domingo, 22 de abril de 2012

INT. La chatarra del tsunami de Japón que flota a la deriva en el mar, se dirige hacia EE.UU.

Desde el tsunami que asoló Japón en marzo de 2011, una alfombra gigante de chatarra flota en el Pacífico arrastrada por el agua hacia Estados Unidos. En el oeste del país crece la preocupación ante una inminente contaminación de sus costas.

 

Un barco fantasma ha sido el hasta ahora mayor precursor de la temida invasión de la basura y chatarra, consecuencia del tsunami que asoló Japón, que avanza hacia la costa oeste estadounidense.

El remolcador "Ryou-Un Maru" se soltó de su ancla en marzo de 2011 y desde entonces el viento y las corrientes lo han arrastrado casi 8.000 kilómetros por el Pacífico. A comienzos de abril, cuando lo interceptó la guardia costera estadounidense, terminó su viaje.

El barco se había acercado a Alaska y a otros barcos de forma tan peligrosa que las autoridades decidieron hundirlo. Ahora, desde la costa occidental se avistan con cada vez más frecuencia otros objetos, basura y chatarra arrastrados por el mar desde el tsunami.

"Es sólo el principio", opina el oceanógrafo Curtis Ebbesmeye.

Escombros y chatarra llegan desde el otoño (boreal) pasado a Canadá y a los estados de Alaska, Washington, Oregon y California. "Estamos en la cuenta atrás hacia octubre, cuando probablemente llegará la mayor masa. Debemos prepararnos para una acción de limpieza de enormes proporciones", profetiza el científico.

Ahora son sobre todo bidones de plástico y grandes boyas de poliestireno, como las que se utilizan para el cultivo de ostras en Japón, lo que Ebbesmeyer y sus ayudantes avistan desde la costa oeste de Estados Unidos. Casi 400 partes llegaron a las playas entre California y Alaska desde octubre, se supone que todo ello basura del tsunami.

Lo que comenzó siendo una espesa alfombra de escombros en aguas japonesas se ha dispersado en una superficie mayor, debido a las tormentas de invierno (boreal). "No hay una cifra exacta sobre la cantidad de material que arrastra aún el agua", afirma Diana Parker, del departamento de basura marina del NOAA en Washington.

"Según cálculos del gobierno japonés, cinco millones de toneladas de escombros cayeron al mar; el 70 por ciento de esa cantidad se hundió con rapidez, por lo que 1,5 millones de toneladas podrían seguir desperdigadas por ahí", calcula Parker.

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