Paula Strawn ayuda a atravesar este proceso de forma más alegre, a través de un trabajo decorativo que trata de convertir un aparato médico en un accesorio alegre y que sea motivo de sonrisas.
Todo surgió a partir de una experiencia con una amiga suya, en la que su bebé llevaba puesto un dispositivo para la plagiocefalgia. Su amiga le comentó sobre lo incómodo que era que la gente viera a su bebé con cara de tristeza por llevar puesto el casco.
Hasta el momento, la artista calcula haber pintado 1200 cascos en los últimos 10 años.
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