Se desarrollará el año que viene en El Molino y La Redonda de la ciudad de Santa Fe.
La ministra de Innovación y Cultura, María de los Ángeles González, junto al secretario de Producciones, Industrias y Servicios Culturales, Pedro Cantini, explicaron esta mañana las características del Programa de Residencias Culturales que se desarrollará el año que viene en El Molino Fábrica Cultural y La Redonda, Arte y Vida Cotidiana.
“Lo fundamental de este proyecto son, por un lado, la capacitación que se brinda y que no existe en otros espacios de formación; y por otro, que no es necesario ser profesional para acceder a ser residente, ya que solo se necesita el título secundario”, comenzó diciendo la funcionaria.
La ministra señaló que “el Programa de Residencias Culturales es una práctica de formación rentada de entre 10 y 12 meses de duración, dirigido a jóvenes de entre 18 y 25 años, a desarrollarse durante los meses de marzo a diciembre en estos espacios únicos como son El Molino y La Redonda”.
González respondió a preguntas de los periodistas presentes, puntualizando que “habrá dos tipos de trayectos: uno formativo, que comprende actividades como cursos, capacitaciones, seminarios, talleres, con una dedicación horaria de 20 horas mensuales como máximo, que serán de participación obligatoria entendiéndolas como un servicio cultural formativo y gratuito que el Ministerio les brindará y por lo cual será certificado”.
“Luego está el trayecto práctico de vinculación para brindar el servicio cultural en los espacios lúdicos, con dedicación de 10 horas semanales, de desempeño obligatorio y retribuidas por el Ministerio, y que también serán certificados”, agregó.
Por su parte, Pedro Cantini destacó que la convocatoria está abierta hasta el 31 de octubre y la información y ficha de inscripción se encuentran disponibles en el portal oficial de gobierno (www.santafe.gov.ar/cultura)
LA RESIDENCIA CULTURAL
Representa una forma de transitar entre la teoría y la práctica, vincular el conocimiento teórico y el desarrollo profesional con diversas experiencias y prácticas.
El sentido formativo de la residencia se fortalece al propiciar que la persona se forme y resuelva situaciones complejas y reales, en las que se requiere simultáneamente el conocimiento de diferentes lenguajes culturales, expresiones artísticas, las ciencias, las técnicas, las tecnologías, así como la sensibilidad social y la comprensión del entorno.
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