Damián Siocán, representante de Paulo Rosales, se reunió este lunes con el presidente Luis Spahn pero no llegaron a un acuerdo para la renovación del contrato del Pichi. Corinthians pretende al enganche tatengue.
El volante, quien se recupera de una fuerte contractura que sufrió en el último partido del campeonato frente a Estudiantes, se encuentra en nuestra ciudad ya que vino a festejar la Navidad junto a parte de su familia. Además, se tomó su tiempo para intentar llegar a un acuerdo por la renovación de su contrato, aunque la propuesta de la dirigencia sigue sin satisfacer.
Antes de juntarse con su representate, pero sabiendo cuál había sido el desenlace de una nueva reunión con los popes de la Avenida López y Planes, el enganche dialogó con Radio La Red y contó sus sensaciones sobre el momento que le está tocando atravesar en la institución. “Me quedan seis meses de contrato en Unión aunque estoy analizando otras propuestas. Mi representante fue a la reunión con el presidente y después me dejó un mensaje pero lo escuché medio apagado. Soy optimista porque si me hubiese querido ir ya me hubiese ido hace rato”, comenzó diciendo el coscoino.
En cuanto a la cláusula que existe en su contrato y que reza que si un equipo del exterior se lo quiere llevar sólo tiene que abonar 30 mil dólares, expresó: “Es una cláusula que hay en AFA pero espero arreglar para quedarme en Unión. Tuve una oferta interesante de Brasil pero uno no tiene que cerrarle la puerta a nada. Mi deseo es quedarme en Unón. No sé si estoy lejos o no de lo que ellos me proponen. Damián (Sciocán) se reunió con ellos, se tenían que cambiar algunas cosas en cuanto a lo que ellos proponían por el pago del retroactivo que estamos solicitando. Los contratos son de junio a junio por eso pretendo cobrar la parte que jugué en Primera con el viejo contrato”.
Un tema familiar
En cada ocasión que puede, Rosales resalta la importancia que tiene su familia en la toma de decisiones. Esta no fue la excepción y el enlace manifestó: “ Lo hablo mucho con mi familia a todo esto, sobre todo con mi viejo que jugó mucho al fútbol y entiende de esto. La espera me cansa mucho e incluso no puedo disfrutar demasiado de las vacaciones”.
“Futbolísticamente uno acepta todo, pero se dijeron muchas cosa en cuanto a mi persona que no me gustaron. Mi último año fue muy bueno y se consiguieron cosas importantes en cuanto al grupo. Creo que en los momentos malos cuando tengo el apoyo de mi familia es fundamental. Cuando voy a Cosquín mi viejo me hace entrenar, me lleva a la cancha, a la arena... Trato de llegar bien a las pretemporadas y por eso me apoyo mucho en él. Mi viejo siempre me dice la palabra justa y es lo que tanto me ayuda. Él siempre quiso ser jugador de fútbol por lo que las cosas que hizo mal me las dice para que no las repita. Mi viejo me exige mucho”.
Su condición física y la gente
“Yo sabía que tenía que bajar seis kilos para jugar en Primera ya que me sentía muy lento cuando terminó el campeonato de la “B” Nacional. Empecé a hacer un trabajo aparte en gimnasio y de apoco empecé a estar de otra manera. Lo de la gente cuando salí ante Independiente y Estudiantes lo valoro mucho, siempre se los voy a agradecer porque fue muy importante para mí y sentí el respaldo en todo momento, explicó.
Kudelka y la preparación
“No hablé con Kudelka, sólo lo hice cuando venía en el micro de jugar ante Estudiantes. Sé lo que piensa, conmigo habló mucho. Me quede o no en el club hay grandes jugadores y hay que ganarse el puesto en la semana”, contó Rosales.
Para terminar, expresó: “Hasta ahora no pude hacer muchos trabajos en las vacaciones ya que la contractura con la que salí en el partido ante Estudiantes me lo impidió. Ya me dijeron que a partir de este martes puedo salir a correr”.
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