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miércoles, 30 de noviembre de 2011

ROSARIO/La esquina del bar La Capilla "resucita" con un restaurante

Sin los aires nostálgicos que le daba el viejo bar La Capilla, cerrado en julio del 2010, la tradicional esquina noroeste de Mendoza y Avellaneda volverá a la vida con la apertura de un nuevo emprendimiento gastronómico que servirá desde café y pizza hasta una tira de asado.

La esquina del bar La Capilla

 Sin los aires nostálgicos que le daba el viejo bar La Capilla, cerrado en julio del 2010, la tradicional esquina noroeste de Mendoza y Avellaneda volverá a la vida con la apertura de un nuevo emprendimiento gastronómico que servirá desde café y pizza hasta una tira de asado.
El barrio está encantado. "¿Y cómo no, si es todo un emblema de la ciudad?", se preguntaba ayer Tomás Giorgio, vecino y parroquiano "desde chico" del antiguo local. Otro que se plantó a inspeccionar las obras en el interior del lugar fue Silvestre Correa, dispuesto a que sus "mil recuerdos" del bar —incluyendo el "último café gratis" que le sirvieron como despedida el día en que cerró— admitan un nuevo capítulo para la historia de una esquina que conoce hace ya 70 años.
Aunque los futuros dueños del restaurante prefieren mantener su identidad en reserva, adelantaron a LaCapital que "por contrato" no podrán utilizar el nombre de La Capilla para su nuevo local, ubicado en el corazón Echesortu y frente a la parroquia de San Francisco Solano.
También contaron que el rubro gastronómico será generoso: el local funcionará como restobar, pizzería y hasta con un anexo de parrilla.
El plan es abrir en no más de 15 días, obviamente antes de las fiestas, aunque la inauguración dependerá de que les instalen "los servicios" (luz, gas, teléfono), cuya conexión viene un poco atrasada.
Viable. La tramitación municipal para el nuevo emprendimiento todavía no terminó, pero ya cuenta con una primera venia de "viabilidad" por parte del programa de Preservación del Patrimonio, cuya titular, María Laura Fernández, explicó que el proyecto de intervención presentado en septiembre supone "reformas sólo en el interior" del edificio.
"La antigua fachada no se toca", aseguró uno de los futuros dueños. El expediente se encuentra en Obras Particulares a la espera de que se verifique una serie de aspectos reglamentarios.
Mientras tanto, los trabajos ya se ven avanzados en el interior del local, donde entre otras cosas se cambiaron los pisos y se bajaron los techos.
Junto a otros cuatro operarios, ayer tomaba medidas Juan Ricardo Madero, vidriero y a la vez vecino de la zona, encargado ahora de los enormes ventanales del restaurante y quien definió como "espectacular" la reapertura comercial de la esquina.
En muchos otros negocios se escucharon voces coincidentes. La de Gloria, por ejemplo, dueña de la librería La Reja, lindera con el futuro restaurante, para quien la rehabilitación del local "traerá más movimiento" a la zona, "entristecida" tras el cierre de La Capilla; la de Juan Martín, empleado de la farmacia La Fe, quien rescató el "trabajo" que se está haciendo para reabrir "un negocio tan importante", y la de Sabrina, de la juguetería La Pipa de Popeye, a la expectativa de que "una esquina tan pintoresca vuelva a verse arregladita".
Paradoja
Lo que ocurrió con La Capilla fue paradójico. Según cuentan en el barrio, antes de cerrar trabajaba “poco y nada”. Pero bastó que se supiera del cierre para que mucha gente se movilizara en defensa de su continuidad. Nada alcanzó: ni muestras, ni clases de tango, ni lectura de poesías. El bar cerró el 29 de julio del 2010.

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