viernes, 27 de abril de 2012

Sorpresas en la reconstrucción de un siglo de historia del río Salado en Santa Fe

Sorpresas en la reconstrucción de un siglo  de historia del río Salado en Santa Fe
Los patrones identificados en el río Salado podrían servir como modelo para estudiar el comportamiento de otras cuencas fluviales del país.
Identificaron un modelo que permite analizar el comportamiento del curso de agua en el largo plazo. Según un estudio de la UNL, luego de más de cinco décadas de balance negativo, el sistema lleva 40 años incrementando el almacenamiento de agua en la cuenca.
(C) Priscila Fernández Comunicación científica UNL - El Litoral
A partir del análisis de datos meteorológicos e hídricos, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) modelaron la cantidad anual de agua almacenada en la porción santafesina de la cuenca del río Salado a lo largo del siglo XX. Sorprendidos por los altos niveles alcanzados en los últimos años por las aguas subterráneas, se abocaron al cálculo de un balance de agua que ayude a entender cuánto ingresa al sistema a través de las precipitaciones y cuánto se pierde por el cauce que tiene como fin último el mar. Por eso, tradicionalmente se estima que el caudal de un río es un reflejo de las precipitaciones registradas en la cuenca.
Pero existe otro factor importante de pérdida de agua que es la evapotranspiración provocada principalmente por la radiación solar y cuyo cálculo representó un reto para los investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (Fich).
Luego de ajustar cálculos, diseñaron un modelo para realizar el balance de agua acorde a los datos correspondientes al período del que se cuentan registros. “Nos remontamos a principios del siglo XX y presentamos un balance hídrico sintético de lo que ocurrió. Para nuestra sorpresa, encontramos un ciclo muy largo que muestra que hasta la década aparentemente se estaba perdiendo agua y luego comienza a recuperarse”, detalló Carlos Krepper, docente e investigador de la Fich UNL-Conicet.
“Esto fue una sorpresa porque estamos acostumbrados a ver balances del río sólo desde la década del ‘60 a esta parte. Y la interpretación de esos datos es muy distinta cuando se toma un período de tiempo más grande”, analizó Virginia Venturini, quien también es docente e investigadora de la Fich UNL.
Como una esponja
El agua que gana el sistema es la que queda retenida debajo de la tierra, en lo que los investigadores llaman “la esponja”. En la primera mitad del siglo XX, la cantidad de agua atrapada allí era significativamente más baja y fue en aumento en las últimas cinco décadas.
“La provincia de Santa Fe almacena subterráneamente el agua, pues no hay grandes lagunas permanentes, sólo existen los bajos submeridionales que pueden estar anegados una época del año”, dijo Krepper.
Si se tiene agua subterránea a muy pocos metros de la superficie, se limita la capacidad de infiltrar agua ante nuevas precipitaciones. “En las últimas décadas se tiene un nivel freático muy cercano a la superficie, cosa que no debía existir a principio de siglo. Por eso, ahora, la esponja tiene menos capacidad de absorción”, señaló Venturini.
A gran escala
Los patrones identificados en el río Salado generaron nuevos interrogantes frente al comportamiento de una cuenca mucho más grande como es la del Río de la Plata. “Nos interesa saber qué pasa con el almacenamiento y la pérdida de agua total tanto superficial como subterránea- en toda la cuenca”, destacó Krepper.
Sin embargo, la posibilidad de realizar esos estudios está limitada por la disponibilidad de datos.
“Los climatólogos tienen ventajas ante los hidrólogos porque en climatología es más común el dato”, afirmó Venturini. Mientras, Krepper subrayó que la mayor restricción se encuentra en los datos referidos a los caudales. “Se empiezan a medir cuando hay cierto interés, que puede ser por un potencial aprovechamiento, y en el Salado surgió hace poco”, contó.

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