“había un plan, un patrón de sustracción”/EE.UU. sabía del robo de bebés
Elliott Abrams,
subsecretario de Derechos Humanos del Departamento de Estado
norteamericano de 1982 a 1985, declaró en el juicio que se sigue a
Videla y Bignone, entre otros, por la sustracción, retención y
ocultamiento de menores y sustitución de sus identidades. Abrams
reconoció que "había muchas juntas militares en América Latina, pero yo
no recuerdo un caso como el de Argentina, fue el peor”.
El Gobierno de Estados Unidos conoció en su momento que la última
dictadura argentina estaba perpetrando "un plan" de sustracción de hijos
a detenidos - desaparecidos y que había "muchos niños" apropiados
ilegalmente por "familias leales" al régimen, y sugirió a los militares
que "la Iglesia podía ayudar" a resolver ese "problema terrible".
Así lo reveló hoy Elliott Abrams, subsecretario de Derechos Humanos
del Departamento de Estado norteamericano de 1982 a 1985 (en la
administración republicana de Ronald Reagan, 1980-1988), al declarar
como testigo en el juicio que se realiza a militares por el plan
sistemático de robo de bebés, a través de videoconferencia desde el
consulado argentino en Washington.
El ex diplomático señaló
que "había muchas juntas militares en América Latina pero yo no recuerdo
otro tema como este" de sustracciones de niños, y valoró que el de
Argentina "fue el peor caso" de violaciones a los derechos humanos con
criaturas, ocurridas en los países del sur del continente. "Estábamos al
tanto de que niños habían sido sustraídos a sus familias y se
entregaban a otras familias cuando sus padres estaban prisioneros o
muertos", aseveró el ex funcionario de Reagan.
Confió que
para el Departamento de Estado constituía "un problema muy serio de
violación a los derechos humanos, el más importante, porque se trataba
de niños vivos y eran muchos los que estaban en esa situación".
Cuando le preguntaron si conocían una cifra concreta, Abrams respondió
que "sabíamos que no eran sólo uno o dos niños, sino que existía un
patrón, un plan, porque había mucha gente que estaba siendo asesinada o
encarcelada", añadió. Recordó haber abordado el asunto con el embajador
de la dictadura en Washington, Lucio García del Solar, durante una
reunión celebrada el 3 de diciembre de 1982 en el Departamento de
Estado, en horas del almuerzo, y que allí "le indicamos al Gobierno
argentino que este era un problema terrible y muy complicado de
resolver".
Al equiparar la apropiación ilegal con un
secuestro, Abrams comentó que para los estadounidenses "era una
violación a los derechos humanos que seguía y no había acabado" y confió
que "yo sugerí que a lo mejor la Iglesia podía ayudar" a resolver la
situación, pero no obtuvo respuesta de Argentina. "El embajador García
del Solar pensaba lo mismo: que era un problema significativo que
seguía", reveló, y definió al diplomático como "un demócrata, al que
tomábamos más como el embajador del Gobierno democrático por venir en
Argentina, aunque el problema es que él representaba al Ministerio de
Relaciones Exteriores de la dictadura".
Abrams afirmó que en
la reunión con García del Solar del 3 de diciembre de 1983 mantuvieron
"una conversación importante y significativa porque estábamos los dos
solos y pudimos hablar de manera más cálida" y confirmó que luego "elevé
un memorando a mi superior", el Secretario de Estado George Schultz.
El ex funcionario, que llegó a ser subsecretario de Estado para
América Latina de 1985 a 1989, estuvo puntual al mediodía en el
consulado en Washington y sin embargo debió aguardar 40 minutos a que
los jueces del Tribunal Oral Federal 6 arribaran al estrado y se
iniciara la audiencia.
El memorando escrito por Abrams fue
desclasificado en 2002 y allí puede leerse que escribió: "Toqué con el
embajador el tema de los chicos nacidos en prisión o sacados a sus
familias durante la guerra sucia. Mientras los desaparecidos estaban
muertos, estos niños estaban vivos y esto era, en un sentido, el más
grave problema humanitario". Y agregaba que "el embajador coincidió
completamente y ya había hablado esto con su ministro de Relaciones
Exteriores y su Presidente. Ellos no rechazaron su visión, pero
señalaron el problema de, por ejemplo, quitar los chicos a sus padres
adoptivos".
Este testimonio ha sido uno de los últimos que
se escuchen hasta el 6 de febrero en el debate oral que comenzó en el 28
de febrero de 2011 para esclarecer 34 casos de robos de niños.
Allí están siendo juzgados los dictadores Jorge Rafael Videla y
Reynaldo Bignone, acusados de sustracción, retención y ocultamiento de
menores y sustitución de sus identidades. Bajo los mismos cargos también
se está juzgando a Antonio Vañek, ex jefe del Comando de Operaciones
Navales; Jorge Eduardo Acosta, que estuvo a cargo de la Unidad de
Inteligencia del Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA; Santiago Omar
Riveros, ex comandante de Institutos Militares de Campo de Mayo, y Rubén
Oscar Franco, ex jefe de la Armada.
Como autores materiales
directos de esos delitos se juzga al ex prefecto Juan Antonio Azic
-quien anotó como hija suya a una menor que resultó ser Victoria Donda- y
al médico militar Jorge Luis Magnacco.
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