Pachi fue el jugador canalla que más creció en la vuelta a la máxima división del fútbol argentino. A su gambeta incontrolable le agregó efectividad en las asistencias.
La Capital |
Federico Carrizo ya no juega a la pelota, sino que está aprendiendo a jugar al fútbol. Nadie puede poner en dudas las características técnicas y la destreza de Pachi para manejar el balón y eludir rivales en velocidad, algo que siempre hizo, pero ahora también utiliza todos estos recursos de forma cada vez más productiva para el equipo. Está claro que su aporte de calidad potencia muchísimo las aspiraciones de Central a la hora de intentar ganar los partidos. En la vuelta canalla a primera división, el volante de Villa Giardino fue uno de los que mejor se acomodó a las exigencias y atraviesa una curva ascendente en su rendimiento, por lo que las ofertas concretas por sus servicios no tardarán en llegar. El sábado en la victoria 2 a 1 ante Argentinos fue la gran figura de La Paternal, con un soberbio pase en el gol que anotó Walter Acuña.
Luego del triunfo en el estadio Diego Maradona, Pachi dialogó mano a mano con Ovación y realizó un balance del momento personal que atraviesa y de lo que significó el primer semestre auriazul en el regreso a la máxima categoría.
—¿Cuánto vale haber cerrado el año con una victoria?
—El objetivo que buscábamos era cerrar bien el torneo, consiguiendo la meta de sumar un piso de 25 puntos (Central terminó con 26 unidades) y por suerte lo pudimos conseguir.
—En el segundo gol metiste un tremendo pase largo de 30 metros, ¿lo buscaste a Acuña o a Sebastián Abreu que venían apareados en el comienzo de la jugada?
—No, lo busqué a Acuña que es más rápido (risas). Metí el pase en el espacio vacío y por suerte le cayó en el pie a Cachete, que definió muy bien.
—Acuña le dio de una sin dudar y no falló.
—Seguro. Por algo tiene la posibilidad jugar en primera. Es un jugador bárbaro, un chico muy bueno y se merece lo que le está pasando.
—Necesitaban irse de vacaciones contentos.
—Necesitábamos conseguir el objetivo de los puntos, volver a ganar en la última fecha era fundamental. Por suerte lo conseguimos y ahora descansar.
—¿En la segunda mitad del año irán partido a partido o piensan un objetivo más ambicioso?
—Siempre vamos partido tras partido. Lo que buscamos es mantener un equilibrio. Lo demás viene solo.
—Se ve un Carrizo mucho más maduro, encarando y manejando también los hilos del equipo.
—Trato de hacer las cosas lo mejor posible y aprovechar las cualidades al máximo. A veces se puede y otras no. El técnico me da la camiseta y yo trato de responderle al máximo.
—Como es lógico se te nota mucho más maduro de aquel jugador que le tocó debutar en un momento difícil como fue el anterior al descenso.
—Ya trascurrieron casi cuatro años y pasaron muchas cosas, de las buenas y de las otras. La verdad es que el jugador va pasando por algunas dificultades y eso lo hace crecer.
—Ahora estás afilado.
—Lo bueno es que tengo una continuidad que hacía mucho que no tenía, y lo disfruto mucho. El jugador debe adaptarse al máximo a lo que el técnico necesita.
—¿Cuál es el balance global de la temporada?
—Fue irregular. En este torneo costó encontrar un equilibrio, pero fue muy bueno haberle ganado a Argentinos para encarar lo que viene. Ahora hay que descansar, disfrutar de la familia, los amigos y volver con las pilas bien recargadas.
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