La Casa Rosada refinanció y licúa deuda de
provincias endeudadas, pero no paga lo que le debe a Santa Fe. La
provincia tiene déficit, pero no puede contar con recursos que el
gobierno federal termina usando para reducir su propio rojo fiscal.
Cristina concentró recursos y decide a qué
provincias le presta ayuda. En la película nacional hay argumentos que
esgrime menos el peronismo local que los socialistas.
La discusión entre socialistas y peronistas sobre el
creciente déficit de Santa Fe tiene su fundamento en las cuentas
provinciales, pero puede ser abordada en un contexto en el que la Nación
no sólo le debe plata a provincia sino que ayuda a otros distritos
endeudados y discrimina a los pocos que no le deben dinero. Entre ellos
Santa Fe.
Desde 2007 la Nación no cumple con su obligación
legal de cubrir el déficit previsional provincial santafesino, algo que
sí hace -aunque con irregularidad- con Córdoba, en un marco legal
similar para ambas provincias, con la salvedad de que los vecinos
mediterráneos están relativamente alineados con el oficialismo nacional
en términos partidarios.
Mientras la Corte posterga su fallo al reclamo
santafesino por el descuento a su coparticipación federal, la Casa
Rosada financia con ese dinero el superávit de la Anses, y lo toma
prestado para cubrir parte del propio déficit nacional, que según la
Asap (Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera
Pública) alcanzaría los $ 34 mil millones en el cierre de las cuentas
del pasado año.
Si la administración Bonfati afronta en la provincia
una gestión con déficit heredado de Binner, no menos cierto es que la
provincia padece el uso de sus fondos por parte de la Nación, que a su
vez tiene un déficit creciente y refinancia a otros distritos.
A sola firma
En los ‘90 Santa Fe resignó coparticipación para
aportar el déficit previsional nacional y de otras provincias, pero la
Nación le reconocía una compensación a Santa Fe para cubrirle el déficit
previsional provincial, cosa que no cumple.
Pero, además, la Casa Rosada extendió unilateralmente
los plazos vencidos de esos acuerdos para seguir tomando fondos de la
coparticipación. Y además refinanció la deuda de provincias endeudadas,
en tiempos en los que Santa Fe (saldo de las gestiones de Reutemnan y
Obeid) no tenía el déficit.
Por decreto 660 de 2010, Cristina Fernández usó
fondos de los Aportes del Tesoro Nacional para crear el Programa Federal
de Desendeudamiento. Esos ATN son recursos que si bien debía
administrar el ministerio del Interior (los ahorró porque no los
distribuyó), son por ley destinados a las provincias, las que no
deberían devolver ese dinero que les pertenece en términos de subsidio.
Además, por Resolución 33 de 2011, el ministerio de
Economía les dio a las provincias dos años más de “gracia” para no pagar
las cuotas del financiamiento nacional. La Casa Rosada, que ya había
eliminado la actualización por inflación de esa deuda, la refinanció al 6
% anual (tasa pasiva respecto de la inflación) en 203 cuotas. Así, lo
que era ley convenio terminó dispuesto a sola firma desde Economía.
Binner heredó superávit de Obeid, y Bonfatti
recibió déficit de Binner. En la foto de la provincia están los
fundamentos relativos de la crítica del PJ.
Ahorros
Daniel Scioli (Buenos Aires) no tendrá que pagar $
3.195 millones en 2012 y se ahorrará de desembolsar otros 3.097 millones
en 2013, por imperio de la “gracia” que a las deudas provinciales
concedió la Casa Rosada. En los cálculos de la agencia oficial Télam
sobre datos del Ministerio de Economía, Capitanich (Chaco) se
beneficiará con $ 415 y 413 millones, respectivamente. Urribarri (Entre
Ríos) ahorrará pagos por $ 299 y 289 millones en este y el próximo año.
Son sólo algunos ejemplos de la decisión presidencial que alivió las
cuentas de los gobernadores y que llegó poco después de las elecciones.
Un año con márgenes ajustados
El Ieeral de la Fundación Mediterránea calculó que
el 44 % de los ingresos de las provincias endeudadas hubieran tenido que
ser afectados al pago de deuda a la Nación. Sin la refinanciación, los
distritos que hoy sufren el “ajuste” hubieran tenido situaciones
socioeconómicas más difíciles que las que exhiben hoy.
Buenos Aires, base histórica del PJ y sustento del
éxito electoral de la presidenta, es el distrito más comprometido.
Scioli depende del monedero nacional; el alineamiento político encuentra
muchas veces razones menos ideológicas que prácticas.
Con un gasto acrecentado en las últimas elecciones y
sin el correlato de la recaudación, aún a pesar del plazo de gracia
nacional, las provincias tienen que pagar deudas por unos $ 15 mil
millones. En un escenario de menor crecimiento, y sin fuentes de
financiamiento disponibles, las provincias dependerán del “ajuste
fiscal” para determinar si pueden o no pagar sus deudas este año.
Oculta
Néstor Kirchner sabía bien que ser deudor es quedar
limitado, cuando no sometido, a los designios del acreedor según la
magnitud del caso. Su actividad financiera privada le concedió por
experiencia aquella certeza. En la política, como presidente no quiso
ser deudor; Cristina aplicó la lógica inversa para erigirse en acreedor
de gobernadores endeudados. En la arquitectura política de estos días,
la deuda es una poderosa clave visible en los números, oculta en el
relato.
448%
aumentó el gasto de las provincias
de 2004 a 2011. En el mismo plazo los recursos se incrementaron 409 % según el Ieeral.
$100.746
millones debían las provincias a la nación
al 30 de septiembre, antes del refinanciamiento dispuesto por la Casa Rosada.
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