivel central es que tengamos médicos que no sean objetores de conciencia. Hoy tenemos médicos dentro del hospital que no son ginecólogos y que no son objetores de conciencia, y pueden intervenir en este tipo de situaciones. Son médicos clínicos, generales. Yo no soy objetor de conciencia y he intervenido en algunos casos. Pero hay un cargo que va a estar disponible para el hospital desde el área de ginecología, donde vamos a hacer una selección para incorporar un médico que no sea objetor de conciencia. Pero ésa no es la única característica; este médico tiene que integrarse al servicio de ginecología en todas las actividades. Esto fue hablado inclusive con el jefe del servicio y con los médicos.
—¿Se va a llamar a concurso?
—Se va a convocar a una selección, y lo tenemos que hacer lo más pronto posible. Pero tenemos déficit de ginecólogos obstetras en Santa Fe.
En cifras
Cinco centros de salud de los 18 que están en el área del hospital Iturraspe tienen médicos que no son objetores de conciencia, con lo cual pueden realizar la práctica. En el hospital, todos los médicos del servicio de Ginecología son objetores.
No se promueve la interrupción. Estamos a favor de la vida de las dos personas. Pero si tenemos que tomar una decisión, priorizamos la vida de la madre, porque si una mamá tiene algún riesgo puede dejar huérfanos a niños y sabemos el pilar importante que es la madre en la construcción de una familia. No podemos alejar a esta paciente del sistema de salud, porque si no va a buscar alternativas que son riesgosas para su salud”. Dr. Francisco Villano, Director del hospital Iturraspe
Qué dice el artículo 86 del Código Penal
“Incurrirán en las penas establecidas en el artículo anterior y sufrirán, además, inhabilitación especial por doble tiempo que el de la condena, los médicos, cirujanos, parteras o farmacéuticos que abusaren de su ciencia o arte para causar el aborto o cooperaren a causarlo.
El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta no es punible:
1º) Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios.
2º) Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto.
El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta no es punible:
1º) Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios.
2º) Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario