martes, 30 de abril de 2013

SANTA FE: Pintaron una estrella para pedir justicia y seguridad vial

Rubén García perdió a su hijo, cuando fue atropellado en Suipacha y Rivadavia y falleció dos días después.

El 29 de noviembre de 2008, en la localidad cordobesa de Río Primero, se pintó la primera estrella amarilla para empezar a difundir la necesidad de que la población tome conciencia sobre la seguridad vial.EL 29 DE NOVIEMBRE DE 2008, EN LA LOCALIDAD CORDOBESA DE RÍO PRIMERO, SE PINTÓ LA PRIMERA ESTRELLA AMARILLA PARA EMPEZAR A DIFUNDIR LA NECESIDAD DE QUE LA POBLACIÓN TOME CONCIENCIA SOBRE LA SEGURIDAD VIAL.
El 29 de noviembre de 2008, en la localidad cordobesa de Río Primero, se pintó la primera estrella amarilla para empezar a difundir la necesidad de que la población tome conciencia sobre la seguridad vial. A partir de ese momento, la Fundación Laura Cristina Ambrosio Battistel y la Asociación Argentina de Familiares y Amigos Víctimas de Tránsito iniciaron la Campaña Nacional de Concientización Vial Estrellas Amarillas Sí a la Vida. La misma consiste en que en cada lugar donde hubo un accidente de tránsito con víctima fatal se pinte una estrella.


El sábado pasado, Rubén García pintó la suya. La estrella está en el lugar donde ocurrió el accidente que terminó con la vida de su hijo Nicolás, en Suipacha y Rivadavia. Rubén decidió hacerlo el sábado 27, cuando se cumplió el quinto aniversario y a las 21.30 (horario aproximado en que ocurrió el siniestro). Del acto participaron familiares y amigos de Nicolás que expresaron su dolor y su deseo de que se haga justicia. Rubén García hace cinco años que no duerme. “Me levanto a la una o a las dos de la mañana y me pongo a leer el expediente. Ya lo leí 20 mil millones de veces porque no puedo dormir, no sé que hacer. Mi vida se terminó”, le dijo a Diario UNO.


“Hay mucha gente que está sufriendo como yo. No podemos hacer nada con la accidentología vial porque nadie quiere escuchar y no hay ninguna puerta abierta para que estos casos no vuelvan a ocurrir. Nunca pensé que iba a pasar en la justicia lo que hoy estoy pasando. Ya llevo cinco años luchando contra esto y todavía no pude conseguir nada”, aseguró.


Luego añadió: “Pintamos la estrella amarilla porque eso significa que es un caso emblemático que todavía no tuvo una resolución judicial. Mi hijo fue brutalmente atropellado en la esquina de Suipacha y Rivadavia”.


Al momento de describir lo que sucedió hace cinco años, García dijo: “De acuerdo a todo lo que tengo en los informes, los testigos ocasionales dicen que la camioneta que atropelló a mi hijo pasó el semáforo en rojo. La velocidad que calculó el primer perito indicaba que la camioneta iba a entre 85 y 90 kilómetros por hora. Las huellas de las cuatro cubiertas quemadas en el pavimento miden 23,60 metros; él voló 7,20 metros por el aire; el casco le arrancó la nariz, tenía quebradura de base del cráneo, estallido y hundimiento. Yo lo llevé al médico policial desde la cuarta hasta la primera seccional y le dijo al sumariante de la primera: «Poné que después lo vamos a ir a ver porque lo están operando». Ni siquiera lo vio y luego puso en el informe policial «excoriaciones»”.


“El Cobem puso en el informe –continuó– que ellos retiraron el cuerpo porque aún estaba con vida. La policía, por su parte, puso que cuando llegó lo único que encontraron fue una mancha de sangre. Y el testigo que ponen ellos dice que la policía llegó primero. Entonces alguna contradicción hay”. “Yo viví yendo en los tribunales. Cuando la causa entró en correccional segunda las cosas se empiezan a dar vueltas, a dilapidar. Hay un manoseo total. A mí me dijeron que el segundo perito había omitido sumarle la medida a la camioneta y por eso se da la diferencia entre las velocidades que calcularon. Uno dijo que era entre 85 y 90 kilómetros por hora y el otro 79 kilómetros por hora. Esa hoja no está en el expediente”, añadió.

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