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domingo, 22 de enero de 2012

ROSARIO: Descontrol: en las noches de Pichincha cada uno estaciona donde quiere

Esa es la caótica postal que muestra cada noche la zona Pichincha, donde los automovilistas demuestran un notable desapego a las más básicas normas de tránsito.

Vehículos de alta gama estacionados en doble fila, sobre la misma ochava, en la parada del colectivo, sobre las sendas peatonales y rampas para discapacitados. Esa es la caótica postal que muestra cada noche la zona Pichincha, donde los automovilistas demuestran un notable desapego a las más básicas normas de tránsito. En ese contexto, también crece el riesgo de accidentes. La Municipalidad prometió en diciembre intensificar los controles, pero a casi un mes de esa promesa, brillan por su ausencia.
  La saludable movida que se advierte desde hace por los menos dos años en Pichincha con la instalación de numerosos locales gastronómicos trajo a su vez aparejada una mala costumbre de quienes la frecuentan, principalmente de jueves a domingo, entre las 19 y la 1 o 2 de la madrugada: dejar el auto en cualquier lugar.
  La zona se jerarquizó con el boom inmobiliario y ganó prestigio por su cercanía con el bulevar y el río, y hoy es cita obligada de miles de rosarinos que hacen la previa, o disfrutan del ya impuesto happy hours .
  Con ese trajinar, varias encrucijadas pasaron a ser conflictivas: Salta y Oroño, Jujuy en sus intersecciones con Oroño, Alvear, Santiago y Pueyrredón; Brown y Pueyrredón, Güemes y Alvear, Alvear y Rivadavia, entre otras.
  Hace apenas un mes la Municipalidad anunció que iba a intensificar los controles nocturnos por mal estacionamiento, pero queda demostrado que a los desaprensivos conductores no hay inspector de la Dirección de Tránsito que les advierta sobre las faltas que cometen (ver aparte).
  En Jujuy y Oroño, donde hay un bar temático que atrae a miles de comensales, una pizzería y un tradicional bodegón, los autos se ubican en la calzada, paralelos a la vereda de las ochavas de los negocios, y sobre la misa senda peatonal, impidiendo la visual de otros automovilistas y el paso de peatones.
  Por Pueyrredón en su intersección con Jujuy y Brown, los clientes de una parrilla y de un bar no tienen reparos en dejar sus ostentosas máquinas también en la misma esquina.
  Y es habitual ver a los vecinos discutir con los infractores porque les obstruyeron la salida de los garajes particulares o pasajeros de los colectivos que no pueden ascender con comodidad.
  No sólo taponan los metros reglamentarios para el estacionamiento del servicio público, lo que genera inconvenientes —ancianos y mujeres con niños son los más perjudicados— sino la visión de los conductores que antes de trasponer la bocacalle deben extremar los recaudos para advertir la presencia de otro vehículo.
  En Alvear y Rivadavia, donde funciona una parrilla, directamente se estaciona en doble fila. Es más, los días de mayor concurrencia los cuidacoches suelen habilitar la plaza donde habitualmente funciona la Feria del Bulevar, y con total impunidad los automovilistas sortean el cordón de la vereda y ubican los vehículos en pleno espacio verde.
  Si bien la zona cuenta con cocheras de alquiler por hora (Oroño y Alvear al 0 y al 100, Salta al 2200, Jujuy al 2400, por mencionar algunas) la comodidad gana la pulseada en un sector de Rosario que se convirtió en un corredor gastronómico y comercial de referencia.
  Lo cierto es que aunque desde la Dirección de Tránsito se prometió intensificar los controles por mal estacionamiento durante la noche en La Florida, avenida Pellegrini y también en Pichincha; en esta última zona, eso no se advierte.

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