jueves, 9 de febrero de 2012

INFORMES: Actitudes que gritan que él es malo en la cama

Primero, rogamos que nos inviten a salir; más tarde, nos preguntamos cómo besarán, y finalmente, intentamos imaginarnos cómo serán bajo las sábanas. Ahguapas te aclara el panorama y te advierte sobre algunos comportamientos que desnudan su inoperancia sexual. Ojo, pueden fallar (al fin y al cabo, no es una ciencia), pero si la pegamos, ¡avisanos!

Mucha lengua nunca es buena.
Mucha lengua nunca es buena.
 Lengua, mucha lengua. Puaj.
Uno de los signos más reveladores de la performance sexual de un muchacho se ve reflejado en sus besos. No hay nada peor que hacerse la cabeza con ese primer contacto carnal y que al momento de juntar sus bocas, sientas que tu cara está siendo chupada cual helado de chocolate. Chicos, un buen beso empieza despacio, va tomando profundidad (léase, la lengua toma protagonismo), y termina como empezó, es como un ciclo. Digo que este es un mal signo, porque usualmente este tipo de hombres piensa que más es mejor, y no siempre es así. Es el típico caso del hombre que empieza todo muy de golpe y acaba igual, a veces exagerando y fingiendo. En la cama también es lindo empezar despacio e ir aumentando a medida que la excitación se apodera de sus cuerpos. Es de algarrobo.
El problema no es que no sepa bailar, lo grave es que no tiene manejo de su cuerpo. Es descoordinado, no da pie con bola cuando de moverse al ritmo de la música se trata y encima se enoja si bailás con alguien más. Con estos antecedentes, ¿cómo confiar que en la cama va a saber qué hacer y cómo? Mmm… yo desconfiaría (y debo confesar que ésta teoría está comprobada en carne propia).
Poco caballero.
No nos interesa que siempre nos abran la puerta del restorán o del taxi, también hay que desconfiar de los que se pasan de “bien educados”. El tema es que si no piensa en tu bienestar cuando están fuera de la cama, menos lo va a hacer cuando estén los dos desnudos. Es el típico caso del tipo al que sólo le interesa su satisfacción, nunca se va a preocupar por tu orgasmo, vos sólo sos una pseudo “muñeca inflable”. Pibe, volá.
No deja de mirarse en el espejo.
No sólo es un tic súper molesto (para vanidosas, ya estamos nosotras que somos las reinas de la noche), también es un claro signo de que cuando esté sin ropa, sólo le va a interesar que veas cuán fortalecidos están sus bíceps. Estos hombres no se relajan nunca, siempre están pendientes de qué dirán y, probablemente, también sea muy crítico con tu cuerpo. Que se mude al gym y que a vos te deje en paz con tu helado.
Para vanidosas estamos nosotras.
Para vanidosas estamos nosotras.
¡Mis ojos están acá!
Si bien a veces disfrutamos que su mirada se pierda en nuestros escotes, no está bueno cuando es lo único en lo que muestra interés. Imaginate lo que puede llegar a ser en la cama: cero contacto visual, y – reconozcámoslo – un toque de romanticismo (aunque no sea el amor de nuestras vidas) necesitamos para sentirnos lindas mientras estamos en una posición tan vulnerable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario