NAC. Moreno tuvo que modificar la restricción a los libros importados

Lo hizo a través de una comunicación a las cámaras de la industria editorial. No serán necesarias las declaraciones juradas ni costos extra para los particulares.

Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior, revisó la medida que restringía el ingreso al país de publicaciones vía courier o correo, y que había generado críticas por editoriales, escritores y compradores individuales. El secretario de Comercio Interior se lo comunicó direcatamente a las cámaras de la industria editorial, y a través de un comunicado a la directora de Técnica de Importación de la Dirección General de Aduanas, aunque la decisión sólo deja sin efecto la medida para los envíos por el sistema de courier (entrega a domicilio) o correo. Según anticiparon en la cartera de Economía, la recepción de los ejemplares se normalizaría en las próximas horas. No será necesaria la intervención de la Dirección de Lealtad Comercial, ni la presentación de un certificado o declaración jurada en Ezeiza por parte de quien realice la compra al exterior por esas vías, señala el comunicado enviado por Moreno a la DGA. Desde hace por lo menos un mes, todo tipo de publicaciones extranjeras, como libros, revistas, folletos y otros materiales impresos estaban retenidos por la Aduana nacional, porque, según allegados a Moreno, la normativa vigente había sido “mal interpretada”, de acuerdo a La Nación. Más de una vez se dijo que el objetivo de la restricción era “proteger la salud de la población”, y para eso se iban a tomar muestras y analizar el contenido de plomo de las tintas de los impresos (que según la resolución de Comercio debía ser inferior al 0,06%). Esa norma valía para los libros importados pero no para los de producción nacional, los que tenían y tienen libre circulación y comercio. Entonces, también se dijo que era una medida pedida por un sector gráfico local, para proteger la industria editorial local. Lo cierto es que la mayoría de los libros y revistas importados, en muchos casos con tapa dura y de editoras que no imprimen esos títulos en la industria local, son imposibles de conseguir y, si se quisiera, producir en el mercado interno por falta de tecnología y masa crítica para su consumo.