miércoles, 24 de octubre de 2012

SANTA FE: El primer trasplante renal en el Cullen, paso a paso


El cirujano brindó detalles acerca de la intervención. Por primera vez, este operativo se hizo en un hospital público de la ciudad.

José Luis González, un joven de Cayastá, fue la primera persona en recibir un órgano en un hospital público de la ciudad. Fue el pasado 5 de octubre en el Cullen, gracias a que su hermano Cristian, de 34 años, le donó un riñón.

Esta cirugía es el primer paso en un largo camino hacia la consolidación del Cullen como centro de trasplante. “Un hospital de urgencias, como el Cullen, tiene muchas donaciones. Esto permitió considerar la posibilidad de crear un centro de trasplante. Ofrecí mi colaboración ad honorem al ministro de Salud Miguel Cappiello y empezamos a planear este programa, que llevó nueve meses de trabajo, hasta que se pudo concretar el primer trasplante”, contextualizó Rubén Canelo, director del programa de trasplante del Cullen y quien realizó la cirugía.

El primer trasplante fue de riñón y la idea es, en un futuro, realizar otro tipo de intervenciones. ¿Por qué se decidió comenzar con un trasplante renal? “Los programas siempre comienzan con riñón porque es uno de los primeros órganos que comenzó a trasplantarse. A largo plazo, se extiende a páncreas o hígado. Además, la población que espera un riñón es mucho mayor en comparación con quienes esperan otros órganos. Los enfermos renales son más frecuentes y permanecen hasta 7 años en lista de espera. Y la cirugía es más simple”, dijo Canelo.

Por otra parte, el procedimiento se realizó con un donante vivo; esto permitió planear la operación. “No es como con el donante cadavérico, que llega un órgano y hay que trasplantarlo inmediatamente, sino que el donante vivo permite organizar y programar las cosas. Esto es muy bueno para iniciar un programa de trasplante porque permite configurar el equipo quirúrgico”, detalló Canelo.

Además, la posibilidad de un donante vivo acorta los tiempos de espera del receptor. “Comúnmente, un paciente pasa muchos años en lista de espera, aguardando el órgano que necesita. Pero con un donante vivo, el trasplante se puede hacer antes”, comparó el cirujano.

Otra ventaja es que se puede evaluar muy bien al dador y también preparar la salud del receptor antes de la cirugía.

José Luis González no tuvo problemas de salud hasta que a los 26 años tuvo un pico de presión y entró en diálisis. “Fue muy duro, no me acostumbraba a ir tres veces por semana”, recordó el joven en una conferencia de prensa, antes de ser dado de alta.

Hace un año entró en lista de espera para ser trasplantado, pero como el órgano no llegaba (de un donante cadavérico), la familia conversó la posibilidad de que alguno le donara el riñón que necesitaba. “Todos mis hermanos estaban de acuerdo. Al que le tocara, lo iba a hacer. El más compatible fue Cristian”, comentó González. Esto implicó varios estudios exhaustivos, de grupo sanguíneo y de histocompatibilidad.

El procedimiento quirúrgico fue coordinado por el jefe de equipo, Mariano Arriola, y llevado adelante por el cirujano Rubén Canelo. También participó el servicio de Urología, por intermedio de Carlos Rivadera, y los departamentos de enfermería y anestesia.

Los hermanos González tuvieron una recuperación muy buena y fueron dados de alta al sexto día de ser operados. ¿Cómo continúa la vida de la persona que donó un riñón? “Normalmente, porque la función renal está compensada”, concluyó Canelo.

¿Quién es?

Rubén Canelo nació en San Francisco (Córdoba) y se recibió de médico en la Universidad de Córdoba en 1980. Realizó su residencia y tesis doctoral en Alemania. Hace 25 años que vive en Europa, donde se especializó en trasplante de hígado, riñón y páncreas. Es docente universitario en Londres, en la UNL y en Córdoba. Por razones familiares volvió a la Argentina y se comprometió con la creación y conducción de un programa de trasplante en el hospital Cullen.

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