SANTA FE: Limpiavidrios: emergentes de una realidad con escasas oportunidades

La mayoría no supera los 25 años; son jóvenes que están en la calle desde muy chicos. Si bien hay planes de capacitación y empleo, no les alcanzan para cubrir una realidad compleja, marcada por la pobreza, el abandono y la exclusión estructural.

Las causas que los empujan a los semáforos están identificadas: deserción escolar, falta de empleo y contención familiar, entre muchas otras. Las políticas para integrarlos a un proyecto de vida con más horizonte todavía no logran un impacto decisivo

 

Una postal. En agosto de 2010 una familia numerosa de Alto Verde ocupó el estacionamiento de 25 de Mayo casi bulevar. Hasta hoy los hombres, incluso los más chicos limpian vidrios en la misma esquina

 

 “¡Eh amigo!, ¿se lo limpio?”, dice Damián O. y se tira sobre el auto. Desde adentro, el conductor agita el dedo índice con energía en señal de que no quiere que le toque el parabrisas pero igual se lo tapa de agua con detergente y pasa el limpiador. Como con una varita mágica medio desvencijada deja el cristal brillante, pero no logra cambiar la realidad del otro lado. El semáforo está en verde y con el cometido cumplido, el joven estira la mano para recibir una moneda de 50 centavos que el hombre le entrega con cara de resignación y algo de fastidio.

Según un relevamiento realizado por la secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad, el año pasado había entre 200 y 250 limpiavidrios en las calles y avenidas de la ciudad, aunque el número es fluctuante. En general, son varones jóvenes, incluso menores que encuentran en la calle una alternativa —a veces la única— para conseguir algunas monedas.

Para el secretario de Desarrollo Social municipal, Carlos Medrano están en la calle “pero deberían estar en la escuela” y detalló las iniciativas llevadas a cabo por la Municipalidad como las cooperativas o la posibilidad de ser promotores turísticos durante el desarrollo de la Copa América en Santa Fe, aunque en la actualidad no están vigentes.

“El problema de los jóvenes en la calle es más amplio que el de los limpiavidrios porque si se van de chicos de la casa, hay un problema de fondo que atacar”, aportó el funcionario.