viernes, 8 de julio de 2011

Una tendencia que crece: cada vez hay más santafesinos que usan tatuajes y piercings

Tatuarse ya no es cosa de adolescentes. Creció el número de adultos de todas las profesiones que acuden a ponerse un dibujo en la piel o colocarse piercings hasta en los lugares más extraños.
Los tatuajes y piercings forman parte de la vida diaria. Ya no asombran o escandalizan a las señoras conservadoras, que se desgarraban ante la sola presencia de un dibujo impreso en la piel de un hombre o una mujer o con un aro fuera de su natural lugar.

En Santa Fe dejó de ser moda o un tema destinado solamente para la juventud o la adolescencia. Hoy, adultos de ambos sexos, profesionales de todos los rubros, hombres y mujeres, acuden en un número creciente a perpetuarse una figura, un dibujo o un diseño de su agrado en la piel.

Tatuaje y dolor solían ir de la mano. La sola mención de pinchar una parte del cuerpo puede alarmar a muchos, pero en la actualidad, según las palabras de los propios tatuadores, “ya no es tan doloroso porque las máquinas han cambiado mucho, las agujas son más finas, las pinturas son mejores. No es demasiado doloroso y es más rápido”.

En este tema también entra la seguridad y la higiene, como recaudos primordiales a la hora de realizar un trabajo.

Por otro lado, el tema de la edad es delicado en esta profesión. Por eso, los tatuadores toman todos los recaudos, no sólo para proteger su trabajo sino a sus clientes. “A los menores no se les hace ningún tipo de trabajo si no es con autorización del padre o la madre. Tienen que venir con documentos”, comentaron en un local santafesino.

Perdurables
Hoy en día hay tatuajes que desaparecen al poco tiempo de dibujarse y se les llama temporales, otros permanecen durante toda la vida salvo en el caso de que se eliminen con láser.

La razón de que estos últimos permanezcan inmutables es que la tinta se asienta en la capa de la dermis, situada bajo la epidermis. La epidermis es la capa externa de la piel que renueva constantemente sus células. Sin embargo, el metabolismo de la dermis no implica este tipo de recambio y, por lo tanto, la tinta no se elimina.

Prohibidos
Las fuerzas de seguridad como la policía, el ejército y prefectura no permiten a sus aspirantes e ingresantes que posean tatuajes. Tampoco los frigoríficos. Sin embargo pueden ser borrados con una máquina láser que no deja rastros ni marcas.

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