jueves, 17 de enero de 2013

La nueva vida de Aníbal Fernández

Separado de su ex, veranea con su histórica secretaria, la madre de su hija oculta.

La nueva vida de Aníbal Fernández
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Aníbal Fernández (56) aprovechó el verano para cambiar el destino de sus vacaciones y blanquear una antigua relación sentimental con una estrecha colaboradora. Se terminaron las tardes de truco con amigos en Villa Gesell y su contrato matrimonial con Ana María del Carmen Barreiro, su histórica esposa. El legislador más locuaz decidió dar por terminada esa etapa y eligió descansar en Cariló junto a Silvina Zabala (47), la madre de su hija de 17 años.
NOTICIAS fue a buscar su testimonio, todavía inédito, hasta su flamante lugar de veraneo: el coqueto balneario Hemingway. Allí, cuna de ricos e influyentes, también tiene su carpa el ex secretario de Medios, Enrique “Pepe” Albistur y algunas figuras del fútbol local como Martín Palermo o Sebastián Battaglia. Fernández estaba sentado en cueros dentro de la carpa, rodeado de su BlackBerry y su Nextel. El senador del Frente para la Victoria parecía escaparle al sol, a diferencia de su pareja que ya luce un bronceado trabajado. El encuentro fue el martes 8, dos días antes de que cumpliera 56 años, justo cuando la Fragata Libertad regresaba a Mar del Plata.
NOTICIAS: Aníbal, somos de NOTICIAS, ¿lo podemos interrumpir?
Fernández extiende su mano derecha y saluda, pero no contesta.
NOTICIAS: ¿Podemos charlar?
Anibal Fernández: No, lo que ustedes hicieron es una canallada. NOTICIAS y el diario Perfil.
NOTICIAS: Venimos a preguntarle para que dé su versión de los hechos.
Fernández: (Molesto). Yo te entiendo, a vos tu jefe te manda a preguntar. Poné lo que quieras. No tiene sentido que yo te diga nada.
NOTICIAS: ¿Podemos conversar? Fernández: No. Vos venís y me pedís una entrevista y yo te digo que no. Se acabó.
Vuelve a extender su mano derecha y da por terminada la conversación.
En el balneario todos miran la escena, aunque ya están acostumbrados a las visitas de los diferentes medios a esa carpa. Algunos lo consultaban sobre el supuesto escrache que recibió en un restaurante de Cariló, a todos se los desmintió enfáticamente. Durante la breve charla, el senador no se movió de su silla y volvió a su teléfono donde monitorea regularmente su cuenta de twitter. A un metro, su pareja lucía una bikini negra con un corpiño con camuflaje militar y estaba recostada en una silla playera. Siguió con atención la conversación, pero casi no emitió palabra. Solo para despedir, con una sonrisa, a NOTICIAS.
COMPAÑERA. Aníbal decidió dejar de cuidarse a principios del 2012, después de sus vacaciones en Villa Gesell. Fue en ese momento cuando anunció a sus íntimos que oficializaría su añeja relación con una de sus asesoras más cercanas. En el Gobierno dieron la bendición que no daban cuando el senador y presidente de Quilmes estaba en el foco de la tormenta. Pero los tiempos cambian y las decisiones se maduran.
De hecho, en su entorno, aseguran que hasta Cristina Fernández lo habría felicitado por la decisión de sacar a la luz la relación con Zabala tras casi 20 de un vínculo muy cercano. Entre la Presidenta y Zabala, el diálogo es cordial; se conocen bien por la tarea en la Casa Rosada. Ella fue jefa de Gabinete en cada uno de los cargos que Aníbal ocupó durante su paso por la gestión kirchnerista. Fue la encargada de manejar sus asuntos en los ministerios de Interior y Justicia y en la última etapa en el Poder Ejecutivo en la Jefatura de Gabinete.
Todo comenzó cuando durante los ’90, ella trabajaba en el Senado y Aníbal era prosecretario administrativo. Zabala, de profesión abogada, trabajaba como secretaria privada de Juan Mario Pedersoli, por entonces el secretario administrativo la Cámara alta. Ahora, Zabala tiene a su cargo la Unidad de Coordinación Nacional para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres del Consejo Nacional de la Mujer. Allí, ella recaló luego de que su pareja asumiera su banca en el Senado de la Nación y por primera vez en casi dos décadas pudieron separarse, al menos durante la jornada laboral. Ahora los une solo el amor y no el trabajo.
REVELACIÓN. NOTICIAS en febrero del 2010 publicó en tapa la historia sobre la hija no reconocida de Fernández. Era una historia secreta para el común de los argentinos, aunque bien conocida en los despachos del poder.
En aquella crónica se destacaba cómo el entonces jefe de Gabinete de Cristina no le había dado el apellido al fruto de su relación con Zabala, por entonces jefa de gabinete de esa cartera. También se daba cuenta de la relación paralela que mantenían Fernández y la funcionaria. En esa oportunidad, Aníbal solo se limitó a contestar con evasivas. “Yo de mi vida privada no hablo”, sostuvo pese a los reiterados pedidos para conocer los hechos.
Al momento del nacimiento de la niña, a fines de diciembre de 1995, tanto Fernández como su pareja estaban casados y decidieron mantener sus matrimonios, al menos en las formas. La joven lleva el apellido del ex marido de Zabala, pese a que desde pequeña tenía trato frecuente con su padre natural. Recién cuando ella cumplió 8 años, y tras el divorcio de Zabala, Fernández intensificó los encuentros con la niña. No es la única hija del senador. De la relación con su ex esposa quedó Facundo. Aníbal y Facundo son compinches, ambos comparten la pasión por el rock (en especial por Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota) y el club de fútbol Quilmes (los dos integraban la lista que lo consagró como presidente de la entidad). Todo indica que la devoción por los bonsáis que tiene el ex intendente no se hereda.
Sin embargo, poco se sabe de su hija. Fernández, como debe ser, la protege. El 21 de diciembre del 2010, a una semana de cumplir 15 años, la joven tuvo su festejo a toda orquesta. El todavía ministro de Economía, Amado Boudou, y algunos integrantes del Gabinete como Carlos Tomada (Trabajo), Julio Alak (Justicia), Juan Manzur (Salud), y el canciller Héctor Timerman se dieron cita para participar de esa noche tan especial para la joven. Su padre y Zabala la acompañaron desde el primer momento. Era su noche.
Esta semana, NOTICIAS y el diario Perfil los sorprendieron juntos en Cariló, sin ocultarse. Los encuentros a puertas cerradas, los festejos por partida doble y la negación parecen haber terminado para Zabala. Es su fiel compañera. Lo demostró cuando durante el velatorio del ex presidente Néstor Kirchner en la Casa Rosada intentó consolar a su pareja que con lágrimas despedía a su amigo. Le tocó estar en las malas. Ahora, le toca disfrutar de unas vacaciones junto a su amor.

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