jueves, 5 de julio de 2012

SANTA FE: Inauguran una muestra homenaje a César López Claro

Titulada “Al maestro con cariño”, la muestra es coordinada por Nanzi Vallejo y presentará obras de 24 artistas que fueron alumnos de López Claro. La inauguración se concretará este jueves a las 19.30, en la Casa Museo ubicada en Piedras 7352. La actividad es organiza el Gobierno de la Ciudad, en el marco de los actos para recordar los 100 años del natalicio del artista.

En la continuidad de la programación proyectada para conmemorar el centenario del nacimiento de César López Claro, el jueves a las 19.30 el intendente José Corral dejará inaugurada una nueva muestra homenaje en la Casa Museo ubicada en Piedras 7352. Se trata de “Al maestro con cariño”, una exposición coordinada por Nanzi Vallejo que se compondrá con obras de 24 artistas de la ciudad que fueron discípulos de López Claro. Ellos son Claudia Alfonzo, Nydia Andino, Fernanda Aquere, Alberto Arias Acastello, Luis Dona, Virginia Farah, Gabriela Garrote, Hugo Lazzarini, Gabriela Leiva Cullen, José Martí, Abel Monasterolo, María Rosa Moscoso, Susana Ocampo, Gustavo Ortega, Martha Pardo, Cecilia Paván, Gabriela Pertovt, José Luis Roces, Ramiro Rossi, Paula Sobrero, Pyli Urfer, Juan Vera, Gabriel Villot y Eugenio Wade. 
 
 
 
Al maestro, con cariño
 
 
 
“César López Claro perteneció a un gran grupo de artistas que fueron pilares fundamentales de aquella escuela de Artes Visuales de la provincia creada en la década de los cuarenta por gestión del Prof. Juan Mantovani entonces Ministro de Instrucción Pública. Circunstancias especiales lo mantuvieron alejado de la ciudad de Santa Fe donde quedaron no pocos afectos y su vivienda familiar”, sostiene Nanzi Vallejo en el texto que especialmente redactó para esta exposición. En el documento, continúa señalando: “Restablecida la democracia en los años 80 nuevos vientos renovadores inspiraron a quienes conducían los destinos de la educación y la cultura. La Escuela de Artes Visuales donde el artista había transitado no sin contratiempos, derivados de su apasionado sentimiento por el arte y sus firmes ideales políticos, también se renueva. Sus directivos apoyados por un grupo de jóvenes docentes convoca a sus antiguos profesores, los consulta y los invita a sumar su experiencia teórica y de taller, llamado que es respondido por varios ex docentes que adhieren a las nuevas propuestas artísticas y educativas.
 
No fue excepción César López Claro, quien desde el barrio de San Telmo respondió entusiasta al llamado. Agradecido y generoso regaló primero el gran mural en homenaje a las artes, luego las diez telas de la bóveda de la gran Sala de Audiencias de los antiguos tribunales luego salón de actos de la Escuela, proyecto de gran envergadura al que se sumaron profesores y alumnos.
 
El apoyo y afecto recibido lo animaron a trasladarse nuevamente a Santa Fe, decisión trascendente que significó no pocos esfuerzos. Con el apoyo incondicional de su esposa María, su permanente e incansable compañera del arte y de sus proyectos de vida que hoy transita sus días de madurez con la serenidad y placidez de quien se ha brindado a través del lenguaje de la danza y ha sido sostén implacable de los ideales del maestro.
 
El Taller de  Dibujo de la Figura Humana que se inició en la Escuela de Artes Visuales lo continúa junto al grupo fundante en su entonces casa-taller. El proyecto se consolida en el tiempo y se transforma en un polo de enseñanza-aprendizaje singular. López Claro privilegiaba el dominio del ‘oficio’, objetivo un tanto olvidado aún en las Escuelas de Arte por la atracción que ejercen otros recursos más rápidos y fáciles que ofrece la tecnología actual. 
 
Cobijó a sus alumnos en un clima propicio para la creación. Su mirada que siempre estuvo siempre puesta en América y especialmente en la problemática de sus hombres la  plasmó en murales de gran aliento como los que enmarcan los cuatro grandes planos de la Sala América y que constituyeron el firmamento bajo el cual se arroparon cálidamente sus alumnos.
 
En el Taller de César López Claro se consolidaba un clima de trabajo, una madura conducción y una personalidad atrayente. El dominio de la figura humana lo atestiguan sus innumerables escorzos,  punto de vista preferido que resolvía con admirable rapidez mientras en un clima de absoluta concentración trabajaban sus alumnos ante el modelo vivo. Ésa fue la tónica de su taller donde con lucidez y responsabilidad, al final de la jornada analizaba con el grupo cada propuesta individual para que su estilo y resolución pictórica no influenciara la imagen de cada uno de ellos. Muchos jóvenes y adultos pasaron por su casa, cada uno de ellos concretó su proyecto individual y juntos, varias propuestas colectivas que se plasmaron en una sucesión abrumadora que hablan de su espíritu inquieto y capacidad inagotable de trabajo.
 
Todo ese quehacer lo alternó entre la escuela y su casa particular que paso a paso fue adquiriendo otra fisonomía hasta convertirse en el Museo César López Claro. 
 
El crítico Jorge Taverna Irigoyen dijo en una oportunidad que López Claro ‘se caracterizó por el más saludable de los inconformismos; la búsqueda’, y esa característica se la imprimió a sus alumnos. Hoy los que lo acompañaron nos aseveran que han recogido ese legado, formados en un riguroso oficio hoy transitan diferentes caminos en la consolidación de su expresión personal. 
 
En la actualidad, sus alumnos abrazan géneros y estéticas diferentes. Hay quienes son creadores analíticos, racionales, expresionistas, geométricos o documentalistas. Lo vuelcan en la tela o en el papel bidimensional, construyen objetos, ensayan caricaturas o se rinden a las técnicas digitales; amasan el barro o teorizan sobre los innumerables presupuestos del arte y la expresión. Pero ésta feliz y oportuna convocatoria nos ha dado la pauta firme y a la vez gozosa de cuánto y cómo el paso por el Taller de López Claro les ha dejado una señal inequívoca en su transitar personal y artístico”.
 
 
 
Centenario
 
 
 
A lo largo de 2012 se conmemora el centenario del nacimiento de César López Claro. Por este motivo, el Gobierno de la Ciudad y la Asociación Amigos del Museo llevarán a cabo una programación mediante la cual se rendirá especial homenaje al artista. Para la programación de estas actividades se trabajó en la interacción entre el Museo, las escuelas y el barrio, al tiempo que se involucrarán a ex alumnos de López Claro y nuevas figuras del universo artístico santafesino que dan cuenta de la impronta y el legado del gran artista nacido en Azul.

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