El problema de los piojos afecta a gran parte de los niños en edad escolar y muchas veces se extiende a otros integrantes de la familia.
Existen infinidad de tratamientos y productos para combatirlos, pero lo importante para que funcionen, es saber cuáles son las formas de contagio y qué medidas preventivas son realmente eficaces.
El portal SerPadres.es elaboró una lista de mitos que hay alrededor estos desagradables insectos, muy útil para saber cómo encarar el problema y terminar con las falsas creencias.
El vinagre acaba con los piojos.
Esta afirmación es falsa. El vinagre resulta poco eficaz actualmente y aunque ayuda a disolver el pegamento que tienen las liendres y, por lo tanto, permite eliminarlas más fácilmente, no es adecuado contra los piojos en sí.
Los piojos prefieren el pelo sucio.
En realidad, no es así. Estos bichos no son muy exigentes y les da lo mismo si el niño tiene el pelo limpio o sucio. Además, se sabe que la aparición de piojos no tiene nada que ver con una mala higiene personal.
Los piojos no saltan de una cabeza a otra.
No saltan, ni vuelan, ni eligen a su presa con premeditación ya que son solo insectos. Los piojos se contagian por contacto directo, por eso los niños son más propensos a tenerlos, ya que cuando juegan lo hacen muy cerca unos de otros.
Se contagian por usar objetos comunes.
No se ha demostrado que el contagio suceda por uso compartido de efectos personales como gorros o cepillos pero se aconseja evitarlo por precaución.
Los tratamientos no siempre sirven.
Es cierto que algunos piojos pueden hacerse resistentes a los mismos. El mal uso de los productos, no dejarlos actuar el tiempo recomendado o usarlos como tratamiento preventivo contribuye a la creación de dicha resistencia.
Cada vez hay más piojos.
Es evidente que hay ahora más piojos que hace algunas décadas y esto probablemente sea debido a la aparición de las resistencias anteriormente comentadas.
Los niños tienen menos posibilidades de infectarse con piojos si llevan el pelo recogido.
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