sábado, 27 de octubre de 2012

Condenaron a tres personas que montaron en Tostado una "mega cocina" de drogas


Dos son de nacionalidad boliviana. En la cabecera del departamento 9 de julio alquilaron una casa en 2010 en donde fabricaban la sustancia ilegal. También fue condenado un santafesino que suministraba los precursores para fabricar la droga. El eficaz trabajo de la Fiscalía.

El Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó este viernes a Eligio Weimar Saldaña Castillo y a Nene Willams Márquez, ambos de nacionalidad boliviana por almacenamiento de drogas, y a la santafesino Juan Manuel Bergallo por con destino ilegítimo de materias primas para la producción de estupefacientes.  Saldaña Castillo recibió una condena de 6 años y medios de prisión, igual que el santafesino Bergallo, el otro ciudadano boliviano fue condenado a tres años por lo cual es inminente su liberación. Los jueces federales exculparon al tostadense Luis Natta, quien había alquilado la finca donde fueron halladas las drogas el 20 de octubre de 2010. Dentro de la vivienda había 4o kilos de cocaína ya fabricada, y varios litros de precursores utilizados para la producción de la sustancia.

El tribunal estuvo integrado por José Escobar Cello, Ivón Vella y Otmar Paulucci (de Rosario). El Ministerio Público Fiscal estuvo representado por Martín Ignacio Suárez Faisal y los detenidos tuvieron defensas oficiales y particulares, según el caso.

En el juicio quedó claro que Bergallo era el proveedor de precursores y  que contactaba a los bolivianos para que éstos “cocinen la droga”. El inicio de la pesquisa tiene origen el día mismo del allanamiento cuando los oficiales de Drogas Peligrosas de la provincia encontraron los envases de los elementos químicos utilizados. Ese día el paisaje era impactante: 40 kilos de cocaína, 75 litros de éter, 45 litros de acetona y 1 litro de ácido clorhídrico. El Fiscal Federal de Reconquista Roberto Salum aprovechó un hallazgo clave: los envases de los precursores estaban en el la casa y en las etiquetas de los mismos el origen de la fabricación y distribución con un número de lote.

Con la documental en la mano, los investigadores pudieron saber que parte del éter sulfúrico secuestrado en Tostado había sido producido por Laboratorios Ciccarelli Regeants S.A, con sede en la localidad de San Lorenzo. Esta empresa vendió éter al comercializador santafesino Alberto Omar Franzini el día 9 de abril de 2010, constatado por el remito 0001 – 00026941. El traslado lo realizó la empresa de transportes Pedrito (también de Santa Fe).

La venta, hecha contra reembolso, la pagó Franzini el 16 de abril del mismo año con un cheque del Banco Macro por la suma de $ 4.482. No sólo se transportó éter, sino otros productos que –en principio – no serían de mayor interés. Franzini, que tiene un local de venta de precursores en calle Padilla al 1770, era el cliente Nº 702 del laboratorio Ciccarelli, que opera en total legalidad, según los informes de la Sedronar (Secretaría (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la lucha contra el narcotráfico). En ese organismo nacional quedó asentado el movimiento cuando en el informe trimestral Ciccarelli declara que el 9 de abril de 2010 le vendió a Franzini 120 litros de éter. 

En los registros quedó claro que Franzini había declarado a la Sedronar haber vendido en 9 operaciones un total de 321 litros de éter etílico o sulfúrico a la firma registrada bajo el Registro Nacional de Precursores Químicos (RNPQ) Nº 10522/06, que pertenece a Juan Manuel Bergallo, ubicada, en Irigoyen Freyre 2216, de la capital santafesina, entonces llamado “B + B”.  Cuando los agentes antinarcóticos allanaron el comercio encontraron algunas particularidades. Por ejemplo, Bergallo tenía “freezada” la habilitación de la Sedronar,  porque no había reunido los requisitos exigidos por el organismo  para seguir operando. Su licencia caducó en los primeros días de mayo de 2010. Los policías  llegaron hasta el lugar interesados en secuestrar documentos que acrediten la adquisición del éter, concretamente de los lotes 54.150 y 54.157 que le había comprado en abril a Franzini. Claro está, estaban detrás del dato revelador: la venta de esos lotes de éter. Por supuesto, no estaban. 

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