La imagen se convirtió en uno de los íconos de los estragos de la guerra de Vietnam. En el aniversario, sus protagonistas recordaron a EFE la capacidad del registro para cambiar el curso de la historia.
La dramática imagen de esa niña desnuda,
corriendo desesperada por una carretera vietnamita el 8 de junio de
1972, huyendo de su aldea que había sido bombardeada con napalm, fue
captada por el fotógrafo Nick Ut, dio la vuelta al mundo y cambió el
curso de la guerra.
La imagen se convirtió en uno de los íconos de
los estragos de la guerra de Vietnam. En el aniversario, sus
protagonistas recordaron a EFE la capacidad del registro para cambiar el
curso de la historia.
Agencia EFE
Kim Phuc tenía sólo 9 años cuando un avión del
ejército survietnamita bombardeó su pequeño pueblo de Trang Bang, cerca
de Ho Chi Minh (entonces Saigón), en un ataque coordinado con el mando
estadounidense que trataba de controlar el abastecimiento por carretera
entre Camboya y Vietnam.
Los informes de EE.UU. indicaban que no había civiles
en la localidad, según explicaron posteriormente los militares al
frente de la operación, quienes dieron luz verde al lanzamiento de
misiles cargados de napalm, un combustible capaz de calcinar cualquier
forma de vida, que convirtió el lugar en un infierno en llamas.
Historia de una foto
“Hasta entonces yo era una niña feliz”, aseguró Phuc
quien atemorizada se había refugiado con su familia en el templo de Cao
Dai.
El fuego de esas bombas, que alcanza 1.200 grados,
carbonizó sus ropas y le causó quemaduras en el 65 por ciento de su
cuerpo, especialmente en su espalda y brazo izquierdo, cuya piel se
derretía con el calor.
Phuc salió corriendo por la carretera, desnuda, presa
del dolor - “¡muy caliente, muy caliente!”, gritaba-, con el rostro en
llanto, igual que otros de sus parientes. Un momento que inmortalizó el
fotógrafo vietnamita Nick Ut quien cubría la Guerra de Vietnam para la
agencia estadounidense Associated Press.
Esa instantánea tomada el 8 de junio de 1972 dio la
vuelta al mundo y mostró los horrores del conflicto a la sociedad
internacional hasta el punto de que fue decisiva para acelerar el final
de los enfrentamientos.
“La guerra de Vietnam terminó gracias a esa
fotografía”, aseguró el fotógrafo, quien esta semana se reencontró con
Phuc en una conferencia organizada por la iglesia baptista Liberty de
Newport Beach, en el sur de California.
Aquella imagen fue una de las muchas que tomó Ut en aquel conflicto, aunque ésa marcó su carrera y le valió el premio Pulitzer.
“Para mí parece que fue ayer, es muy triste, miro de
nuevo las fotografías y se ve lo terrible que fue la guerra, todas las
guerras, no sólo Vietnam”, comentó el reportero gráfico que ahora tiene
61 años y aún sigue en activo.
Ut volvió a desempolvar aquellas instantáneas con
motivo del 40 aniversario de aquel 8 de junio, unos documentos que no
captan lo que pasó a continuación pero que el fotógrafo se encargó de
narrar.
“Fui a ayudarla al instante (a Phuc) porque su piel
se le estaba desprendiendo del brazo y la espalda. No quería que
muriera. Dejé mi cámara y empecé a echarle agua encima, luego la metí en
mi coche y nos fuimos al hospital, sabía que podría morir en cualquier
momento”, relató Ut.
Kim Phuc llegó en estado crítico al centro médico y
el personal, escaso de recursos, la envió directamente al tanatorio,
donde pasó tres días.
“Pero no me moría”, contó Phuc, quien gracias a un
amigo de su padre terminó por ser realojada en unas instalaciones para
quemados donde estuvo bajo tratamiento durante 14 meses.
Secuelas de la guerra
“Es un milagro que sobreviviera”, confesó la mujer
cuya historia emocionó a los feligreses californianos a los que enseñó
las cicatrices en su brazo quemado, aún visibles a pesar de haberse
sometido a 17 operaciones para reconstruir el tejido incinerado por el
napalm.
Las secuelas psicológicas, apuntó Phuc, duraron mucho
más. En su caso, encontró la paz que estaba buscando en 1982 a través
de la fe cristiana que ahora predica con una sonrisa, según declaró.
“Estoy muy contenta. Pienso que la fotografía es un
regalo muy poderoso para mí y creo que el mundo es mejor gracias a ella,
porque ha hecho que la gente sea más consciente cuando piensa en
guerras”, manifestó.
Tras la Guerra de Vietnam, Kim Phuc fue utilizada por
el gobierno comunista del país para campañas de propaganda hasta que
logró que le permitieran ir a estudiar a Cuba, donde aprendió un poco de
español y conoció a su esposo.
En 1992, cuando volvía de su viaje de novios de Moscú
a La Habana aprovechó una escala de su avión en Canadá para pedir asilo
político.
Desde hace 15 años es embajadora de Buena Voluntad de
la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (Unesco).
Los protagonistas de la historia, el fotógrafo
Nick Ut, y su más famosa e involuntaria modelo, Kim Phuc, se
reencontraron recientemente en Los Angeles, donde recordaron el trágico
momento en que se conocieron.
De terror
El napalm o gasolina gelatinosa es un combustible
que produce una combustión más duradera que la de la gasolina simple y
fue corriente su utilización en distintas contiendas bélicas. Puede
apagarse mediante la inmersión total en agua o con privación de oxígeno,
pero en cualquier otro caso arde indefinidamente. Es posible encenderlo
con cualquier componente que haga ignición con la gasolina normal. El
napalm es capaz de incinerar toda forma de vida, dejando edificios y
objetos intactos por su capacidad de expandirse por el oxígeno. Una
recordada escena de la película “Apocalypse Now”, de Francis Ford
Coppola, lo tiene como especialísimo e invisible protagonista.
/// EL DATO
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