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domingo, 26 de enero de 2014

RIVER LO BAILÓ A RITMO DE CUARTETO Y SE LLEVÓ EL SEGUNDO CLÁSICO DEL AÑO ANTE BOCA

Con solvencia, el equipo de Ramón Díaz jugó un primer tiempo inteligente y supo sacar provecho de las grandes ventajas que dio Boca en defensa. Ahí justificó la victoria.
La Capital | 
RIVER LO BAILÓ A RITMO DE CUARTETO Y SE LLEVÓ EL SEGUNDO CLÁSICO DEL AÑO ANTE BOCA

 El segundo superclásico del año fue para River, que liquidó el pleito en el primer tiempo y luego conservó el resultado en el complemento. Con un polémico gol de Lanzini y otro del Rayo Menseguez, el equipo de Ramón le regaló una sonrisa a su gente en suelo cordobés. Con solvencia, el equipo de Ramón Díaz jugó un primer tiempo inteligente y supo sacar provecho de las grandes ventajas que dio Boca en defensa. Ahí justificó la victoria.
   El primer gol de la noche nació de una jugada en la que River puso en juego dos pelotas por sendos laterales sin que Abal detuviera el juego. Teo Gutiérrez tomó una de ellas, encaró, tiró un centro al área en el que Lanzini sólo la tuvo que empujar (ya que ninguno en la última línea xeneize logró anticiparlo) para establecer la primer diferencia. Así River se ponía en ventaja a sólo seis minutos de haber comenzado el partido.
   El gol fue un golpe duro para el equipo de Bianchi, que vio como con el correr de los minutos el partido dejaba de ser parejo, el Millo se hacía dueño de la pelota y con ella de las acciones.
   Concentrado y rápido, River fue agigantando su figura y empezó a preocupar cada vez más asiduamente a la defensa azul y oro. A los 17’ Lanzini, en una contra casi letal, tuvo la chance de aumentar, pero en la estocada final, prefirió poner la pelota en el palo más lejano y el tiro se fue lejos del arco de Trípodi. Poco después, a los 21’, Teófilo Gutiérrez tuvo un mano a mano con Trípodi, pero el arquero alcanzó a tocar la pelota y en complicidad con el palo, la pelota no llegó a la red.
   Promediando el parcial, River ya era más y dejaba una mejor imagen ante un Boca aturdido, apurado e impreciso que apeló mucho al pelotazo. Tanta fue la diferencia que Barovero casi no tuvo trabajo.
  Antes del final del primer parcial, llegó la segunda puñalada. De contra, River empezaba a liquidar el partido. Lanzini desbordó y mandó un centro preciso que el Rayo Menseguez cambió por gol.
   Urgido por la vergüenza, el equipo de la Ribera salió dispuesto a emparejar la balanza. Para ello se hizo dueño de la pelota y así empezó a llegar con insistencia al arco millonario. Tuvo varias situaciones claras pero le faltó definición, como un cabezazo de Emmanuel Gigliotti a las manos de Marcelo Barovero, un tiro libre de Fernando Gago que el arquero sacó al córner o un disparo de Fragapane que el uno sacó con el pie. Boca hizo el gasto en el complemento pero no le alcanzó. River hacía rato se había adueñado del partido.

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