viernes, 28 de octubre de 2011

SANTA FE/Lerche, Garcé y Maglianesi no fueron a la indagatoria ordenada por el juez

Estaban citados para este jueves. Los abogados que estarían representándolos habrían expresado que por cuestiones laborales no podían presentarse.

Lerche, Garcé y Maglianesi no fueron a la indagatoria ordenada por el juez

En el marco de la causa que investiga la desaparición de la escultura de la Virgen de Guadalupe que estuvo entronizada en el Estadio de Colón, ayer estaban citados a prestar declaración indagatoria dos dirigentes y un jugador de esa institución.

Sin embargo, ni el presidente Germán Lerche, ni el secretario general, Marcelo Maglianesi; ni el futbolista Ariel Garcé se presentaron en sede tribunalicia.

Los abogados que los estarían representando a los tres citados habrían expresado que ninguna de esas personas, por razones laborales, se encontraría en la ciudad.

Más allá de la estrategia legal que esgriman los investigados, la Justicia tiene los medios cohercitivos para hacerlos comparecer y prestar declaración indagatoria.

De acuerdo a la evolución de los hechos desde el 7 de septiembre –día en que se bajó a la imagen del Brigadier López– hasta hoy, todo haría indicar que el desenlace de esta novela depende en gran parte de lo que digan o no ante la Justicia Lerche, Garcé y Maglianesi.

El futbolista dio a conocer la semana pasada en algunos medios un escrito que habría presentado ante la Justicia el viernes pasado, justo cuando la Cámara Penal estaba resolviendo si daba lugar al pedido de recusación que Lerche había realizado sobre el juez Darío Sánchez.

En el texto, Garcé se hacía cargo de haber sido el responsable de bajar la imagen, aunque aclaraba que se trataba de una decisión de todo el plantel profesional.

El jugador también agregó: “Nos propusimos bajarla y buscar un restaurador que la devuelva a su belleza original. Todo sería cubierto con dinero donado por los mismos futbolistas. A todos nos pareció una buena forma de honrar a la Virgen. Y así lo hicimos saber al presidente Germán Lerche, quien no nos objetó”.

Luego el jugador prosiguió: “El 7 de septiembre, como yo no me encontraba afectado a la práctica deportiva, los compañeros me pidieron que me encargue del operativo y contratamos una grúa para retirar la estatua” y “cuando llegó la grúa al estadio, llamamos desde la guardia al presidente Lerche y le pedí permiso para entrar a sacar la Virgen, y él me autorizó, insistiéndome en que lo hagamos bien y la restauremos pronto a su lugar”.

“Acto seguido la bajé ayudado por los operarios, y al verla de cerca advertí claramente que estaba muy dañada: se veían rajaduras, agujeros, y pedacitos faltantes. Recuerdo que pensé: «El milagro es que no se haya caído hasta ahora sobre los espectadores»”.

Garcé, además, dijo que la imagen fue cargada en una camioneta y que no fue sujeta de ningún modo ni asegurada con sogas porque supuso que con el peso de la estatua no había riesgos de que se caiga.

“Luego me encaminé hacia el taller de un restaurador que me habían recomendado para que la arregle. Tras algunos kilómetros de viaje, empecé a sentir muchos ruidos, y de pronto un ruido muy fuerte, y me bajé a ver. Lamentablemente los movimientos, los baches, los badenes y la velocidad, habían provocado la rotura de la imagen”, afirmó.

Luego añadió: “Al ver la imagen rota me asusté, me desesperé, no supe qué hacer, pensé que los compañeros se iban a enojar conmigo, empecé a insultar, a llorar, y terminé arrojando los restos de la escultura”.

“Por ignorancia, yo no había atado ni protegido la estatua. También, después de lo ocurrido, muchos me dijeron que debería haber buscado un transporte especial para este fin, cosa que ni se nos ocurrió”, dijo y agregó: “Volví a Santa Fe y cuando me junté con el plantel les conté todo lo ocurrido a los jugadores y al cuerpo técnico. Obviamente que todos se preocuparon pero me entendieron”.

“Unos días después enfrentamos todos juntos al presidente Lerche y le contamos la verdad. Él nos sugirió que vayamos a hablar con el padre Axel. Finalmente el sacerdote nos llevó a todo el plantel a una reunión con el obispo Arancedo. Allí le contamos toda la verdad a las autoridades eclesiásticas, tal como la acabo de relatar ante VS. Ellos me dijeron que me quedara en paz”, aseguró.

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