lunes, 11 de junio de 2012

ROSARIO: Travestis denuncian al Heca

Integrantes de la comunidad trans realizaron una presentación judicial por “agresiones y discriminación”. Según dijeron, la atención a una de ellas se demoró cuatro horas.
 
Tres integrantes de la comunidad trans de Rosario realizaron una denuncia en Tribunales contra el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), la seguridad privada del centro de salud y un policía del destacamento por “agresiones y discriminación”. La presentación hecha en Fiscalía, se llevó adelante después de que el pasado martes, Érika Fernández, quien sufre una enfermedad crónica, se acercó al establecimiento sanitario “con síntomas de meningitis y/o toxoplasmosis”. Según denunciaron, pese a la urgencia, la atención se demoró por aproximadamente cuatro horas y, por las quejas, ella y dos compañeras más fueron demoradas en la comisaría 13ª. Tras los hechos, la concejala y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, María Fernanda Gigliani, presentó un pedido de informe al Poder Ejecutivo para que se aclare sobre lo ocurrido esa noche (ver recuadro).
Según el relato de las denunciantes, el martes pasado, cerca de las 21.15, Érika Fernández, miembro activa de la comunidad trans de Rosario, llegó a la sala de urgencias del Heca con malestares que bien podrían haber sido “síntomas de meningitis o toxoplasmosis”. Aunque prefirió no especificar cuál, Érika sufre de una enfermedad crónica, por lo que necesitaba ser atendida con urgencia ya que podría correr riesgo su vida. Según sus declaraciones, esperó casi cuatro horas para ser atendida. En ese lapso, la tensión fue en aumento “ya que pacientes que estaban antes y después” que ella “sí eran llamados por los médicos”, relató. “En un momento les dije que hacía horas que estaba esperando, que soy paciente como los demás y un policía me dijo que otras personas eran de más urgencia que yo. Entonces, agarré la puerta para salir y él me agarró del cuello. Empecé a gritar y ahí se metieron mis compañeras y mi hijo. Y se armó. También se acercaron todas las personas que esperaban, diciendo que teníamos razón, que somos personas como ellos y que teníamos derecho a que nos atendieran”, relató Fernández.
Tras los forcejeos, Michelle Vargas, Laureana López y el hijo adoptivo de Érika (de 16 años) fueron trasladados por la Policía a la Comisaría 13ª. Eran poco más de las 12 de la noche y recién fueron liberadas a las 5 de la mañana. Una vez atendida, Érika se sumó al grupo de los demorados.
El caso es similar a cualquiera de los que han ocurrido por discriminación dentro de la comunidad. Sin embargo, esta vez resulta paradójico el hecho, ya que Érika había sido tapa de El Ciudadano ese mismo día, por ser la primera chica trans en tramitar el DNI con su nombre de género. También se estaba en el medio de las actividades por el Mes de la Diversidad.
Otro dato paradójico es que mientras sucedía todo el conflicto, los celulares de las detenidas continuaban recibiendo mensajes de amigos felicitándolas por el momento “grandioso” que estaban pasando ahora que estaba reglamentada la Ley de Identidad de Género.
En este marco –y como bien afirmaron dirigentes políticos y activistas en su momento– la ley es un paso fundamental, pero aún falta dar el más importante: el cambio cultural en la población.
“Quiero aclarar que en la comisaría 13 nos trataron re bien. Creo que no querían problemas con nosotras, ellos enseguida nos atendieron amablemente. Cuando llegué a la comisaría me contaron que me habían visto en la tapa del diario y sólo me hicieron firmar la devolución del menor. Ellos decían que no se iban a hacer cargo de un «quilombo» que había armado el policía del hospital”, señaló Érika.

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