ROSARIO..."Todo lo que caía me iba achicharrando hasta quedar encogido como una bolita"

Roberto Vila, un rosarino dueño de una agencia de venta de autos de 78 años, se salvó de milagro del derrumbe de la casa que habita. El hombre fue llevado al Hospital de Emergencias con heridas leves, aunque se encuentra fuera de peligro. "Apagué el gas y la tele y salí corriendo", contó Vila cuando le dieron de el alta médica.

 

De milagro, Roberto Vila se salvó de quedar aplastado aniche, cuando se encontraba en su casa cuando esta se derrumbó. El hecho se produjo ayer cerca de llas 23.50 en su vivienda de dos plantas ubicadas San Luis al 600. Si bien las causas del siniestro no pudieron ser precisadas, se estima que habría sido producto de una obra en construcción lindera. "Nunca pensé ser el hombre del momento, soy de perfil bajo pero desgraciadamante me toca y tengo que cumplir con la misión", dijo el anciano esta mañana en declaraciones radiales. Vila contó que cuando llegó a su casa, donde vive solo, se encontró con pedazos de ladrillos al lado de una columna que hay en el medio de una propiedad. Pero como en más de una ocasión encontró este tipo de escombros, no le dio mayor importancia y procedió, como siempre, a recogerlos. "Pero cuando me fui enfrente veo que la otra pared también empezó a hincharse de tal forma que me llamó la atención, me apuré, apagué el gas, la tele y salí corriendo", apuntó el hombre. Sin embargo, la casa cedió y el anciano quedó atrapado cerca de la puerta de su hogar, justo cuando estaba a metros de salir a la calle. "Fue fatal porque sentía que el peso de todo lo que se me caía me iba achicharrando, hasta que quedé encogido como una bolita", subrayó Roberto Vila. Siempre estuvop conciente, y tras ser socorrido por los bomberos, fue llevado al Heca, a donde llegó con varias heridas, pero de menor gravedad. Dijo que haber zafado del derrumbe es "volver a nacer", aunque confesó que segundos antes de todo tuvo una "sensación rara" que anticipó lo que se venía: "Cuando vi que estaban las piedras y escuché los crujidos dije: «Bueno, esto se viene abajo»".