viernes, 30 de diciembre de 2011

La crisis de fin de año: cómo regular emociones

El año nuevo se acerca. La agenda empieza a llenarse de compromisos como la fiesta de la empresa, las reuniones con amigos, los viajes y las visitas de los parientes. A eso se añade el bombardeo de la publicidad que invadió nuestra cabeza con mensajes "navideños" como ¡compra, compra, compra!, más los preparativos para vacaciones. Todo ésto, afecta.

 

Hay quien vive las fiestas con alegría y satisfacción, pero también hay quien siente aburrimiento, fastidio, temor, angustia enojo, nostalgia y conflicto. A esto hay que añadir que el fin de año aparece como un momento de autoevaluación: qué hicimos, qué olvidamos hacer, a quién dejamos de ver, cómo fueron nuestras relaciones, quiénes ya no están, cuáles fueron nuestros logros, qué propósitos haremos para el próximo ciclo...

Sin duda, es una época de movimientos emocionales intensos.

De acuerdo con el Dr. Miguel Márquez, director de Asistencia, Docencia e Investigación en neurociencia en ADINEU, en esta época aumentan también los casos de ansiedad y depresión: "Hay tantos encuentros no deseados como ausencias entrañables y sentimientos de insatisfacción capaces de generar tristeza, angustia o ansiedad. Las consultas postergadas durante muchos meses parecen imprescindibles en las últimas semanas de cada año, y la mayoría de las personas quiere resolver situaciones emocionales antes de que termine el año".

Hoy se sabe que las mujeres somos más propensas a la ansiedad y la depresión. "Particularmente, los trastornos ansiosos y depresivos son dos veces más frecuentes en mujeres que en hombres", aclara el Dr. Márquez, "sobre todo entre los 15 y los 55 años, periodo en que los cambios del ciclo hormonal y el ritmo cronobiológico hacen a la mujer más vulnerable a los factores de estrés psicosocial". Desafortunadamente, los trastornos de ansiedad aún están subdiagnosticados y en muchos casos no reciben tratamiento sino hasta que aparecen otros síntomas —depresivos en la mayoría de los casos.

¿Cómo hacer para que estas fiestas no se conviertan en pesadilla?
Según indica el Dr. Márquez, regular las emociones es una nueva forma de enfrentar la ansiedad y la depresión. "Las emociones juegan un rol esencial en nuestros comportamientos, ajustan la toma de decisiones, refuerzan la memoria para eventos importantes y facilitan la interacción social. Cuando las emociones ocurren en un momento equivocado o con una intensidad inadecuada, pueden provocar daño; las respuestas emocionales inapropiadas están involucradas en muchas formas de psicopatología. Al regular las emociones se ejerce cierto control sobre ellas para que la conducta cotidiana sea satisfactoria", afirma el experto.

Para regular las emociones, el Dr. Márquez menciona algunos procesos identificados por James Gross, experto en la neurociencia de la regulación emocional:

.- Selecciona las situaciones asociadas a las emociones para promover o evitar acontecimientos que repercutan emocionalmente de manera positiva o negativa. Por ejemplo, no tienes que ir a todos los compromisos a los que te invitan, tampoco hay que obligarse a ver a todo el mundo antes del 31 de diciembre. Si estás cansada y la gente a la que irás a visitar en familia no te cae del todo bien, es probable que te pongas de muy mal humor. Evalúa, elige y disfruta.
.- Cuando no es posible decir que no, se pueden realizar algunas modificaciones en la situación que permitan atravesar más placenteramente la experiencia inevitable. Por ejemplo, antes de ir a una reunión, puedes conversar con tu pareja cuánto tiempo van a quedarse y cómo van a reaccionar en caso de que el primo simpatías comience con sus comentarios venenosos.
.- Otra de las posibilidades es desplegar la atención, esto es, dirigirla hacia cuestiones que puedan otorgar vivencias placenteras. Es algo que me ocurre a menudo. Cuando hay una fiesta en una casa y no lo estoy pasando bien, me voy a ayudar a la cocina. Es como un refugio donde no hay tensión y siempre hay alguien con quien cocinar o compartir pensamientos. O bien, si la conversación de los adultos se mueve en torno a ciertos temas que podrían hacerme explotar, prefiero concentrarme en poner la música o me voy a jugar con los niños para pasarlo bien.
.- Hacer cambios cognitivos, pensar la situación desde otra perspectiva y modular las respuestas emocionales para poner al mal tiempo buena cara y evitar que aquellas emociones —que podrían ser socialmente ofensivas o promotoras de conflicto—, no se expresen directamente. Esto implica bajar la guardia, no estar a la defensiva y tratar de fluir con el momento. Por ejemplo, a muchas mamás les pasa que comienzan a involucrarse con la navidad desde otra perspectiva gracias a la ilusión que ésta despierta en sus hijos. Incluso los conflictos con la familia política pasan a segundo plano.

Sin embargo, el Dr. Márquez insiste en que hay que mantenerse atentos, pues una vez que las emociones desreguladas se expresan en la patología (ansiedad, depresión, bipolaridad, etc.), el tratamiento debe ser terapéutico, con intervenciones farmacológicas o psicológicas que permitan a la persona hacerse dueña de las situaciones y mantener un equilibrio emocional adaptativo.

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