En Santa Rosa de Lima el municipio realiza la rectificación de 300 metros de ese espacio abierto. Se mejora el drenaje pluvial y se amplía la calle Jorge L. Borges, por donde ingresa la Línea 18 al barrio
Autor:Juan Manuel Baialardo / Diario Uno Santa Fe - Inesperado. Sin grandes anuncios, las máquinas llegaron para ponerse a trabajar y sorprendieron a los vecinos.
Luego de muchos años de espera, los vecinos de Santa Rosa de Lima fueron sorprendidos hace poco por el ingreso de maquinarias y remoción de tierra que se realiza sobre el renombrado zanjón Suipacha. El municipio puso en marcha la rectificación de 300 metros del zanjón y la ampliación de calzada de la calle Jorge Luis Borges, desde el puente del ferrocarril hasta calle Aguado.
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Esta obra se complementará con el desagüe pluvial en calles La Rioja y Padre Quiroga, cuyo ducto principal de unos 400 metros se extenderá sobre La Rioja y descargará en la cámara ya existente en calle Arenales y La Rioja. Mientras que el colector secundario irá por Quiroga, entre Pasaje Magallanes y La Rioja.
Diario UNO realizó una recorrida por el barrio con el objetivo de dar a conocer las opiniones y expectativas que tienen los vecinos de la zona. Blanca Ollarce, directora del nivel primario de la escuela Nº 1.111 Luis Borruat, ubicada en Aguado 2.901, de Santa Rosa de Lima, realizó un balance positivo sobre esta obra que desde hace años es esperada por los vecinos. “Las perspectivas son muy buenas, nos parece genial porque realmente ingresar al barrio por Suipacha, que es una de las calles fundamentales, se hacía imposible”, detalló Ollarce.
Desde la entidad recordaron que a fines del 2008, los alumnos de cuarto grado realizaron un proyecto que abordaba la problemática y que incluso eso llegó a mostrarse en el Concejo Municipal. En esa oportunidad, a través de una obra de teatro los chicos –que en ese momento tenían entre 9 y 10 años– intentaron hacer visibles todos los trastornos que el zanjón causaba a los habitantes de Santa Rosa de Lima.
Desde hace más de 30 años, los vecinos conviven con el zanjón, el cual puede describirse a grandes rasgos como un espacio a cielo abierto donde la contaminación es la protagonista. Allí hasta hace poco los vecinos podían encontrar basura, ratas y pastos altos. La representante de la institución educativa hizo un especial hincapié en el hecho de que la obra es necesaria para revalorizar el crecimiento del lugar y al mismo tiempo generar bienestar para la gran cantidad de gente que habita en el distrito.
“La verdad es que nos trae una gran satisfacción y ver que el barrio está creciendo es muy importante para todos”, recalcó la directora. Desde hace más de veintinueve años, Ollarce trabaja en las aulas de la escuela Borruat. Para todos aquellos que forman parte del crecimiento del barrio y que al mismo tiempo son testigos de cómo se deterioran sus calles, la puesta en marcha de esta obra es un hecho realmente valioso. Además, gracias al movimiento que generan los trabajos, reina una sensación de mayor seguridad entre los vecinos que hoy observan más luminarias en la calle y menor cantidad de la basura en el lugar. “Lo importante es que las cosas se empiecen y se terminen, esto colaboró a que haya un cambio de mentalidad de los padres y los docentes. Ver esta obra es importante”, finalizó la directora.
Los integrantes de la comunidad educativa manifestaron su satisfacción por las mejoras que se emprendieron en el corazón del barrio. “Esto es un logro importante para todos los que trabajamos en la escuela y para los vecinos. El 18 es la única línea que entra al barrio y dejó de hacerlo por los problemas que había en la calle, así que esto significa un avance. Esperemos que se termine pronto”, expresó Liliana Amado, que desempeña su labor en el comedor escolar.
Los vecinos que transitan por las calles del barrio observan con curiosidad el movimiento que realiza la grúa apostada sobre el zanjón. “Estamos contentos porque esperábamos hace mucho tiempo esto, uno por la seguridad de las calles y otra por la villa”, relató Liliana, una de las vecinas que transitaba junto a su hijo por el lugar. Al momento de responder si ya había escuchado promesas sobre la ejecución del proyecto aclaró: “En diez años escuché muchas veces que se iba a hacer esta obra. La directora de la escuela Borruat luchaba por los roedores y animales que se juntaban en el lugar”, agregó la vecina.
En la puerta de su casa, Elva charla con sus nietos. Y al ser consultada sobre la obra no deja de calificarla como algo bueno para el barrio. “Es la primer vez que veo esto. Yo me puse contenta cuando los vi trabajar”, finalizó entusiasmada la vecina.
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