En ocho días recibió a 24 mil espectadores que disfrutaron de sus múltiples espectáculos gratuitos y para todas las edades en los seis pisos, la sala del teatro y hasta la terraza del edificio. En los espacios de la Plataforma los chicos pueden jugar con trapecios y hacer malabares.
La Capital |
La Sala Lavardén explotó de público y se convirtió en el suceso del invierno rosarino. Con su versión Plataforma de las Maravillas, desde el 10 de julio hasta ayer, 24 mil personas se asombraron, festejaron y le dieron rienda suelta a la imaginación en algunos de las cientos de propuestas que pueblan los seis pisos, la sala del teatro y hasta la terraza devenida en una instalación sonora donde un molinito y una pelota regalan sonidos inéditos. El cine El Cairo también vivió su semana de gloria con espectadores que no pudieron entrar por capacidad colmada. Hoy y mañana sigue el programa con entrada libre y gratuita de teatro, cine y talles (ver aparte).
Para el alma mater de las sorpresas culturales, María de los Angeles "Chiqui" González, la cantidad de público dejó atrás las expectativas con las que durante "dos meses sin dormir" y una suma que ronda los 180 mil pesos, soñaron ofrecer unas vacaciones de invierno llenas de magia, desde el Ministerio de Innovación y Cultura que dirige en la provincia.
¿Cuál fue la llave? Chiqui supone que fue la estrategia de hacer confluir infancias pasadas y actuales y hasta maternidades flamantes y en puerta, como "Charla inútil para madres primerizas", que hoy, a las 15, dará Ingrid Beck, en la sala "Arrullos y susurros", del segundo piso.
Otra clave fue dedicarle espacios y acción al mundo de los adolescentes. "Pueden hacer flores, carteras, prendas, todo textil, graffitis y stenciles (plantillas para decorar), además de conocer los secretos del reciclado de muebles para habitaciones de adolescentes", relató la ministra.
También tiene que ver con el éxito de la propuesta la estrategia tiempo y espacio. La Plataforma de las Maravillas ocupa los seis pisos, la terraza, la sala central y hasta dos subsuelos, con actividades simultáneas. "La gente va y viene, hace distintas cosas, y cuando regresa a una de las salas encuentra otro espectáculo", relató Chiqui. Y dijo que el dinamismo de la puesta no sólo atrapó a los rosarinos que hicieron colas para entrar. "Muchos turistas, del país vino gente de Capital Federal, Córdoba, Salta, Jujuy, Tucumán y Entre Ríos y quedaron asombrados", dijo Chiqui González. De ese paso da cuenta el Facebook (página de internet) de la Lavardén, donde quedan registrados los buenos momentos que pasaron en las instalaciones de Sarmiento y Mendoza.
El boom. En agosto la Plataforma Lavardén festeja su primer año y para estas vacaciones de invierno puso toda la carne en el asador con la esperanza de deleitar a quienes se quedaron en la ciudad. Pero todo salió muy por encima de lo esperado y hasta ayer habían recibido 24 mil visitas de entrada libre y gratuita.
Un verdadero récord que gratificó el trabajo conjunto de los artistas y organizadores.
Fiel a su olfato, la Chiqui aseguró que la movida es inédita en su formato y repasó las principales atracciones, algunas pertenecen al programa estable de la Lavardén, como los Roperos Mágicos, del primer piso, pero fueron potenciados para esta fecha. En ellos hay posibilidades de leer diarios, libros y revistas, ver películas, tomar mate, disfrazarse, jugar al ping-pong, sólo por poner un ejemplo.
En el segundo piso pueden aprender a tejer pompones o bufandas, divertir a bebes y gateadores y ver que al final es cierto lo de soplar y hacer botellas contemplando esta técnica en vivo y en directo. Además de hacer juguetes artesanales y hasta dibujar en paredes y pisos, tal como relata Dulce Daniela, la tierna canción de Víctor Heredia. En el tercero y cuarto piso se aprovechan los pasillos para los juegos mientras que en el quinto se enseña a bailar. Además, en la sala principal, rotan espectáculos de música o teatro y en el subsuelo, de circo donde los pequeños podrán hacer piruetas. Pero no fue el único éxito, Tríptico de la Infancia, Isla de los Inventos y los museos, no pararon de recibir público
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