Fue el lunes en el 4º piso de 9 de Julio 3180. Se suman a la ola de escruches en el macrocentro. Entre abril y el pasado lunes registraron seis hechos. El consorcio lo conforman 20 semipisos, de los cuales siete fueron blancos de los asaltantes.
Los vecinos del edificio de 9 de Julio 3180 no salen del asombro. Son casi todos jóvenes, muchos de ellos recién casados. Según cuentan, casi todos sus departamentos ya fueron robados con la modalidad de escruche. Entre abril y el pasado lunes registraron seis hechos. El consorcio lo conforman 20 semipisos, de los cuales siete fueron blancos de los asaltantes. El colmo ocurrió en el 2º, donde los ladrones entraron dos veces.
El último robo fue el lunes pasado, cuando vaciaron los dos departamentos del 4º piso. En el A viven Pablo S., de 32 años, y su pareja. "Entre las 15 y las 20 nos desvalijaron la casa. Se llevaron dos cámaras fotográficas, 10 mil pesos, una escopeta de caza, una valija y perfumes además de una manta animal print, una planchita para el pelo y un exprimidor nuevo", recordó el muchacho. Su vecino del B, que ese día estuvo ausente toda la jornada, ayer no había hecho el inventario de lo sustraído aunque en el botín también había plata en efectivo y electrodomésticos.
El edificio no cuenta con portero ni seguridad privada. Está enclavado en el inicio de Echesortu, un barrio que, según dicen los vecinos, "está insoportable". Lorena (que vive en el edificio hace un año) relató: "Hoy al mediodía —por ayer— le arrebataron la cartera a una mujer en Vera Mujica y 9 de Julio".
Los últimos seis robos en el edificio tuvieron las mismas características. "Ingresan por el frente o por la cochera y salen por el mismo lado. Violentan las puertas de los departamentos con barretas y revisan todo. Se llevan desde cosas chicas hasta veladores. Evidentemente saben los moviminetos. En el 7º vive un chico que salió tres horas y cuando volvió ya lo habían robado", contó una mujer que hasta ahora tiene "la suerte" de no haber sido visitada por maleantes.
Autos también. El edificio tiene una cochera para 20 autos y allí también entraron dos veces para robar cosas del interior de un mismo vehículo, un utilitario de trabajo. Andrés, su propietario, recordó: "Robaron un equipo de música y una caja de herramientas. Hice la denuncia y la policía investigó a quien pensé que podía ser el autor, pero no le encontraron nada", sostuvo.
El consorcio cuenta con una administración externa y en un momento tuvieron un portero. "No pudimos sostenerelo por una cuestión económica, es muy caro" expresó Lorena. Y acotó: "Cuando vamos a hacer la denuncia a la comisaría 6ª nos dicen que si no tenemos seguridad, ni cámaras, ni testigos, ellos no pueden investigar". Al respecto, tras una reunión de consorcio, anoche instalaban un sistema de monitoreo.
Las fechas de los robos se suceden: el 7 de abril los departamentos del 2º piso, el mismo mes el 10º y en mayo el 5º. En junio nuevamente fue el 2º B el elegido. En julio la cochera y ahora el turno del 4º.
Acusaciones. Las sospechas de los vecinos son infinitas. "Cambiamos tres veces la empresa de limpieza. Nos llama la atención que no rompan las puertas de acceso al edificio, así que ahí se dirigen las dudas. Pero, ¿qué tenemos que pensar?, ¿qué en las tres empresas hay ladrones?", manifestaron los vecinos. A esos cambios, todos los departamentos sumaron puertas blindadas, alarmas y rejas. "Parece que vivimos en un búnker", dijeron.
En el marco de una novela de intrigas, los vecinos de 9 de Julio 3180 no dudan en sospechar de todo el mundo. "Saben los horarios, los movimientos, así que es gente del edificio o que merodea la cuadra. Hay un muchacho que se hace el rengo y pide plata en la esquina. Ya lo vimos robar dos autos —sostienen quienes lo vieron caminar en otro barrio— y también vimos a una mujer rubia que se pasea por el barrio y siempre está cerca de la puerta del edificio", contaron.
En este sentido, Lorena recordó que esa mujer una vez le tocó timbre en la puerta de su departamento y ella no le había permitido el acceso al edificio. "La ví un par de veces y sé que otros vecinos la cruzaron en el ascensor, y no es de acá", dijo.
José María, otro joven vecino, acotó que "es como si fuera una bandita, no es sólo El rengo. El anda con otra gente. También dicen que pueden ser personas que vienen al Hospital de Emergencia — está a dos cuadras— y que circulan por la zona". Sospechas infundadas, búsqueda de una respuesta a tanto robo.
El colmo fue que en una oportunidad robaron un departamento con sus ocupantes durmiendo. "Fue en el 2º. Cuando se despertaron no había nadie, pero le faltaban varias cosas", cuentan como una anécdota.
Una vez, dicen los atribulados vecinos, "se escucharon ruidos de herramientas", pero ninguno sospechó que era parte del trabajo de los ladrones. "El horario puntual de los robos es la siesta", dicen y se resignan: "Vamos a enrejar todas las puertas de acceso y vivir en una cárcel como forma de supervivencia".
Saga céntrica
El domingo a la tarde, según dio a conocer ayer este diario, agentes de la comisaría 3ª desbarataron una banda de escruchantes cuando terminaba de cometer un robo en Paraguay al 200. Asimismo trascendió que las principales zonas donde se da la saga de hechos son las de las comisarías 1ª, 2ª y 3ª, es decir el centro de la ciudad.
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