Se festeja el último viernes de abril y está incluido en el "calendario escolar". El faltazo masivo se volvió tradición y se celebra desde 1993.
Como ya se volvió tradición, hasta los mismos boliches se preparan el día anterior porque saben de antemano que al siguiente “no hay escuela”. Eso pasó anoche, que muchos boliches que suelen recibir a los mismos destinatarios que las escuelas abrieron sus puertas como una jornada de fin de semana más.
También en la jornada está previsto que los adolescentes se apropien del centro local, plazas y del Monumento a la Bandera.
La idea de faltar sin consentimiento de los padres no es nueva. Generaciones se han tomado su día de la chupina, rata o rabona, según el lugar donde se viva. Sin embargo, el debate se abre cuando este faltazo masivo se anuncia con anticipación.
"La transgresión no se anticipa, un hecho constitutivo de la transgresión es no decir qué se va a hacer", opina el pedagogo y docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Pablo Urbaitel. Y en su visión considera que lo que pasa en esta jornada local, “tiene más que ver con las sociedad del espectáculo” que con un acto de rebeldía juvenil.
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