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domingo, 3 de junio de 2012

ROSARIO: Otra vez apresaron por robo al chico que confesó el crimen de Leandro Zini

La corta vida de Jonathan Jesús G. está ligada intimamente al delito y a sus burlas constantes hacia el fallido sistema de contención implementado por el Estado. Con sólo 16 años, el pibe fue considerado por la Justicia como el autor del asesinato del joven Leandro Zini, hecho ocurrido frente a la casa de la víctima el 21 de julio de 2011. Desde entonces estuvo en distintos centros y hogares de protección de los cuales salió impunemente para volver a delinquir. La madrugada de ayer volvió a caer en manos de la policía después de intentar asaltar en compañía de un cómplice a una agente de la fuerza. Pero esta vez, como ya tiene 16, su destino está detrás de las rejas del Instituto de Recuperación del Adolescente Rosario (Irar), un sitio del cual escapar le debería resultar más difícil.
La Capital | 
El nuevo hecho que le imputan a Jonathan ocurrió a la 0.20 de ayer en Pascual Rosas y San Lorenzo, en el barrio Ludueña Sur. Entonces, la agente Lucía Daniela M., de 23 años y destacada en la comisaría 18ª, salía de su casa en compañía de su novio, Diego Sebastián M. Cuando la pareja se estaba despidiendo aparecieron en el lugar dos muchachos a bordo de una moto Yamaha Crypton de color azul que, bajo amenazas con un arma de fuego, los amenazaron y les exigieron las pertenencias.
Mientras Lucía se identificaba como policía, su novio empezó a gritar para advertir a familiares y vecinos sobre lo que estaba ocurriendo. Entonces salió a la calle la mamá de la agente con un feroz perro rotweiller que empezó a ladrar a los asaltantes. Ante el susto, uno de los ladrones escapó a la carrera mientras que su cómplice,trenzado en una pelea con la mujer policía, no pudo huir y fue retenido por la víctima. No era otro que Jonathan Jesús G., quien en su poder tenía un revólver calibre 22 corto marca Bagual Passper con tres balas en su tambor. También le secuestraron la moto en la que se movilizaba.
Crimen feroz. El nombre de Jonathan se conoció el mismo día en que mataron a Leandro Zini. El muchacho tenía 21 años y esperaba junto a su novia un taxi en la puerta de su casa de Mar del Plata 30 cuando tres adolescentes le arrebataron un bolso a la chica. Leandro intentó defender a la joven y como respuesta recibió un profundo puntazo en el cuello que le quitó la vida casi en el acto. Horas más tarde, la policía apresó a los sospechosos, entre ellos Jonathan y su hermano.
En el marco de la causa judicial, Jonathan confesó ante la jueza de Menores Gabriela Sansó haber sido el autor de la herida mortal y desde entonces se planteó un dilema para la Justicia y las instituciones del Estado que deben lidiar con los menores en conflicto con la ley. Es que por su edad, en aquel momento Jonathan no podía ser derivado a un centro de detención como el Irar y su primer lugar de destino fue el Hogar de Protección al Menor del Padre Tomás Santidrián. De allí se fue sin aviso alguno y, tras una gestión de la Secretaría de Desarrollo para la Ciudadanía del gobierno provincial fue localizado al otro día en la casa de un familiar, en Casilda al 5700.
Idas y vueltas. Desde allí, Jonathan G. fue derivado fuera de Rosario bajo la tutela de un familiar. Pero también escapó y se le perdió el rastro hasta el 2 de octubre del año pasado cuando, en compañía de otros adolescentes (entre los que volvía a estar su hermano de 17 años), fue sorprendido cuando escapaban por Castellanos al 600 a poco de robar una moto que estaba estacionada y atada con una linga en la zona de Santa Fe y San Nicolás.
Entonces el destino de Jonathan G. volvió a estar afuera de la ciudad. Primero lo alojaron en un instituto de la capital provincial y después en uno de Rafaela. Sin embargo al pibe eso tampoco lo amilanó y volvió a burlar la custodia para retornar a Rosario.
El 8 de noviembre pasado, tras una persecución policial, lo atraparon en Provincias Unidas y Presidente Perón después de haber robado una cartera. Entonces, el Estado decidió enviarlo nuevamente fuera de Rosario bajo la tutela de un familiar que debería seguir de cerca una estrategia socioeducativa con apoyo escolar y psicológico tendiente a la rehabilitación del menor.
Sin embargo Jonathan volvió a sus andadas y otra vez en Rosario fue baleado en un oscuro episodio ocurrido en enero último en la villa de Cerrito y las vías, en jurisdicción de la comisaría 13ª y detrás del Cementerio de Disidentes. Desde allí el menor fue derivado al Hospital de Emergencias y operado por una herida de arma de fuego en el abdomen.
Su última aparición había sido en marzo. Jonathan había violado la prohibición que tenía de andar por el barrio Industrial, donde vive su familia y también los Zini. Agentes de Seguridad Personal lo fueron a buscar a su casa con la orden del Tribunal Colegiado de Familia Nº 3, responsable del control legal de las medidas de excepcionalidad que debía respetar el chico pero no lo encontraron. Lo hallaron en la villa de San Jerónimo al 100 bis y quedó a disposición de la Subsecretaría de la Niñez que dispuso su traslado a Santa Fe.
Ahora volvió a caer. Pero la situación es diferente. Jonathan ya cumplió los 16 años y anoche durmió en el Irar bajo una fuerte custodia.

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